El título "BALAS PERDIDAS" corresponde a una serie de historias cortas publicadas por el artista estadounidense David Lapham entre 1995 y 2002 en su propia editorial El Capitan Books. Aunque ya había trabajado anteriormente a los lápices o como colaborador de otras publicaciones (con Jim Shooter), será ésta su primera aventura en solitario como guionista y dibujante. El resultado ha sido recopilado en 4 tomos que por aquí nos ha ofrecido Ediciones La Cúpula: "La inocencia del nihilismo", "En algún lugar del oeste", "Otra gente" y "Días negros".
Cada tomo reúne una serie de historias cortas que exponen un relato ocurrido en una fecha determinada y que normalmente contienen como tema importante actos delictivos. Leemos sucesos límites llenos de violencia y sexo no explícito (pero sobreentendido perfectamente tanto visual como argumentalmente) que les ocurren a gente normal en EE.UU. (mediante la exageración -quizás no tanta- de los problemas sociales/raciales/criminales del país) y cómo en ese entorno de presión ellas mismas quedan marcadas para siempre por ellos. No es casual que el autor incluya en cada libro una fotografía de sí mismo fichado muy jovencito por la policía, como muestra de que cualquiera puede verse afectado por lo narrado.
Los protagonistas son diversos y corales, pero van repitiéndose aquí y allá; si bien cada historia es autoconclusiva y sin ninguna enseñanza moral -sino más bien realistas y crudas- a lo largo de toda la obra hay cierto entrelazamiento entre ellas y los personajes. Todo requiere atención e ir fijándose en las fechas, pues comienza en 1997 y luego retrocede hasta finales de los 70, encajando todo hasta el detalle más nimio; sin embargo, a pesar de esto no nos parece que el conjunto estuviera pensado ten su totalidad desde el principio, desarrollándose en tantos años como una narración circular tipo "Crónica de una muerte anunciada", sino que más bien los acontecimientos nos parece ir enriqueciéndose y complejizándose más y más, demostrando a un autor en estado de gracia que va bordando y preparándonos sorpresas a la vuelta de cada página.
Si tuviéramos que señalar algunos individuos que conduzcan de algún modo el relato nos fijaremos en los que más se repiten: Virginia Applejack, el personaje ficticio Amy Racecar, Beth, Monstruo o Joey. Relacionados por amistad, casualidades, parentesco,... todos ellos mostrarán una evolución en sus apariciones, y a veces estaremos de su parte y otras nos resultará difícil. Por supuesto, dejamos atrás otros tantos e interesantes.
La bondad de estos tebeos no reside sólo en lo bien escritos que están, ni en la profundidad con que se describen situaciones comunes en contextos criminales extremos, ni tan sólo en la honda exploración psicológica de los personajes y sus respuestas ante estas circunstancias, qué va. Resulta que el autor es además un maravilloso narrador gráfico y sabe ir acercándonos y alejándonos la cámara, enfocar lo más importante, o alejarnos dramáticamente de los hechos, representar las más diversas expresiones en los rostros,... Nos recuerda un poco a la experimentación que llevó a cabo Frank Miller en sus viñetas por los 80. Su dibujo es sencillo pero preciso, con un manejo brutal de la mancha negra y los entramados.
Los 4 tomos publicados en España pueden leerse como un todo, en el que apreciar principio y fin. Hay algunas historias más en El Capitan Books hasta 2005, no hemos podido confirmar si relacionadas con este "universo Balas Perdidas", y también nos queda pendiente de ver por nuestro mercado los dos números de "Amy Racecar Color Special" (1997-1999). La verdad es que al terminar de leer se queda uno con ganas de más, aunque las cosas buenas hay que tomarlas en su justa medida, y tal vez lo mejor sea dejar este trabajo así de soberbio para consagrarlo en nuestra biblioteca; Lapham ha fichado últimamente por DC y Marvel y según nos cuentan amigos de confianza que lo siguen no parece estar rallando a todo su nivel demostrado anteriormente. Nos encontramos ante un autor joven y confiamos que en el futuro sea capaz de encontrar nuevas ocasiones para seguir dándonos lo mejor de sí mismo.
2 comentarios:
Tengo pendiente esta serie, que seguro que será un bálsamo para gente como yo, con ganas de huir del monopolio superheróico :)
Amigo Wolfville,
será sin duda ese posible bálsamo, en serio, a mi me gusta mucho (aunque que conste que su lectura no me ha librado de pirrarme por los superhéroes).
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