miércoles, 28 de julio de 2010

viernes, 23 de julio de 2010

TRAS LA PISTA DE “EL MATADOR”

Es innegable todo lo que en España bebemos de la cultura USA, aunque también es cierto lo atractivo que a ellos les resulta nuestro territorio, historia, idiosincrasia, cultura, costumbrismo, etc.; y si en principio podría ser un motivo de orgullo para los patrióticos, no deja de sorprender, al menos a los españoles, la forma en que se traduce ese aprecio: marginación en EE.UU. de los hispanos, por otra véase la instalación de bases militares aquí, la canción de La Macarena, ahora el guaperas del Cruise fardando por haber puesto cuatro posturitas en Sevilla y Cádiz para su nueva peli “Night and Day”...

En MARVEL COMICS también se cayó en este curioso fenómeno de convertirnos en tópico: Stan Lee quiso introducir un personaje de origen español en su particular universo superheroico y se le ocurrió la feliz idea de crear al villano EL MATADOR, un brutal torero muy famoso en España que tras una grave cogida aprovechó su mala leche para reconvertirse y servir al crimen. Así, de nombre Manuel Eloganto (apellido derivado de la pronunciación de “elegante” en inglés americano, y referencia clara al traje de luces que lucía como disfraz) debutó en las páginas de Daredevil en 1964, aunque no sería su última aparición. Veamos su trayectoria por orden cronológico:

-DAREDEVIL Volumen I Nº 5 (1964): Con un guión en tono serio y un magnífico dibujo de Wally Wood, resulta llamativo a nuestros ojos ver como El Matador torea a Daredevil por vez primera, con capote incluido.

-DAREDEVIL Anual 1 (1967): Aquí es reclutado por Electro junto a otros villanos para llevar a cabo una venganza contra Daredevil, que acaba con el grupo entre rejas.

-DAREDEVIL Volumen I Nº 129 (1976): El Matador, ahora con un extraño acento, se supone que imitando el dialecto andaluz, contrata al Hombre-Toro para ayudarle a robar el Toro Dorado de China, hasta que aparece el Hombre Sin Miedo.

-MARVEL YEAR-IN-REVIEW (1992): En este caso El Matador trabaja sirviendo en la barra de uno de los “Bares sin nombre”, donde se reúnen los supervillanos Marvel. En compañía de Bova, Minotauro, Toro Rojo y el Hombre-Toro, contempla cómo Jester emprende lucha con Daredevil. Pero en este caso sale a ayudar al superhéroe ciego, aunque rápidamente es noqueado imitando la cogida de un toro.

-USA Agent Nº 1 (1993): Priscilla Lyons se ha unido a la organización The Scourge (traducido el Azote, encargados de asesinar a supervillanos) y una de sus primeras misiones es eliminar a Manuel Eloganto, creído muerto o en paradero desconocido hasta entonces. Nada más lejos de la realidad, reside en Los Ángeles prácticamente en la indigencia y ayudando a su hermana a criar a sus hijos, hecho que le vale el perdón de la asesina.

-DAREDEVIL Volumen II Nº 23 (2001): Manuel Eloganto vuelve a Manhattan para empezar una terapia con el Dr Arnold Quaid, que es en realidad el villano Ringmaster, y éste toma control sobre El Matador para volverlo contra Daredevil en una compleja trama.
-SPIDERMAN’S TANGLED WED Nº 13 (2002): En uno de los “Bares sin nombre” para villanos, El Matador está tomando unas copas con Cabeza de Martillo, y éste pone en duda su masculinidad a tenor del traje que lleva, lo que primero enfurece a Eloganto pero se olvida cuando el otro ofrece una siguiente ronda.

Hasta aquí hemos visto las apariciones MARVEL de Manuel Eloganto alias El Matador, pero no fueron las únicas. Precisamente en nuestra piel de toro, en concreto Sevilla, fue creado en 1995 de la mano de Juanma Castillo y Sergeus EL CAPITÁN TORRE DEL ORO, un superhéroe torero, tipo sencillo, rudo y de otra época que se enfrenta a la cruda realidad en un ingenuo uso de los iconos costumbristas patrios. Los autores atestiguan no haber tenido conocimiento hasta fecha posterior de este villano de segunda marveliano, pero para 2005, cuando le dedicaron el número 5 de su publicación ALUZINE DE FANZINE, ya habían encontrado noticia de él y en concreto Sergeus realizó para el homenaje al Capitán un experimento llamado gumping (término inaugurado en la película Forrest Gump, en la que el protagonista es insertado en videos históricos como si de verdad hubiera estado allí, y que en el mundo del cómic fue utilizado por vez primera en Masacre nº 11 por Joe Nelly). Éste consistió en emplear las páginas dibujadas por Wally Wood en el Daredevil Volumen I nº 5, pero sustituyendo los textos de Stan Lee y haciendo algunos retoques gráficos para dar lugar a una sorprendente paradoja temporal sobre si El Matador realmente existió o tal vez fue el Capitán Torre del Oro que viajó al pasado con un reloj temporal regalo de una colección de tebeos de mutantes. Desde las páginas de TEBEOSFERA, su reputado director dedicó a este trabajo las siguientes palabras:
“... quisiéramos destacar de este número de aluzine el gumping que Sergio González practica sobre una historieta de Daredevil clásica (la del núm. 5 de la serie primigenia de Marvel). En esta singular versión, el autor usufructa las páginas de Wallace Wood para plantear un enfrentamiento entre el Hombre sin Miedo y nuestro héroe sevillano torero. Claro, se lo habían puesto a huevo: en aquel lejano tebeo aparecía el extraño supervillano El Matador, un torero criminal que revisado hoy nos produce más risa que nostalgia.
La historieta resultante es a ratos simpática y a ratos descacharrante, un ejercicio de guasa como no se había conocido en mucho tiempo en el fanzinismo español y que cuesta creer (de nuevo) que alguien no lo hubiera inventado antes en nuestro fanzinario nacional.”
Más información:
http://tebeosfera.blogspot.com/2006_01_08_archive.html

Pero no todo quedó aquí, por supuesto. Ya sabemos del espíritu MARVEL de perpetuación, caracterizado por la reinvención continua de su propio universo. De este modo, en el al principio dubitativo volumen II de DAREDEVIL (la sombra de Frank Miller ha pesado muchos años sobre el personaje), no obstante firme en estos momentos gracias al trabajo de Bendis o Brubaker, de nuevo ha aparecido El Matador, con las mismas características que el villano original aunque esta vez bajo otra identidad sin aparente relación con Manuel Eloganto. Precisamente, en los números 89 a 92 (2006), de Ed Brubaker al guión y dibujos de Michael Lark y Stefano Gaudiano, Daredevil viaja a Europa en una compleja trama derivada de la etapa de Bendis y que combina género negro y superheroico como sólo el escritor de Maryland sabe hacer (por cierto, es paisano de Miller! de ahí probablemente su admiración reconocida). Los Fisk residen ahora en la Costa da Morte española y Vanesa Fisk ha alquilado los servicios de Juan, un torero español dedicado al crimen para urdir una compleja conspiración contra el Diablo Rojo. Por suerte, en esta ocasión el matón no luce el disfraz de marras, aunque no deja de sorprender la fascinación de los yankis por vernos de lleno en nuestros topicazos, porque la presentación de el nuevo Matador ocurre en una fiesta en la que es contratado para combatir ¡dos leones!. Y parece que al final Daredevil consigue de algún modo reformarlo, por lo que, en fin, quién sabe si próximamente volveremos a ver de nuevo este peculiar Spanish-tópic por las páginas marvelianas...

jueves, 15 de julio de 2010

DARKLY DREAMING DEXTER: LA SERIE

No es éste un producto original creado específicamente para televisión, ni siquiera emitido al gran público, pues pertenece a la parrilla de la cadena de pago SHOWTIME. Sin embargo, tenemos que reconocer la dignidad del resultado que ofrece la serie DEXTER.

Un empollón ha desarrollado un eficaz método de investigación policial basado en el análisis y la trayectoria de la sangre en el momento del crimen, y ello le ha valido para convertirse en forense de la Policía de Miami. Se trata del aparentemente apocado Dexter Morgan, hijo adoptivo del respetado oficial Harry Morgan y hermano de Debra, también de la pasma y con unas cualidades excelentes para la profesión que apuntan a una prometedora carrera. Sin embargo, Dexter no es simplemente un estudioso brillante, idóneo para el trabajo de oficina, también posee un impresionante instinto de supervivencia y caza que nadie sabe. Sí, habéis leído bien, porque bajo su identidad pública oculta a su verdadero yo, el “oscuro pasajero” como él mismo le llama, que no es más que un psicópata con una sed incontrolable e inexplicable de matar. Pero su suerte (dentro de lo que cabe) es que, si bien no puede dejar de ser quién es, Harry lo sometió a una férrea educación durante su infancia para que aprendiera a canalizar la maldad que habita en su interior. Realmente es una persona con poca capacidad de sentir emociones humanas y sin ningún tipo de remordimientos pero con un disfraz impecable controlado por su gran inteligencia pasa totalmente inadvertido en la sociedad. Vive entregado al código moral de su padre, que quizás no comprende bien pero aplica tajantemente: como Dexter es incapaz de reprimir sus impulsos de asesinar elegirá a sus víctimas, que deben ser siempre y sin excepciones gente que ha asesinado como él a sangre fría. Ésta es la única manera que a Harry se le ocurrió de educarlo, para soportar la lucha interna a la que él mismo estaba sometido: amar o repudiar a su hijo, cumplir su oficio y frenarlo o enseñarle a ser una persona pese a su psicopatía.

Al comienzo de la serie, Harry está muerto y sólo aparece en forma de recuerdos de Dexter. Sin saber bien si son alucinaciones del psicópata o de verdad son auténticos consejos que el padre dio al hijo, Dexter va tirando con ellos. Su vida transcurre muy pegado a su hermana, compañera de trabajo que cree conocerlo perfectamente (y aunque no sabe absolutamente nada de lo que hace en sus “ratos libres”, se aprecian bastante) y al equipo del departamento de homicidios al que se adscribe, que en general lo aprecian y valoran bastante como persona, excepto el sargento Doakes, sabueso policial cuyo instinto le hace recelar del pequeño de los Morgan. También junto a él está Rita, su compañera sentimental traumatizada por un difícil pasado y que a lo mejor por ello se aferra tan fuertemente al amor y protección de Dexter pese a sus defectos; puede que ella sea sólo una elemento más necesario en su teatro social, aunque llena de bondad y comprensión hacia él probablemente es la única persona de su círculo que lo ama al completo, su lado mejor y peor, (pero tampoco conoce cuál es su problema real, sólo sabe que lo tiene y no le importa más que superarlo), y esto en concreto a él le rompe todos los esquemas, debatiéndose en su interior sobre si es capaz de albergar sentimientos en su interior o sólo es una quimera de una bestia fría atada con el collar de su padre. Mientras tanto, Dexter Morgan aprovecha sus recursos en la policía para investigar crímenes (demostrando una capacidad bastante superior a la del resto del departamento junto), elegir a sus víctimas y llevar a cabo sin dilación su “justicia”, sabiendo que las elimina “por derecho” del mapa sin rastro alguno, y con toda esta justificación que le exige Harry, al fin apagando por un tiempo su insoportable sed. También para él es muy importante la existencia de su espacio de trofeos, escondido en el aire acondicionado de su apartamento y donde lleva el recuento de todos los asesinatos cometidos, prueba elaborada por él mismo que podría llevarlo a la silla eléctrica pero que goza poseer y contemplar, acaso tentándose él mismo de denunciar algún día al monstruo que no es capaz de dejar de ser.

La ubicación geográfica de la vida de este psicópata parece establecer un buen contraste para su fría personalidad; Miami posee un clima soleado que favorece la vida en la calle y está poblada por gente de sangre caliente, que cometen muchas fechorías y eso los convierte en fuente de materia prima para el rebaño del asesino, pero al mismo tiempo viven intensamente y contagian las ganas de vivir y amar, hasta límites insospechables, que es una de los argumentos principales que explora la serie. Excelente música, que hibrida melodías siniestras con tonos caribeños, y por otro lado, en mi opinión es muy acertado el empleo del color en la escena, destacando los contrastes blanco / sangre viva y el resto en tonos pasteles, serenos.

Ciertamente, uno de los valores más importantes a apreciar en esta obra de ficción -al margen de una aplaudible interpretación y un guión muy elaborado y lleno de tensión y mesura a la vez- es la metáfora que acoge sobre la vida actual. De alguna manera y pese a la época de vacas flacas presente, en occidente disfrutamos un periodo de bienestar como no se ha producido nunca en toda la historia de este territorio; comemos a diario y la mayoría goza o tiene a su disposición una suficiente pléyade de servicios y placeres burgueses que podrían dar la felicidad terrena. Al contrario de lo que parece, estamos sometidos a un severo control social para que nadie se salga del papel y la utopía sea posible en su mayor grado, todo el mundo está estresado y vivimos luchando por encontrar nuestro verdadero yo, oculto bajo múltiples sedimentos, y hasta qué límite le damos salida para sentirnos vivos es algo muy en sintonía con el devenir de Dexter Morgan.

Jeff Lindsay es el autor de las dos novelas que inspiraron la serie, que aportan bastantes argumentos al script sobre todo de las dos primeras temporadas, y que tras el éxito obtenido en televisión, han tenido continuidad en dos libros más. En la versión en papel el tono de la historia es más bien irónico y se centra sobre todo en Dexter y la contradicción de su vida. Ha sido desarrollada para la tele hasta ahora en cuatro temporadas de 12 episodios cada una, por James Manos Jr., que había trabajado anteriormente en Los Soprano (que no Los Serrano) y entre los productores se encuentra Michael C. Hall, el actor protagonista. Puede que porque pone dinero se aprecie un mimo especial hacia el personaje que interpreta, o viceversa, y prueba del cariño hacia la serie es que ha encontrado la estabilidad sentimental con otra actriz del reparto, Jennifer Carpenter (que interpreta a Debra Morgan), habiendo ambos incluso contraído matrimonio. Y por si no parece bastante entrega, durante la 4ª temporada Hall ha estado rodando sometido a un fuerte tratamiento para superar su cáncer linfático, que parece ha conseguido superar (¡ÁNIMO!).