viernes, 23 de diciembre de 2011

DIVERSIÓN DESDE EL DIBUJO

Este año tomamos como motivo para felicitar las fiestas navideñas este JOKE preparado para la ocasión y que pertenece a la colección de tiras humorísticas que BLOG DE ESPIRAL publica en la web Sigue al Conejo Blanco.

Desde nuestro punto de vista, nos ha parecido sustancial apoyar desde el principio nuestras labores en esta ciber-libreta con las energías de labores gráficas, para que ofrecieran su granito de arena y nos posibilitaran hacer un fanzine web con el que dar forma a la práctica de nuestras aficiones. O acaso tomarlo como un rescate de los cuadernos escolares de cuando éramos pequeños, en cuyas páginas traseras o espacios marginales se encontraban notas, dibujos o reflexiones personales a las que sentíamos más apego que al aprendizaje canónico. Como sea, ello ha derivado en varias series gráficas diferentes entre sí, necesarias y llenas de preguntas que se han convertido en un verdadero motor sin el cual todo el trabajo que hemos volcado aquí no tendría sentido:

JOKES (diálogo Cómic-Educación)
(enlace)


FAIRPLAY Y PAZ [PIS] (imbuirnos de presentismo)

BESTIARIO DE ANDAR POR CASA
(terror doméstico)

NOE Y EL PERRO PIRATA

Evidentemente, esta última serie aún les será desconocida, porque está inédita. De hecho, nos encontramos en su fase de preparación y es la razón por la que vamos a relajar un poco la producción de BLOG DE ESPIRAL en los próximos meses. Siempre hay que arar, sembrar, alumbrar y dar cariño a todo lo que hacemos, sin todos esos ingredientes no concebimos una buena paternidad. Por lo pronto, decir que partimos de un olvidado e inacabado fanzine de nuestro pasado titulado “Un tal Testalocca” (lo esencial sería que no existieran, pero la imposibilidad hace que nos encante alumbrar callejones oscuros o abandonados), y que era uno de los trabajos de nuestro propio cómic de los que más orgullosos nos sentimos. Fruto de la colaboración con el músico Juanma Gómez y del que tocará hablar más detalladamente en un futuro próximo, ahora retomamos aquellos personajes y situaciones que actuarán de marco para las andanzas de una soñadora niña llamada Noe y su mascota Juan Luis, y a través de las cuales andaremos por algunos temas medioambientales.

Nos encontramos por lo tanto en un cruce de caminos. De llegar a la existencia como una experiencia semiprivada con la que comunicar algunas actividades con los amigos, insospechadamente esta página ha contado pasado el tiempo con la visita de otras personas que se han interesado en nuestras personales investigaciones. Por ellas hemos querido culminar el estudio de años que más había interesado -sobre un ser humano y autor llamado Alan Moore- que hemos ido desgranando por aquí en este 2011, y cuyo fin parecía bonito unir al de la 2ª Temporada de nuestra iniciativa FAIRPLAY Y PAZ [PIS], para lo que en estos últimos meses nos hemos empleado a fondo hasta llegar aquí, una dedicación insostenible a largo plazo. Por supuesto, lo bello del viaje que nos propusimos emprender no eran los destinos, sino la posibilidad de encontrar nuevos caminos inesperados en un principio y también disfrutar mucho de ellos. A eso vamos.

FELIZ 2012

FAIRPLAY Y PAZ [PIS]. Preview 3ª Temporada

Tras los extraños sucesos de “Privación de libertades”, como de costumbre mostramos algunos avances de la 3ª Temporada de nuestra extravagante e imposible serie FAIRPLAY Y PAZ [PIS], titulada “IN-SURGIENTES”, no apta para cerebros sanos. Como siempre, su futuro dependerá de que nuestro perezoso de ciudad Ale afile sus uñas y sus lápices y de que vosotros aquellos locos lectores que nos habéis seguido y habéis engrandecido esta aventura gráfica con vuestros testimonios nos sigáis enviando más con los que dar sentido al compromiso social de esta serie. Por supuesto, seguimos en la idea de tomar esto no como una galería de los horrores que habita en los entresijos de nuestras sociedades y mentes , sino como un taller abierto de experimentación, errores, pero sobre todo de inquietud por investigar. Quizás nos veamos por ahí.

martes, 20 de diciembre de 2011

ENTREVISTA A ALAN MOORE SOBRE JERUSALÉN [Junio de 2011]. Parte 1


“Jerusalén” es el trabajo en cuya elaboración anda atareado Alan Moore en la actualidad. Es en el momento presente cuando se ha centrado exclusivamente en esta novela, aunque lleva varios años realizándola en combinación con otras cosas. En ese tiempo el escritor británico se ha referido a detalles de ella en sus entrevistas y podríamos ya obtener una primera idea sobre de qué va. Sin embargo, la mejor manera que nos ha parecido para hablar de este proyecto aún inédito es que sea el propio autor quien nos lo desvele a través de sus palabras, para lo cual acudimos a una reciente entrevista centrada en “Jerusalén” concedida a Helen Lewis Hasteley y de la que ofrecemos una traducción incluida en este ESTUDIO SOBRE ALAN MOORE Y NORTHAMPTON.

Redacción por Maese ABL

-Comencemos hablando sobre ‘Jerusalén’, que lleva elaborándose desde hace tres años...

Creo que la empecé por 2008. Debo señalar que mi anterior novela, que era mucho más pequeña, me llevó cinco años. Así que aunque ‘Jerusalén’ me lleve incluso otro año, probablemente estoy por encima de mi anterior marca.

Estuve hablando con el profesor Steve Jones en uno de esos actos que hice, los ‘Uncaged Monkeys’ [Monos Inenjaulables] en el Hammersmith Apollo. Le estuve contando que “Jerusalén”, cuando había pasado de los dos tercios de mis objetivos, tenía ya más de medio millón de palabras. Me dijo: “Vaya, eso es mayor que la Biblia”. Me quedé bastante contento con eso. Me espero que el resto del mundo confunda cantidad con calidad. Indudablemente es un libro muy grande.

-¿Entonces va a tener un millón cuando lo tengas terminado?

Tres cuartos, me imagino. Para la parte final del libro –la tercera parte- decidí que quería acelerar la narración, para que no pareciera cansina.

Esos últimos capítulos son todos bastante complejos de realizar. Su extensión puede variar, pero el capítulo de “Lucia Joyce” fue el que me obligó a interrumpir la publicación de “Dodgem Logic” para poder dedicarme a escribir “Jerusalén” durante 18 meses.

Es el capítulo más largo del libro. Ocupa en torno a 35 páginas a un solo espacio y son todas completamente insondables. Están todas escritas en un texto sub-joyceano totalmente inventado. Lo leí de nuevo con atención y no pude entender la mayor parte de él... No, puedo entenderlo todo de él. Es la única forma de que pueda haberlo escrito. Ha sido un experimento.

El capítulo anterior, que terminé hace poco, era todo al estilo de una obra de Samuel Beckett. Con el propio Beckett como personaje y Thomas Beckett, sólo para hacer la narrativa más confusa –y John Claire y John Bunyan y varios otros personajes que aparecen como fantasmas.

Es un pequeño acto que se sitúa bajo el pórtico de una iglesia gótica de Northampton. Eso tiene su relevancia: Samuel Beckett visitó Northampton. La primera vez que vino fue cuando jugó al cricket contra Northampton.

Hay un campo de cricket al final de la calle donde yo vivo –se menciona en ‘Wisden’s Almanac’ que Beckett jugó contra Northampton y, en esa noche en particular, todos los miembros de su equipo decidieron salir a visitar los numerosos pubs y prostitutas por los que Northampton (aparte de botas y zapatos) era principalmente conocida. A Beckett no le apeteció eso, así que simplemente decidió salir a pasear por las iglesias. Lo recreo como parte de mi trabajo en el capítulo 29.

No tengo ni idea de cuánto ocupará cada uno de los capítulos del final del libro. Son todos experimentos.

-En la era de Twitter, ¿no hay una parte de ti a la que le preocupe que nadie vaya a terminarlo?

Absolutamente ninguna, con tal de que yo lo termine. Ésa me parece la cuestión principal. Naturalmente, tengo dudas de que la gente sea capaz siquiera de sostenerlo en sus manos. Va a ser un libro muy grande. Hoy estuve hablando con gente que podría involucrarse en su publicación. Y sugirieron: ¿por qué no acudimos a un editor de la Biblia? ¿Lo imprimimos en papel de Biblia?

-¿Como un gran misal?

Eso sería fantástico, ¿no crees? Además, no me disgusta la idea de hacer algún tipo de ebook después de ello. Probablemente yo nunca lo lea porque la verdad es que no me llevo bien con esa clase de tecnología, pero no me opongo a que aparezca de esa forma. Mientras logre mi enorme y fuertemente hipnotizante libro para colocarlo en mi estantería y poder recrearme, quedaré contento.

Y la gente lo leerá o no, ¿quién sabe? Podría terminar como ‘Una breve historia del tiempo’ de este año, que a la gente le gusta tener en sus estantes, si de veras en el futuro seguimos teniendo estantes, pero que no necesariamente lo lee.

A mí me gusta pensar que la gente se sumergirá en él porque tiene una lectura muy accesible –aparte del capítulo de Lucia Joyce, que es completamente incomprensible. El resto probablemente es más agradable de leer de lo que lo han sido algunos de mis anteriores trabajos. En este libro presento algunos conceptos importantes y extraños, por lo que me figuro que a la mayor parte del libro le viene bien si esos conceptos se expresan en términos simples y accesibles.

-Y hablaste de “refutar la existencia de la muerte”.

Pensé que parecía un proyecto sustancial, ahora en el ocaso de mi vida. Hay muchos otros temas en el libro, pero una de las tesis centrales se basa en mis meditaciones sobre la mortalidad y el tiempo.

Me parece que si entiendo correctamente a gente como Stephen Hawking, éste quiere decir que vivimos en un universo que tiene al menos cuatro dimensiones. Estuve hablando con un teórico de esa corriente y considera posiblemente 11.

-Curiosamente entrevisté a Brian Green recientemente. Dice que se van rizando todas como un pelo sobre una alfombra.

Pequeñas dimensiones que se estrujan escondidas dentro de las que nos son familiares. Creo que debe haber al menos cuatro y si eso es correcto la cuarta dimensión no es ningún tipo de plano místico. Es una dimensión, tal como las otras tres. Es una dimensión física y material.

Cuando Einstein habla de que el espacio-tiempo tiene una curvatura, si el espacio-tiempo incluye las tres dimensiones que nos son familiares, eso implica que debe estar curvado a través de la cuarta, lo que sugiere que la cuarta dimensión como yo la entiendo no es el tiempo. Pero es nuestra percepción del paso del tiempo –el universo es un sólido de cuatro dimensiones en el que nada se mueve y nada cambia.

Lo único que se mueve en ese sólido a lo largo del eje temporal es nuestra conciencia. El pasado todavía está ahí, el futuro siempre ha estado aquí y, en este sólido gigantesco, cada momento que ha existido alguna vez o que existirá está existiendo limítrofemente en el mismo momento.

En este gigantesco hipermomento del espacio-tiempo –y eso incluye todos los instantes que componen nuestras vidas individuales- me parece que nadie va a ninguna parte. Pensemos en un viaje tipo por la tercera dimensión: vas conduciendo a lo largo de una calle, por ejemplo. Ahora esas casas detrás de ti se van desvaneciendo; no puedes verlas más. Pero no dudes que si pudieras invertir el coche esas casas todavía estarían ahí. La cuestión es que nuestra conciencia se mueve sólo en una dirección a través del tiempo. No podemos dar marcha atrás. Pero creo que lo que la Física nos dice es que esos momentos todavía están ahí y creo que cuando llegamos al final de nuestras vidas, los 70 u 80 años de edad, es sólo una dimensión física... Es cuánta distancia llevamos en el tiempo y cuándo nuestra conciencia alcanza el final nuestras vidas, no hay ningún otro lugar al que ir más que volver al principio. De modo que terminamos nuestras vidas una y otra vez un número infinito de veces y, cada vez, estamos teniendo exactamente los mismos pensamientos, diciendo exactamente las mismas cosas, haciendo exactamente las mismas cosas como las hicimos y dijimos la primera vez. Si acaso tuviera sentido hablar de una primera vez. Creí que pensaba esta idea por mí mismo porque era un genio... Y resulta que los Pitagóricos ya tenían un tipo de versión de una gran repetición. Se basaban en la idea de que cuando este universo termine, porque el tiempo es infinito, entonces estaría destinado a ser otros universos y, como estos universos son finitos, habría finalmente otros universos exactos a éste, lo que no pienso que realmente se sostenga científicamente.

Mientras haya esta idea de la dimensionalidad de nuestras existencia, se sostiene. No veo otro camino a su alrededor que no haga completamente contradictorio uno de los principales pilares conceptuales de la Física Moderna y, a medio camino de la realización de ‘Jerusalén’, me topé con esta bonita cita de Albert Einstein que resumía completamente todo lo que estaba intentando decir pero muy elocuentemente y en una extensión mucho menor que tres cuartos de millón de palabras.

Aparentemente él estaba consolando a la viuda de un compañero físico –ocurrió sólo un par de meses antes de la propia muerte de Einstein- y dijo: “Para un físico como yo, la muerte no es en realidad una cuestión importante”, y ahora yo lo estoy parafraseando. Él dijo: “La muerte no es en realidad una cuestión importante porque entiendo la persistente ilusión de la transitoriedad”.

Pensé que la “persistente ilusión de la transitoriedad” lo decía todo. La persistente ilusión de que las cosas se marchan. Personas, momentos, lugares, no creo que se vayan. Creo que, en cierto sentido, cada momento es eterno. No estoy intentando sacar una religión de esto y te darás cuenta que no requiere de Dios.

Por lo tanto no es realmente otra vida; es simplemente tu vida. Es una idea bonita y secular de continuidad que yo creo que científicamente es creíble. Y si es verdad o no, tampoco sería una mala manera de vivir.

-He de decir que la idea a la que estoy más acostumbrada sobre ello es el multiverso infinito, donde todo repercute en algún lugar. Cada acción que hagas.

Ésa me parece una idea horrible porque cualquier cosa que hagas siempre hay otro tú que lo ha hecho mejor.

-Sí, pero hay otro yo que lo ha hecho peor.

Es cierto, de modo que al final del día de alguna forma relativiza toda moralidad o acción fuera de la existencia.

Recuerdo que leí una historia de Larry Niven, que es un autor que no me gusta nada, pero habla de una detective privado que está investigando una ola de suicidios y finalmente los conecta todos en torno a un anuncio en la prensa sobre que los mundos paralelos son sin duda reales, que hay una serie de mundos paralelos en los que existe un infinito número de versiones de ti. Y de alguna forma se encuentra pensando sobre ello y pensando que quizás ello fuera lo que causó los suicidios.

Hay una especie de desesperación existencial en el pensamiento de que no importa lo bien que lo hagas, hay un millón de otros tú que sufren en horribles circunstancias y un billón de otros tú que lo hacen mucho mejor. Él está pensando sobre esto y saca su pistola del escritorio y la pone contra su sien y la deja ahí por un segundo, y entonces piensa: no, no, nadie se mata a sí mismo por una oscura teoría filosófica. Y devuelve la pistola al cajón otra vez. Y pulsa el gatillo pero la pistola no dispara. Y pulsa el gatillo pero la bala sale vertiginosamente y se estrella contra el techo. Y pulsa el gatillo y se vuela la tapa de los sesos. Y hay sólo esta serie de diferentes resultados al final de la historia, todos ocurriendo en uno u otro mundo paralelo.

Mucha gente encuentra la idea de vivir tu vida una y otra vez absolutamente terrorífica; hay alguna gente que lo encuentra un consuelo. Hay otros a los que les espanta.

-A mí no me importa con tal de que no lo sepas.

Eso es lo bonito de ello. Otro aspecto de esta creencia es que no hay libre albedrío. Que es algo que observo que aflora mucho recientemente en los Nuevos Científicos. La idea de que vivimos en un universo determinista.

Hay una escena en mi libro donde una de estas figuras tipo ángel simbólicas, decorativas en fuentes, de la clase trabajadora, le habla a una de las figuras más humanas y la humana le pregunta –no podemos llamarlos “ángeles”, no son como los ángeles de las tarjetas navideñas, son un poco más reales –pero una tipo humana le está hablando a uno de esas constructores celestiales y dice: “Oye, ¿tuvo alguna vez cualquiera de nosotros realmente libre albedrío?” Y el ángel mueve su cabeza y dice: “No... ¿lo echaste de menos?” Entonces ambas se echan a reír.

Por lo que yo veo, no es tan importante que tengamos libre albedrío mientras tengamos la ilusión de libre albedrío que impida que nos volvamos locos. Realmente tenemos la ilusión de libre albedrío. Se percibe como si viviéramos cada momento por primera vez, como si pudiéramos hacer cualquier cosa, como si pudiéramos decir cualquier cosa, pero ése no es el camino al que la ciencia parece encaminarse.

Mi científico favorito, lo que se fundamenta bastante en el hecho de que tenga un nombre increíblemente guay, es un tipo llamado Gerard’t Hoof. Trabaja en una teoría que dice que aún no puede probar porque no tiene microscopios con la resolución adecuada para comprobarlo, pero lo que propone es que hay una capa más fundamental que la capa del quantum, que no todas las características de la incertidumbre del quantum que son tan extrañas y peculiares se pueden resolver como si nunca hubieran existido, que pondría en cuestión por completo el modelo clásico [de la Física] y el modelo cuántico. El único problema que tiene es que si no hay incertidumbre cuántica entonces no hay libre albedrío.

Por lo tanto, parece haber varios vectores que se encaminan en esa dirección y se está debatiendo sobre si descubrimos que no hay libre albedrío, ¿no querrá decir eso que simplemente seguimos el alboroto? La cuestión básica es que la mayoría de la gente estaría predeterminada a no creerlo.

-Sí, y también todo aquel que participe en el sistema de creencias. Puedes ir por ahí diciendo que todo es una ilusión pero eso no repercutirá en cómo la gente te trate. Me pasa mucho cuando me divierto con los videojuegos: patológicamente tiendo a ser amable con todo el mundo porque quiero que la gente de los videojuegos me trate como si fuera una persona amable, incluso aunque no haya consecuencias morales y sea todo por completo una realidad virtual. Lo tengo muy arraigado.

El caso es que yo nunca juego a los videojuegos pero mi esposa, Melinda, ha estado desperdiciando horas preciosas de su vida con ellos y me habló de uno en que había hecho algo ruin –porque pensó que tenía que conseguir pronto algún objetivo del juego-y entonces durante el resto de su vida como personaje en esa partida, había continuamente aldeanos rondando que le recordaban que se hubiera comido esos gatitos o lo que fuera.

-Sí, creo que me suena, deber ser o ‘Fable’ o ‘Dragon Age’.

Sí, ‘Fable’, ése era.

-Te señalan y dicen, “Tú lo mataste, tú lo hiciste”, y tú respondes: “¡Lo siento! No era mi intención”.

Ella comenzó a sentirse realmente mal por estos gatitos o lo que fuera que se había comido y casi estaba empezando a parecerle que lo había hecho en la vida real ya que la desaprobación de estos aldeanos virtuales estaba empezando a pesar sobre ella. Por supuesto que eso ocurre.

Cuando oí por primera vez sobre realidad virtual en el contexto de los videojuegos, lo primero que pensé fue: ¿hay de otra clase? ¿Es todo principalmente virtual o no? Nosotros no experimentamos la realidad directamente; experimentamos nuestras percepciones.

Hasta cierto grado, esto es ya una realidad virtual. Por lo tanto, no me sorprende que la desaprobación de la gente en los videojuegos nos afecte tanto como la desaprobación en la vida aparentemente real. Solía darme cuenta de esto cuando yo jugaba, cuando curioseaba los ‘Invasores del Espacio’ o ‘Tetris’ o algo por el estilo.

De forma que, hace mucho tiempo, descubrí que estaba experimentando reacciones de adrenalina, me estaba estresando por cosas que no estaban ocurriendo realmente, estaba teniendo reacciones viscerales ante el hecho que veía en la pantalla, incluso aunque fuera sólo a pequeña escala, probablemente algo que ver con las neuronas espejo. Tendemos a reproducir una experiencia fantasmal de lo que hemos visto. Si vemos a alguien ejecutando una acción, se encienden partes de nuestro cerebro como si estuvieran llevando a cabo la misma acción.

De modo que debe pasar algo así con estos juegos. Yo me solía sentir irritado, principalmente conmigo mismo, por jugar a la partida tanto tiempo pero...

-Pero eso también pasa con los libros, ¿no? Si te identificas fuertemente con el protagonista entonces te pones en su lugar, particularmente cuando es una situación embarazosa o se han aprovechado de ella.

Exactamente, o viendo algo de la comedia sobre crueldad post-Ricky Gervais, me doy cuenta que he tenido que cambiar de canal, o, al menos, volverme cuando había indicios de que en la televisión pasara esto. Cuando había una parte particularmente atroz, incluso si era un personaje concreto el que estaba a punto de ser humillado, no quería verlo. Empatizaba demasiado.

Y cuando oí acerca de las neuronas espejo pensé que, vale, apuesto a que no sólo se aplica a una persona normal llevando cabo una acción, apuesto a que se aplica a una película de una persona llevando a cabo una acción, apuesto a que se aplica a una fotografía de alguien llevando a cabo una acción, apuesto a que se aplica a un texto bien escrito.

Me doy cuenta que si estoy viendo a alguien en la televisión o en el cine que está sobre el alféizar de una ventana en una posición muy precaria mi mano empieza a sudar y siento que la sensación avanza hasta la planta de mis pies. Si estoy leyendo un pasaje como ése experimento la misma sensación, y eso me parece interesante porque como escritor me interesa conseguir reacciones fisiológicas de verdad en mis lectores. Si escribo algo lo suficientemente bueno, ¿es posible que ponga de verdad a tu lector –al menos temporalmente- en ese estado extremo del que estás escribiendo?

-¿No te preocupa eso, que implica que hay una dimensión moral en tu escritura? Particularmente si escribes sobre superhéroes; les dejamos hacer cosas que serían horribles si se las dejáramos hacer a un persona real.

En realidad ya no escribo sobre superhéroes. He cambiado drásticamente mis ideas sobre lo que van los superhéroes en los últimos cinco o seis años, pero cuando solía escribirlos me parecía que la moralidad era más importante que cuestionar de verdad el concepto de heroísmo y particularmente super-heroísmo.

Creo que es una idea peligrosa si no la analizamos. Adolf Hitler era un héroe para la gente de Alemania. Quizás mucha gente que hemos descrito como héroes eran una especie de psicópatas, no tenían el mismo sentido común del miedo o la moralidad como persona que otra gente. Oliver North era un héroe para una inmensa parte de los americanos.

Es peligroso como concepto, y ésa es una de las cosas que intentaba decir en “Watchmen”. Intentaba decir que era tan visceral como posible, para poner a mi lector en lugares sobrecogedores e incómodos, porque tenía la esperanza de exponer mis ideas con tal fuerza que pudieran quedar impresionadas en los lectores.

Y no creo que le causes un perjuicio a tus lectores si haces eso. Creo que vivimos en un mundo donde demasiada cultura de la que nos rodea es soporífera y aislante; realmente no nos invita a comprometerse con nuestras vidas en un sentido más significativo, de hecho más bien hace lo contrario. La mayoría de los medios de entretenimiento son una manera de apartarnos de nuestras vidas por media hora o una hora. Lo hacen para entretener, lo que no necesariamente es para decirte algo o para sacar a colación ningún tema moral, y creo que el arte –o al menos me gustaría pensar que mi arte- no puede evitar esa clase de cuestiones.

Tiene que ser un desafío, de otro modo tiene poco sentido hacerlo. Si no supone un desafío, probablemente te está tranquilizando sobre algo y creo que ese algo es probablemente una cosa mala.

No me gusta la idea del arte que tranquiliza, debería estar lanzando preguntas, no diciéndote lo bonito que es todo, que todo está bien. Sí hay un lugar para arte de ese tipo, pero no es arte del que particularmente disfruto, y no es arte del que particularmente disfruto hacer. Me gusta la idea de cierta suma de confrontaciones y llevar al lector a nuevas áreas de experiencia. Creo que ése es el trabajo de un escritor o artista, o al menos como yo lo veo.


ÍNDICE DE “ALAN MOORE Y NORTHAMPTON”

ENTREVISTA A ALAN MOORE SOBRE JERUSALÉN [Junio de 2011]. Parte 2


PARTE 1 ENTREVISTA

-Realmente disfruté de tu revista “Dodgem Logic”. Parecía muy, y me refiero en el buen sentido, pasada de moda. Cuidaba por los intereses de la persona. ¿Qué te enseñó la experiencia, aparte de que es muy difícil pagar adecuadamente a la gente y hacer las cosas adecuadamente?

Me divertí tanto haciendo “Dodgem Logic”, y sí, pretendía regresar a la clase de energía y espíritu de las revistas underground de las que tanto disfrutaba durante mis años de formación. Pero al mismo tiempo no queríamos que fuera un ejercicio retro de nostalgia psicodélica. Queríamos que fuera una revista como no lo son en realidad ‘Oz’ y todas ésas.

Maravillosas como yo las encontraba cuando tenía 15 años, queríamos hacer algo que fuera de verdad relevante para los tiempos en los que vivimos, que de alguna manera usara el espíritu y las actividades del underground en un nuevo contexto, y creo que lo conseguimos. Si nos fijamos, hay en realidad mucho más contenido del que solía haber en esas viejas revistas underground.

A pesar de que las amaba, rellenaban páginas con confusos collages de periódicos variados recortados de la prensa sensacionalista del día, con llamativos titulares yuxtapuestos a imágenes de revistas pornográficas. Había muy poco contenido. Cuando había contenido a veces era maravilloso. Pero no había mucho.

De “Dodgem Logic” me gustó de verdad la política que tomamos –probablemente una política suicida- de no tener patrocinadores que nos pagaran. Me gustó la forma en que tomamos a gente que en muchos casos está en la cima de su campo individual y la mezclamos con gente del tipo que logramos conocer, que presentaban pasión o talento.

Quizás hubo momentos de irregularidad en “Dodgem Logic”. Sí, no pretendía ser realmente una revista completamente profesional en el sentido en que tendemos a esperar que sean las revistas profesionales. Queríamos algo que tuviera límites accidentados y que probablemente casi hiciera afrontar con toda certeza numerosas cataratas de Pratt, porque tienes que estar preparado para el riesgo si vas a hacer algo que es atrevido. Me encantó, pienso que hubo momentos increíbles ahí. Los recuerdos al ‘Blitz’ de Michael Moorcock; el maravilloso primer capítulo de la autobiografía de Tom Pickard; la parte de Ian Sinclair; las instantáneas fotográficas; las tiras cómicas; trabajar de nuevo con gente como Lápiz Salvaje, fantástico; los increíbles cómicos que tuvimos. Fue de verdad una buena mezcla y aunque ha perdido una asquerosa cantidad de dinero de verdad que no cambiaría nada. Estoy realmente encantado de haberlo hecho.

Aún no hemos terminado, estamos sacando adelante y haciendo funcionar la versión web y luego si hay una manera de que podamos volver a la publicación en un medio impreso comprobaremos las diferentes opciones. Creo que Robin Ince está organizando un par de formas de elevar los beneficios.

-Él es condenadamente bueno en eso.

Sí, Robin es fantástico en ello. No sé cómo consigue encontrar el tiempo de organizar tantas cosas y encontrar el tiempo y llevar una carrera de escritor y cómico de élite.

-Creo que cuando siente que debe escribir sus monólogos lo hace como una especie de actividad complementaria, va y lo hace y se siente como si lo hiciera sin restricciones.

Sí, es incansable, ahora habla de presentar a todos los cómicos de “Dodgm Logic”. Estamos pensando en organizar dos actuaciones nocturnas, puede que en esa compañía de cómicos y otra en compañía de bandas que hayan ofrecido sus servicios.

Tendremos a todo el mundo informado. Por lo tanto, “Dodgem Logic” no se ha acabado necesariamente. Y tiendo a pensar que donde fue recibido fue muy bien recibido.

Era un problema económico. Vendíamos algo así como 15.000 copias. Pero eso queda lejos de una tirada de 30.000 y era una tirada decente para una revista, si incluyera anuncios o valores de producción ligeramente más bajos, o un precio de portada ligeramente más alto, probablemente podríamos haberla hecho funcionar, pero no queríamos hacer esas cosas, por lo que estamos volviendo a pensarlo para ver si hay alguna forma de editarlo como una publicación en medio impreso, por el que yo tengo cariño.

-Claro, para alguien que está escribiendo un fantástico libro condenadamente grande me imagino que sientes un gran amor por los libros como objetos.

No es patológico. Acepto que las cosas cambian y que el futuro de la lectura podría estar en la forma de un Kindle o un iPad, pero de alguna forma tiendo a pensar que el libro está perfectamente adaptado. Es como un tiburón; los tiburones no han evolucionado en millones de años porque no lo necesitan. Son realmente buenos siendo tiburones y creo que lo mismo es cierto para un libro.

Podría estar equivocado y la situación cambia y no hay más libros. Al menos todavía tendré todos los míos y estoy seguro que me adaptaré pero de alguna manera dudo de que algunas de estas formas básicas vayan a desvanecerse sólo porque tenemos una nueva alternativa. Tenemos películas hace tiempo pero aún hay óperas.

Emotivamente sí, por supuesto, adoro el olor del papel. Adoro el olor del papel por la mañana, huele a victoria. Uno de mis mayores placeres con “Lost Girls” fue lo fantástico que olía el papel. Apenas tuve dificultad en leer el libro. Estaba extasiado por el olor del papel. Pero ya sabes, probablemente eso sólo sea una obsesión personal.

-Pero venía en un estuche, ¿no? Hay algo de satisfacción en sacar algo de un estuche. Te hace sentir todo un acontecimiento cuando seleccionas un volumen.

En “Lost Girls” fue todo idea de Melinda pero yo estuve completamente de acuerdo con su sugerencia. Ella cayó en que era importante convertirlo en un artefacto tan bello como fuera posible para disipar las connotaciones que generalmente, y bastante justamente, rodean a la palabra pornografía.

Probablemente fuera el envoltorio azucarado de una píldora picante pero era particularmente bello. Me dije: “Vamos a tomar esto muy en serio”. Es una forma de decirle al lector que esto no es sólo una explotación barata de trabajo, así no es como sus autores lo ven. Creo que de verdad nos funcionó bastante bien en “Lost Girls”.

-Va a haber algunos mapas en “Jerusalén” y hablas de diseñar la portada, ¿pero se hace muy raro volver a escribir sin ilustrador o no teniendo a alguien con quien intercambiar?

Fue una cosa muy extraña la primera vez que lo hice con mi primera novela, “La voz del fuego”, me llevó cinco años y la encontré una experiencia muy solitaria porque por primera vez estaba escribiendo un trabajo sustancial de extensión sin poder confrontar ideas con un colaborador y sin tener a nadie interesado en el trabajo junto a mí.

Supongo que con “Jerusalén” estoy embarcándome en un trabajo mucho mayor pero me he desarrollado como escritor desde que escribí “La voz del fuego”. Sabiendo ahora más lo que espero, creo que estoy llevando “Jerusalén” muy bien. Es muy cómodo. Es un gran viaje sin la compañía de nadie más. Aunque no sé si parece que sólo está ajustando mi pensamiento a una escala mayor.

No es tan difícil como lo fue “La voz del fuego”. Con “La voz del fuego” no sabía si sería capaz de escribir una novela, no sabía si lograría terminarla. No sabía si iba a funcionar.

Era un medio con el que nunca había trabajado antes. De modo que me entraron todas las inseguridades que llegan a cualquiera cuando trabaja en un medio en el que no se encuentra seguro. Pero sólo tengo una novela en mi trayectoria no gráfica, aunque tengo bastante experiencia como escritor. Espero que nunca vuelva a hacer nada tan largo como esto.

-¿Y cómo celebrarás escribir una novela de 750.000 palabras?

Cogeré y me echaré un rato a descansar.

-¿No vas a tomarla de nuevo y empezar a leerla desde el principio?

Oh, sí, lo haré. Cuando escriba esa última palabra, volveré a revisarlo todo. Pero eso no llevará mucho tiempo. Puedo repasar un capítulo por día, de manera que llevará en torno a un mes. Hay 35 capítulos. También le pediré a mi amigo Steve Moore que me ayude con eso porque es lo más parecido a un editor a quien permitiría acercarse a esto.

Cualquier editor que se precie inmediatamente me diría que eliminara dos tercios de este libro. Eso no va a ocurrir. Dudaría que Herman Melville tuviera editor, y si lo tuvo, ese editor le habría dicho que se librara del aburrido tema de la caza de ballenas. Ya sabes, “Acorta la persecución, Herman”.

Así que Steve vendrá y comprobará cualquier cosa. Quería asegurarme de que todo el contexto histórico es tan exacto como sea capaz de hacerlo. Hago algunas absurdas reivindicaciones en el transcurso de este libro así que creo que es importante que la información que es real esté completamente documentada y sea completamente exacta.

En respuesta a tu pregunta, probablemente llevaré a Melinda a un restaurante chino y nos atiborraremos de sake. Dejé de beber en 2000 porque me aburrió. Me di cuenta que cuando tenía 14 años había pretendido que me gustara el sabor de la cerveza, porque pensaba que me haría parecer más varonil –en lugar de cherryade [bebida de zumo de cereza], que fue mi primer amor, pero no podía decirlo cuando tenía 14. Así que dejé de beber cerveza, por aburrimiento en torno a 2000.

Pero soy muy aficionado al sake. Es sorprendente cómo se arrastra a través de ti.

-Sí, especialmente cuando está caliente. Su sabor reconforta.

Eso es, no sé por qué pero estaba hablando con algunos científicos de los ‘Uncaged Monkeys’ y les preguntaba ¿qué pasa con el sake? ¿Por qué hace eso? ¿Qué posible diferencia puede tener caliente?

-Hay cuatro cuestiones por las que siempre preguntamos. Primero, ¿había un plan en tu carrera?

No, excepto por el plan que construía poco a poco. No tenía ni idea de que iba a poder vender algún trabajo a alguien cuando comenzaba. Cuando aterricé en el trabajo de dibujante en el periódico musical ‘Sounds’, pensé que podría ser capaz de durar un par de meses antes de que la gente se diera cuenta de que no tenía talento y viniera y me lo devolviera todo.

Pero pensé que al menos podría decir que aguanté unos cuantos meses, ganándome la vida con mi arte y eso es algo de lo que estar orgulloso. Así que, cuando me di cuenta que no iba a haber nadie viniendo y devolviéndomelo todo, empecé a pensar, bien, tengo un trazo algo precario para este mundo y esta situación, ¿cómo podría mejorarlo? De modo que sí, se puso en marcha una tremenda cantidad de estrategias pero no, mi único plan era ver si podía ganarme la vida haciendo algo que me gustara.

Cuando descubrí que podía, adopté mi plan. ¿Podía ganarme la vida haciendo algo que me gustara que fuera también progresivo y fuera llevándolo a las áreas que me interesaban de verdad? Sólo ha sido una cuestión de incrementar mis ambiciones y por esto es por lo que terminas haciendo un libro de tres cuartos de millón de palabras.

-Me preocupa que para el próximo vayas a pensar: “Bien, todo estuvo bien, incluso me divertí”.

El tema es que “La voz del fuego” tenía en torno a 300 páginas e iba todo sobre el condado de Northamptonshire. Éste tendrá tres cuartos de millón de palabras, probablemente, y va enteramente de cinco a seis manzanas de Northamptonshire. En torno a media milla cuadrada.

Así que la próxima tendrá varios millones de palabras e irá simplemente de este rincón del salón. Espero que pueda echar el freno.

-¿Votas?

No, soy anarquista de hace mucho tiempo... Voté una vez. Voté a Jim Callaghan porque un amigo más activo en política me dijo que Edward Heath era un fascista y no votar hubiera sido tan bueno como votar a Edward Heath, lo que habría sido tan bueno como votar a Hitler.

Ya sabes, por aquella fecha no conocía una opción mejor. Edward Heath era sólo un tory a la vieja usanza [nombre que se da quien apoya o pertenece al partido conservador inglés], pero por entonces no sabíamos que habría nuevos tories. De modo que parecía bastante malo y por eso voté a Jim Callaghan.

Jim Callaghan ganó e inmediatamente comenzó a traer misiles americanos teledirigidos a las bases británicas, comprados por una de las peores legislaciones anti-inmigración que he visto nunca. Y pensé, vale, eso es culpa mía.

Me lo tomé en serio, no me gusta votar porque no creo en el proceso democrático, y no creo que eso sea democracia. Democracia como yo la entiendo es ‘demos’ – las reglas del pueblo. No dice nada de las reglas de representantes electos. Planteé en “Dodgem Logic” que había una opción que proponía algo que yo encontraba preferible, era a la manera ateniana.

-Sí, eras llamado a convocatoria.

Se hace por sorteo. Si hay que tomar una decisión de importancia nacional, se designa un jurado o un parlamento por sorteo. Oirán ambos lados del argumento, votarán y el jurado será disuelto. De esta forma no hay manera de que puedas votar privilegios extra para los miembros del Parlamento porque no hay ninguno. Es más de tu interés votar lo que es de interés general para la mayoría de la población a la que retornarás.

No estoy diciendo que sea una idea perfecta pero es quizás una de las ideas en las que deberíamos empezar a pensar, porque de verdad pienso que esto es una de las mejores pretensiones de la democracia.

-Sí, y un puñado de componentes al margen mantendría la balanza del poder.

Eso es. Volviendo a cuando estuve trabajando en el ‘Green Party’ de política local en los 80, salió la idea de representación proporcional, que habría querido decir que si el ‘Green Party’ hubiera conseguido el 1% de los votos, hubiera tenido el 1% de los miembros del Parlamento.

Si el British National Party, o el National Front, [partidos ingleses de extrema derecha] obtuviera el 1% de los votos, podrías terminar con un miembro parlamentario del National Front pero yo podría haberlo soportado. Sonaba como si al menos fuera más justo.

Pero este asunto de distribución no tiene nada que ver con representación proporcional. Es otra forma de organizar los asientos en la cubierta del Titanic. Necesitamos algo mucho más drástico que eso. Necesitamos alguna alternativa a nuestro sistema habitual; eso no lo era.

Por lo tanto, no, no voto, yo creo en acción política directa. Quiero decir, algunos amigos míos de Gales, donde compré una granja en ruinas hace en torno a 15 años –uno de ellos había recorrido Rumanía y había visto un orfanato voluntario que intentaba ayudar a la gente que había rescatado de los orfanatos estatales, que eran horribles. Recuerdos que no querrías tener en tu cabeza.

Y este tipo, que era un exjugador de rugby galés con una cara como la de alguien que ha intentado apagar un incendio con una pala, esperarías cualquier cosa de un enorme, gigante, antiguo héroe del rugby. Él estuvo allí por negocios, vio que ocurría esto y no podía vivir sin hacer nada.

De modo que volvió a casa y reunió a un grupo de excluidos, alcohólicos en desempleo de Gales para ocuparse de un par de camiones y materiales que había reunido de donaciones de colegas de negocios y edificaron un orfanato y un hospicio en dos semanas, con electricidad y agua.

Lo que estoy diciendo es, que si ves en el mundo algo que no puedas soportar o hay algo con lo que no estés de acuerdo, no votes a alguien que te diga que ellos lo van a arreglar, porque no lo van a hacer. Lo que están intentando conseguir es que les votes. Te dirán lo que sea con tal de conseguir que les votes.

Ya no hay incentivos una vez que están dentro. Si quieres que algo se haga, como solía decir mi madre, entonces hazlo tú mismo. Ése era en parte el mensaje con “Dodgem Logic”. Creo que la política del siglo XXI está directamente comprometida con el mundo en que vivimos. Más que abdicar nuestra responsabilidad en las urnas a un puñado de payasos a los que evidentemente no les importamos.

-Lo que nos lleva curiosamente a la siguiente pregunta: una más optimista con la que terminar. ¿Estamos todos condenados?

Sí, pero no te preocupes por ello. Es parte del tema de esta hipótesis en "Jerusalén". Si volvemos a cuando tuve a mis hijas, a finales de los 70, principio de los 80, llegué a un punto en el que no temía más por mí. No temía por mi muerte; no temía por que me ocurrieran cosas malas.

Entonces tuve a mis hijas y eso abre un nuevo y completo torbellino de miedos. Ésa fue una de las razones por las que me lancé tan entusiastamente al ‘Green Party’, porque pensaba que si hubiera una guerra nuclear o un colapso medioambiental, eso podría significar el fin de toda la vida en este planeta, o el fin de toda la vida humana.

Si ése fuera el caso, significaría que cada esfuerzo humano, cada consecución humana, cada nacimiento, el amanecer de las especies habría sido para nada. Nadie sabría nunca que estuvimos aquí. Y pensé: eso es terrible.

El pasado también es aniquilado, todo en lo que mi madre y mi abuela y así se ocuparon es todo borrado por un sinsentido nuclear. Y entonces pensé, porque soy un depresivo bastante bien informado, pensé que incluso si eso no ocurriera y de alguna manera lográramos sobrevivir a los problemas nucleares, sobrevivir a los problemas medioambientales, entonces conseguir al final otros cuantos billones de años y vamos a tener a la galaxia de Andrómeda chocando contra la nuestra. Incluso si eso no ocurriera nuestro Sol se convertiría en una gigante roja devorando al resto de planetas, así que al menos que consigamos algún otro lugar por esa fecha, se acabó.

Entonces también podría pasar que no estamos aquí. Entonces, incluso si conseguimos subir a, no sé, al Starship Enterprise y nos encontramos un sistema solar más hospitalario, en los confines del universo. Dale otros seis billones de años, no estoy seguro. Pero finalmente el universo colapsaría por entropía como el profesor Brian Cox demostró con su castillo de arena tan elocuentemente.

Estuve hablando con Brian, como yo le llamo, y le dije: “Brian, sobre tu demostración de los principios de entropía, pensé que fue elocuente pero no me gustaría preguntar cómo encaja la segunda ley de la termodinámica con tu controvertida hipótesis de que ‘las cosas sólo pueden ir mejor’”.

Él dijo: “Bueno, es una canción pop, no es un principio científico”. Así que pensé, vale, al final todos vamos a irnos y nadie sabrá que este universo estuvo alguna vez aquí.

Ese destino de acumulación realmente estuvo rondándome por la cabeza. Sin embargo, la hipótesis de “Jerusalén” que creo que es científicamente precisa, envuelve todo eso. Significa que nada fue en vano, ningún momento fue alguna vez en vano. Todo está aún ahí y cuando alcancemos el final del universo, es simplemente como el final de una calle, la calle todavía está ahí, el universo todavía está ahí. El espacio-tiempo todavía está ahí.

Así que no, no estamos condenados, a menos que llevemos vidas particularmente malas y poco interesantes –en ese caso, sí estamos condenados, porque creo que las repetimos para siempre.

Así que la iluminación es mi mensaje. Tratad de divertiros porque creo que esto es para siempre.

-Eso es a la vez bastante pesimista y bastante optimista.

Una de las ventajas de la teoría es que contiene todos los cielos y los infiernos por los que incluso los más feroces fundamentalistas americanos podrían pedir en una religión. Todos los mejores momentos de tu vida para siempre –me parece que eso es el paraíso. Y todos los peores momentos de tu vida para siempre. Sí, eso es un infierno o un purgatorio eterno.

Pero ambos casos a la vez, ambos aquí y ahora en este mundo. Todos los cielos y todos los infiernos por los que posiblemente podamos pedir. Ésa es mi hipótesis. Puede que no sea las más agradable de las hipótesis pero, ya sabes, de alguna manera es justa.

Ciertamente es más justa que ser juzgados por alguna remota autoridad espiritual con la que puedes o no estar de acuerdo. En cierta manera hace que todo sea nuestra culpa y yo pueda vivir con eso.

-Creo que eso suena perfectamente razonable.


ÍNDICE DE “ALAN MOORE Y NORTHAMPTON”

jueves, 15 de diciembre de 2011

“LA VOZ DEL FUEGO”, NOVELA DE ALAN MOORE



“[El libro va] acerca del mensaje vital que los labios quietos de los hombres decapitados aún pronuncian; acerca del testamento que los perros negros y espectrales escriben en orín a través de nuestras pesadillas. Acerca de alzar a los muertos para que nos cuenten lo que saben. Se trata de un puente, un cruce de caminos, un lugar desgastado en la cortina que existe entre nuestro mundo y el inframundo, entre el mortero y el mito, la realidad y la ficción, una gasa raída no más gruesa que una página. Trata sobre los poderosos cánticos repetitivos y sin sentido de las brujas y su revisión mágica de los textos en los que vivimos. Nada de esto puede explicarse.”

Son éstas las palabras con las que Alan Moore describe su primera novela, “La Voz del Fuego”, que comenzó a gestarse a principios de los 90 y se publicó en 1996. En medio, le dio tiempo de convertirse en mago, y aunque de telón de fondo están algunos temas relacionados con ello, no es la magia una premisa fundamental en el texto. El libro habla de su apego al territorio donde nació, esa obsesión que particularmente siente, pero que en su compromiso de autor canaliza como un recurso para describir a la humanidad a través de un lugar. Northampton, la ciudad donde ha vivido toda la vida, es por tanto su elección, porque es la que mejor conoce.

Para empezar esta obra, Moore partió de un intenso estudio histórico de la localidad inglesa. La Historia se le plantea como una ficción que se revisa y se reinterpreta continuamente por las épocas; por lo tanto los territorios concebidos de cualquier forma son siempre subjetivos. Sin embargo, aunque no se trate de una verdad absoluta, Moore como persona ha de habitar la Historia, pues inevitablemente él es un individuo perteneciente a ella en un tiempo, y ha de encontrar una teoría que le ayude a ubicar su vida particular. La operación que idea es la de trazar él mismo su propio mapa para instalarse en él. Su mapa, su lenguaje, serán las palabras, la narración. Por primera vez en su carrera, no cuenta con la ayuda de la imagen para la escritura, como así ha sido las veces atrás, sólo dispone de palabras para conjugarlas en el lenguaje.

El escritor comienza entablando relaciones en el tiempo. En este lugar, Northampton, Moore ha relacionado una serie de patrones de su alrededor (e incluso de su propia biografía) que se ven repetidos en los trazos de cultura que el transcurso de los siglos nos han dejado como legado: la VIOLENCIA y los RITUALES (el fuego); las PASIONES y el PLACER utilizados como algo bondadoso; el mes de NOVIEMBRE como fecha repetida en acontecimientos que le son importantes; las PIERNAS (o los pies, pues uno de los motores de Northampton ha sido desde tiempos inmemoriales la fabricación de calzado); una posible red olvidada de CATACUMBAS, CRIPTAS y TÚNELES bajo la superficie construida de Northampton y que el ayuntamiento se empeña en negar su existencia; y los PERROS NEGROS (figura recurrente de la mitología de la zona, conectada al Can Cerberos, animal que guardaba la puerta del Infierno). Estos son sus recursos para apoyarse argumentalmente, y para desarrollarlos en historias que hablen de diferentes tiempos y lugares establece un recorrido -en principio lineal- desde la Prehistoria hasta su actualidad en que escribe la novela, el año 1995.

Las bases históricas con las que empieza a trabajar son reales, pero como él mismo dice, irá buscando “los puntos débiles de las fronteras del hecho, los cruces de caminos”. De esta forma, realiza 12 capítulos, todos narrados en tiempo presente y en primera persona, la del protagonista de los sucesos que se recogen, uno por cada episodio y procurando que el personaje también tenga base histórica. Acostumbrado a completas descripciones de cada viñeta, parece que meternos en la piel de cada actor principal es la mejor forma que encuentra para controlar lo que llega al lector, poner la acción en los ojos del personaje y que sintamos como él.

En cada episodio, la actividad del protagonista y de las personas de su tiempo irá modificando al lugar, aunque estableciendo rituales con los que apaciguarse con él y sentirse seguros. Pero el territorio en sí permanece indiferente a los cambios humanos, se mantiene como algo oculto que acecha las existencias, tan sólo el escenario de la vida y también el receptáculo al que todos los vivos van tras la muerte (cuando somos enterrados). En definitiva, un co-protagonista común y ausente en todo el libro. Teniendo en cuenta este concepto de lo único que permanece, Moore lo considera un estrato que puede ser invocado en el imaginario colectivo de las generaciones pasadas y futuras; en sí es una entidad atemporal que en algunas ocasiones viene a la mente de las individualidades y que sólo a veces aparece pacíficamente. Asimismo, como el fuego, es la única realidad cuyo tiempo es mucho más alargado que el de los seres humanos. Y a ellos la tierra se les presenta como un ente liberador, mucho más viejo y más sabio que todos los seres que contemplan. Entonces, tierra y fuego surgen como un sustrato que permite las vidas de los seres humanos en el tiempo pero también algo que los devora en sus entrañas tras la muerte.

Centrándonos en las historias contenidas en cada capítulo, todas diferentes e independientes, podemos decir que hay una trama que evoluciona la manera de concebir el mundo que se tiene en cada época, y que elabora un lenguaje para comunicarse con él a partir de las visiones anteriores. Ésa es la parte lineal de la novela, la del lugar visto como algo producto de una continuidad, y es verdad que se observa en su morfología: desde la prehistoria hasta 1995 va llegando una herencia recogida y transformada por cada tiempo. Sin embargo, a su vez Moore introduce otras conexiones independientes y que se repiten y se transforman indiferentemente hacia atrás y hacia delante. Como si voces enterradas o desaparecidas quisieran salir a la superficie. Cosas que pasan al principio las veremos más tarde, y al revés, sin un orden claro. Son coincidencias que el autor ha documentado y le ha dado forma novelada, de una manera pretendidamente complicada e incomprensible, un bello misterio formal y literario probablemente sólo válido para Northampton y no sabemos qué pasaría si ampliáramos el círculo, porque su lógica no espera ser resuelta, tan sólo pretende hacernos ver que detrás de nuestro avance progresivo y cronológico en el que nos suponemos como humanidad hay también otros sustratos, como el lugar, que no están bajo nuestro control y que sí que debemos tener en cuenta. Moore reconoce que “este intento de matrimonio entre el lenguaje y la vida es un modo de actuar no exento de riesgos. Si se da un giro sorprendente puedes acabar en un sanatorio mental.”

La primera edición de “La voz del fuego” apareció en la editorial británica Victor Gollancz, en 1996. Contenía ilustraciones de Cliff Harper (las que en esta entrada se acompañan); en concreto realizó la portada, una pequeña ilustración para cada capítulo y un mapa posible de Northampton que ubicaba la acción de cada capítulo en la topografía. Posteriormente, en 2003 la editorial americana Top Shelf reeditó la novela, esta vez acompañada de un prólogo de Neil Gaiman e ilustraciones de José Villarrubia, una imagen para cada uno de los protagonistas de cada capítulo.

La edición española, de 2006, corre a cargo de Planeta de Agostini (con portada de R.M. Guéra) y creemos que como libro podría mejorarse, teniendo en cuenta otras ediciones excepcionales de obras de Alan Moore que esta editorial ha publicado en nuestro país. Por ejemplo, no contiene las ilustraciones de la edición original ni la posterior, e incluso se ha eliminado el índice del libro. En nuestro artículo vamos a hacer un repaso pormenorizado de las partes en que se divide esta obra y por ellas iremos acompañando estos elementos “perdidos” en la edición que podemos encontrar en nuestro mercado, porque creemos que son necesarios para que podamos alcanzar una mayor comprensión de este trabajo como Alan Moore lo concibió, una obra poco conocida aunque –es nuestra opinión personal- de las que más nos hablan de su manera de enfrentarse a la vida mediante la creación.


CONTENIDO:

CAPÍTULO 1.- EL CERDO DE HOB. 4000 a.C.
Un adolescente que pertenece a un grupo de nómadas es dejado a su suerte tras la muerte de su madre –enterrada con un pie fuera-, que era la que lo cuidaba por tener algún tipo de discapacidad psíquica. Completamente indefenso, su preocupación principal será encontrar comida, aunque al mismo tiempo va descubriendo una nueva forma de vida para él, la de seguir una estrategia para conseguir un objetivo, acción que encamina principalmente hacia el sedentarismo, por el que no estar ya más expuestos a las fortunas y desventuras del viaje.

Al pertenecer a un colectivo que empieza a ser desplazado por otros más evolucionados, nómadas frente a sedentarios, la observación del chico es inocente, y su lenguaje aún no está muy desarrollado (todo es conducido a través de la raíz “cosechar”), aunque la realidad del mundo que habita e interpreta nos va llegando con extraordinario detalle y sensibilidad. El muchacho está más apegado a un sentir de supervivencia directa, donde no se concibe la mentira o la necesidad de matar más allá de la procura del alimento. Sin embargo, el mundo en el que ahora se adentra se observa a sí mismo y ha hecho nacer la figura del guía (Hob), esa persona que orienta la vida de los demás porque posee más información que el resto, y también de la mitología, la elección de símbolos que expliquen las incógnitas cotidianas. A su vez, describe lo que pudieron ser los inicios de Northampton, unos terrenos a la orilla de un río donde se ha tendido un puente entre riberas y se cultiva, se domestican animales (cerdos, principalmente), sacralizando estas actividades con cultos, lo que se produce en los terrenos más elevados de una colina.

Todo el capítulo es dificultoso de seguir, en mucho por la expresión rudimentaria del nómada y los elementos sobrenaturales que se introducen, no sabemos si son reales en los acontecimientos de la narración o sólo ensoñaciones debidas a la deficiencia mental del muchacho. En la entrevista que Moore concedió a Raúl Sastre en 2006 dice al respecto: “[...] hace poco alguien me preguntó que por qué había hecho el primer capítulo de mi primera novela prácticamente ilegible [risas]. La única respuesta que se me ocurrió en ese momento fue "para mantener a la escoria alejada" [risas]. Creo que lo quería hacer era dejar claro desde el principio cuáles eran mis intenciones. No tenía intención de escribir una novela de fantasía, o una novela de género, ni limitarme a un estilo en particular. Quería hacer algo provocador.”

El tono de Moore parece burlón, pero cuando nos adentramos en la lectura observamos que hay algo más, porque van surgiendo ya muchos iconos y referencias que no tienen que ver tanto con este capítulo en sí como con la interconexión con los demás.


CAPÍTULO 2.- LOS CAMPOS CREMATORIOS. 2500 a.C. (pág. 56 Ed. Planeta)
La Edad de los Metales ha hecho evolucionar el conocimiento y empleo del fuego, y ello ya ha transformado los paisajes del capítulo anterior: surgen tocones de árboles cortados y tierra gris, llena de cenizas. Además ha hecho lo propio con las costumbres del asentamiento en torno al río, que es ya una aldea con actividad consolidada de forja (situada en la colina), que se protege del exterior por una valla de forma circular, y se aprecian costumbres y actividades propias de una comunidad con sus bases establecidas; entre ellas, la existencia heredada de un hombre sabio (Hob) que domina las artes secretas o antiguas.

En la trama, una vagabunda asesina a una mujer, Usin, que es la hija de Hob, cuando ésta acudía al poblado a ver a su padre moribundo y recibir su herencia. Entonces la suplanta y en su llegada al asentamiento se pone en marcha el mecanismo que Moore ha elaborado. Allí, una vez presentada, tomará conocimiento de la concepción local del poder de la tierra como aquello desde lo que todo se eleva, por medio del fuego, y cómo esta cultura ha concedido vital importancia a los mapas subterráneos que natural o artificialmente discurren bajo sus pies.

Todo se desenvolverá por medio de un lenguaje vulgar y sucesos muy particulares. El escritor va forjando su visión de la Historia, al igual que al mismo tiempo esta humanidad va haciendo en sus hornos metalúrgicos. Ya vamos reconociendo a través de las páginas lugares y elementos reales de Northampton, aunque la Historia como materia no tiene datados estos primeros vestigios conocidos, son más bien aportación de la investigación de Alan Moore.


CAPÍTULO 3.- EN LA RIBERA. 43 d.C. (pág. 127 Ed. Planeta)
El Imperio Romano avanza en su conquista, y también ha llegado a los territorios de Northampton. Este hecho significa destrucción y vejaciones a los habitantes para demostrar el dominio de su poder, y por él surge el concepto de “poseer la tierra”.

Mientras, un cazador de aves y peces prosigue su actividad de búsqueda de alimento para su familia, camuflado en los terrenos pantanosos río abajo, y permanece ajeno a las atrocidades que se pudieran estar acometiendo en su aldea. Ensimismado en su diálogo interior nos irá mostrando hechos que bien pudieran producirse en el momento presente o que quizás son ecos de algo pasado, donde se entremezclan también con extrañas leyendas que circulan de viva voz (y que aluden a los dos capítulos anteriores del libro).

Prácticamente la acción de este episodio es nula, o muy pasada por alto, más bien se muestra como un cantar nostálgico al medio natural sobre el que la comunidad a la que el cazador pertenece se ha asentado.


CAPÍTULO 4.- LA EFIGIE DE DIOCLECIANO. 290 d.C. (pág. 139 Ed. Planeta)
Inglaterra es ya un territorio bajo el control de Roma. Esta realidad se traduce en una nueva denominación de las poblaciones y en la introducción de su cultura, su moneda, su lengua, sus instituciones, etc.

Cayo Sexto, el protagonista de este relato, es un “investigador del erario público”, una suerte de detective de la época al servicio del emperador y encargado de detectar fraudes pecuniarios en las tierras del centro de Bretaña; en este caso investiga la aparición de piezas falsas.

Northampton es ahora un asentamiento dominado por los cristianos, que viven junto al río y emplean a los conversos para trabajar gratuitamente por acto de fe al servicio de su empresa religiosa. El comercio más importante de la zona cae en sus manos y ello los mantiene alejados de la presión de pobladores del norte de Europa (bárbaros) que han comenzado a abundar por estos territorios, imponiendo poco a poco sus costumbres amorales y vicios a los ciudadanos romanos. Estos bárbaros rondan los territorios de la colina (donde han tenido lugar los dos primeros capítulos de la novela), campamento abandonado hace tiempo y evitado por todos, temerosos de las supersticiones mitológicas que sobre ellos circulan.

El protagonista va descubriendo poco a poco el hecho de la decadencia de Roma y entrará de una forma un tanto inquietante a conocer y formar parte de la otra Historia del lugar, ésa que evoluciona como algo propio y al margen de toda dominación externa.


CAPÍTULO 5.- LOS SANTOS DE NOVIEMBRE. 1064 d.C. (pág. 155 Ed. Planeta)
La ciudad protagonista de esta novela se llama ya en este relato Ham Town (“Ciudad del Jamón”, a causa del negocio porcino), y apunta al nombre que derivará a su actual denominación: Northampton.

Estamos en un convento, cuando la monja Algiva experimenta diversos éxtasis y ensoñaciones, que le hacen retroceder al pasado en dos fechas: el año 870, cuando los santos Edmund y Ragener fueron martirizados por vikingos; y al 1050, año en que el extasiado joven Ivalde y el sacerdote Bruning excavan el suelo bajo la iglesia que se emplaza en la colina de los “Campos Crematorios”, investigando el sustrato de la ciudad.

Algiva vive los momentos de retroceso dentro de la persona de los santos y con respecto al segundo caso, ella misma fue testigo presencial de la excavación. Otro detalle importante es que durante la acción ella está aquejada de cojera en una pierna y lo asume como una penitencia (el recurso a los dolores en las extremidades posteriores será muy repetido por todo el libro).


CAPÍTULO 6.- COJEANDO HASTA JERUSALÉN. 1100 d.C. (pág. 173 Ed. Planeta)
Prácticamente nos encontramos en la misma época temporal que el capítulo anterior. La preocupación religiosa (cristiana) en este caso proviene de Lord Simon, caballero que regresó de las Cruzadas y sustituyó a Lord Watheof, casándose por conveniencia con su hija Maud. Su vida personal es un infierno, pues la superstición de los aldeanos y sobre todo de su esposa le obstruye su deseo de erigir un nuevo templo cristiano de forma circular -la "iglesia de San Pedro"- sobre el viejo edificio religioso de la colina, hecha a través del tiempo por retales y vestigios de otras civilizaciones paganas y evitada con temor fanático por el crecimiento del tejido urbano. Además, Lord Simon suma su horrible cojera a pesadillas que no entiende y que nosotros sí hemos visto ya desde el capítulo del Nómada, y que seguiremos viendo con posterioridad, recursos permanentes en el imaginario colectivo que Alan Moore va desentrañando y conectando a través de sus líneas y personajes.

A destacar, hay que decir que la población de la ciudad está constituida ahora también por población semita, y se habla ya de un mercado consolidado y vital en la actividad económica de la urbe. El debate de Lord Simon sobre la mejor forma para la adoración cristiana y la manera de levantarla con un sistema constructivo imperecedero, heredada de deseos y compromisos de las Cruzadas, parece conformarse como algo ya raro a lo que el pragmatismo de la naciente clase burguesa pretende para el futuro.


CAPÍTULO 7.- CONFESIONES DE UNA MÁSCARA. 1607 d.C. (pág. 199 Ed. Planeta)
Tras la intensidad de búsqueda espiritual en los últimos episodios, la trama rompe ahora la tensión por un registro más humorístico. Empalado durante dos años frente a la puerta norte de la ciudad (amurallada), Frances Tresham recibe la visita de otro empalado, el Capitán Pouch, autoridad que precisamente había ajusticiado a su círculo de allegados.

No sabemos si vivos o animados por una perversa energía, el caso es que tras sus muertes a sus cabezas se les ha negado recibir la liberación del fuego o de la vuelta a la tierra. Entonces, allí entablan una conversación que repasará los hechos que fueron llevando a que en la ciudad surja un espíritu subversivo que dio forma al histórico intento de atentado en Londres contra el Parlamento, entre cuyas figuras se encontraba Guy Fawkes (nombre que a los lectores de otra obra de Moore, “V de Vendetta”, les sonará).

De nuevo, se aluden a hechos y leyendas que se entremezclan con los del pasado y aparece otra iglesia, Santa Fe, que fue comprada y acondicionada por el padre de Tresham para servir de palomar.


CAPÍTULO 8.- LA LENGUA DE LOS ÁNGELES. 1618 d.C. (pág. 219 Ed. Planeta)
En cada tiempo, en cada circunstancia y personaje de esta novela, el autor se va adaptando a la Historia, al empirismo que les sea característico (yendo desde lo vulgar a lo culto, y viceversa) y también a la narrativa y técnicas literarias de cada época. En esta ocasión la acción comienza en un carromato que viaja desde Faxton (en el condado de Northamptonshire) hasta Kendall, en el norte del país. Reina el rey Jaime y se vislumbra un país que tiene conciencia de sí mismo pero en el que por otro lado circula silenciosamente el descontento y rencor general, que dará paso en breves años a las Guerras Civiles Inglesas.

En el vehículo viajan el juez Nicholls y una viuda con su hija pequeña. El hombre está obsesionado con lo sexual y aprovecha cualquier ocasión para dar rienda desenfrenada a sus pasiones, sólo que en secreto pues está casado. Así, va intentando arreglar con la mujer un encuentro amoroso tras ajusticiar el caso para el que ha sido citado. Poco a poco irá apareciendo John Dee, una figura relacionada con el pasado de ambas familias, y que fue ocultista y consultor de la reina Isabel I (aparte de uno de los autores que Moore estudia en sus facetas de mago en la vida real), y de esta forma la trama se irá haciendo más y más compleja hasta que nos cueste trabajo distinguir qué es real y qué está pasando en verdad, pues entra en escena mucho del “patrimonio” de ensoñaciones que Moore ha ido dejando en páginas anteriores de la novela. para llevarnos febrilmente al final del episodio.


CAPÍTULO 9.- COMPAÑERAS DE JUEGOS. 1705 d.C. (pág. 255 Ed. Planeta)
Elianor Shaw, la protagonista que cuenta el relato (siempre, como dijimos al principio de este texto, se habla en 1ª persona) y Mary Phillips permanecen en la prisión de Northampton, donde son quemadas por brujería. Ellas han experimentado comunicación mediante sueños, visiones e invocaciones con un Hombre de Cara Negra que los lectores de “La voz del fuego” reconoceríamos como Hob. Sin embargo, aunque toman elementos de las raíces de Northampton las mujeres los interpretan a su manera y los emplean para el beneficio de sus vidas, en las que adquiere protagonismo una figura mitológica que ya había salido de pasada anteriormente: la “Perra Negra”, animal que “habita los cruces de caminos, los puentes o los lugares donde las cosas aún están por decidir” y “cuyos cachorrillos llenan el ambiente de miedo”. Acusadas por tanto de brujería por quienes usaban antes de sus conjuros, en realidad sólo es una excusa para condenarlas por los prejuicios de la época, ya que a las dos mujeres se les culpa por ser “compañeras de juego” (amantes, se entiende).

La forma de comunicar, el apego a un territorio o los placeres terrenales van siendo expuestos con maestrías en esta bella historia sobre el amor de dos mujeres en una época que no se acepta tal hecho. El fuego que va consumiéndolas se ve, más que como una muerte de la sustancia, como una manera de que se conviertan en luz y que permanezcan suspendidas para siempre en el tiempo. Destacamos la reflexión de Moore al respecto: “¿Por qué tenemos que coger la parte más dulce de nuestro ser y convertirla en otra cosa con la que sacarnos los ojos?”


CAPÍTULO 10.- EL SOL LUCE PÁLIDO EN EL MURO. 1841 d.C. (pág. 275 Ed. Planeta)
La experimentación en el lenguaje vuelve a quedar patente en este episodio. El motivo ahora es un diario expuesto en forma de texto sin puntos ni comas de principio a fin y con palabras que cambian aleatoriamente una letra por otra, para dar voz a John Claire, poeta inglés.

No nos quedó claro con la primera lectura, pero el artista parece retenido en algún tipo de encierro, un manicomio o algo así. La cuestión es que en su delirio confunde recuerdos propios con ajenos, y por supuesto en ellos entran en juego cosas ocultas de la Historia que ya han pasado en este libro, nadie sabe cómo han llegado a su conocimiento, si es por investigación propia o por algún tipo de conciencia colectiva atemporal que perdura en las personas que han vivido y siguen naciendo en estos territorios británicos (posteriormente a esta novela, y unido a sus estudios de Magia, Moore formulará desde un punto de vista platonico la idea de una conciencia imaginativa común, el Ideaspacio).

Sería ideal complementar el abordaje de este capítulo con la de alguna biografía de Claire más profunda, aunque lo cierto es que en sí el texto es enormemente atractivo, por reflejar el estilo de un “loco” que alucinando sigue componiendo e intentando hacer bella su expresividad.


CAPÍTULO 11.- LO MÍO SON LOS LIGUEROS. 1931 d.C. (pág. 291 Ed. Planeta)
Alan Moore ha realizado un exhaustivo estudio documental para cada capítulo, y no cabe duda que conoce bien la zona donde se desarrollan los hechos puesto que en ella se ha criado. Pero en esta parte cobra especial relevancia su testimonio personal ya que se convierte en una de las primeras personas que ha pisado la celda donde el protagonista de esta ocasión, Alf Rouse, pasó su última noche. El calabozo de la antigua comisaría de Angel Lane es hoy parte del sótano del edificio del Ayuntamiento, demostrando que, como en tantos otros sitios de Northampton, el mundo que se desarrolla bajo el nivel del suelo sigue huellas diferentes e independientes a la de la superficie trazada por la urbanística contemporánea, algo que Moore ya ha ido desgranando en las páginas anteriores.

Ruose cuenta de manera circular, empezando por el final, el crimen que perpetró sin saber muy bien por qué, la “noche de las hogueras” del 5 de noviembre, que rememora el fracaso del complot de Guy Fawkes. Hablará de su vida personal tras la vuelta de la I Guerra Mundial, de su empleo como comercial, sus continuos viajes, así como de los romances que ha ido teniendo, y cómo toda la presión acumulada por la vida y el lugar pueden romper en la materialización de un asesinato.


CAPÍTULO 12.- LA ESCALERA DE INCENDIOS DE PHIPPS. 1995 d.C. (pág. 317 Ed. Planeta)
Por supuesto, todos y cada uno de nosotros somos protagonistas históricos de nuestro tiempo. Los físicos dicen que todo cuerpo ocupa un lugar en el universo, y Alan Moore se constituye a sí mismo como el personaje del último episodio del libro, al ser él el que ha invocado en estas páginas todos esos datos, esas personas de las que se habla en documentos que recorren cuarenta siglos, esas experiencias personales que sólo se adquieren desarrollando la propia vida en un lugar.

El autor habla de su realidad en 1995 mientras en casa escribe a ordenador esta novela, escucha las abrumadoras noticias y siente la fría y húmeda atmósfera de Northampton. Luego sale a la calle y nos describe el barrio en el que ha vivido los últimos 10 años, “Phipps Ville”, construido en el siglo XIX por el empresario de la metalurgia y la cerveza, Pickering Phipps. Caminando, reflexiona sobre cómo ha cambiado la ciudad tras la II Guerra Mundial, arrasando con todos los terrenos construidos o no, ladrillos y metales extendiéndose depredadoramente. Una Plaza del Mercado que se alza desierta y fantasmal cuando no contiene actividad.

Va a ver a su pareja Melinda Gebbie, que vive sola. Siente náuseas por el esfuerzo invertido en horas recientes en la escritura y vomita. Luego ha quedado con su hermano Mike y su sobrino mayor Jake, en un local de St. Andrews, la calle donde vivieron su niñez y adolescencia junto a su familia.

Todo el dolor, las magulladuras, las fuerzas inmemoriales ocultas bajo la superficie del pensamiento consciente y de la realidad parecen manifestarse en este momento para Moore, al igual que le ha pasado a sus personajes a lo largo de este libro. Comparte con nosotros un trozo de su presente, en el que nos muestra lo que ocurre en su mente en ese momento y en ese contexto. Cómo nota cosas que han sido tapadas por la construcción descontrolada promovida por los planes urbanísticos del ayuntamiento de la ciudad desde los años 70, pero que consiguen filtrarse y finalmente encuentran su válvula de escape a través de los seres humanos que allí habitan, que sufren ataques repentinos de violencia y sangre a la menor provocación. Él siente que las fronteras que nos separan de esas realidades sepultadas son muy débiles, y que escribir es la forma que puede encontrar un escritor para invocar las necesidades presentes en un lugar, delimitándolo con palabras o símbolos que casan el lenguaje y la vida, arriesgándose a “hacer de lo real una historia y de la historia una realidad”.


ÍNDICE DE “ALAN MOORE Y NORTHAMPTON”