“OTHER LIVES” es un trabajo de casi centenar y medio de
páginas que el autor Peter Bagge publicó en el sello Vértigo de DC en 2010 (y
que ese mismo año editó La Cúpula en español).
Su premisa es muy sencilla: coger cuatro personajes que en
el momento presente han sido unidos por Internet y que a partir de ahí hacen un
alto en el camino, unen sus vidas reales y se relacionan entre ellos; pero lo
que los hace especiales es que aún continúan inmersos intensamente en esa “otra
vida” virtual, de forma que la lectura nos hará explorar su identidad a través
de esa dualidad de realidades, la verdadera y la ficticia, ambas muy poderosas.
Así, tenemos a Vader Ryderbeck que es un periodista lleno de complejos,
llegando al extremo de sentir autocompasión. Mientras escribe sus artículos se
sumerge en la Red para buscar referencias y en esos momentos tiende a estar
alcoholizado, por lo que el resultado es que a veces tiene dudas de la
originalidad de los textos que entrega. A través de la narración iremos
descubriendo que su inseguridad proviene de la educación que ha recibido en su
familia, emigrantes rusos, y la inestabilidad que siente llega hasta el punto
de que se disfraza continuamente de cara a los demás, omitiendo datos sobre sí
mismo o inventando otros.
Otis Boyd presume en público de ser un agente encubierto de
la CIA, a veces posee datos que lo hacen creíble y otras parece rematadamente
loco. Vader cree conocerlo y comenzará a investigarlo a través de las redes
sociales, lo que supone el arranque de la historia.
Ivy, camarera, es pareja de Vader y vive con él. Es de
raíces orientales y pensaba que su vida en casa era tediosa y falta de
estímulos, por lo que se independizó contradiciendo la tradición familiar de
casarse antes de convivir. Está a gusto, enamorada (conoció a Vader cuando le
escribió por un artículo suyo que le encantó); sin embargo, la inseguridad de
éste la descoloca bastante. También está obsesionada con tener una boda
finalmente, aunque sea a un estilo más alternativo, lo que muestra que pese a
sus ganas de rebeldía en el fondo no deja de sentir las “obligaciones”
familiares.
Woodrow es colega de Vader desde la universidad, y aunque
está casado, tiene dos hijos y lleva un trabajo, está todo el día metido en
Internet: juegos, redes sociales, comunidades virtuales,... Tiene agregado a
Otis Boyd en su cuenta y será la otra pieza que vertebre la narración mientras
Vader hace sus pesquisas. Está enganchado a Internet, y será él quien
introduzca a Ivy en Second World, una comunidad virtual en la que cada uno
elige un avatar e interpreta un papel.
Una vez presentados los personajes (que en Booklist afirman
que podrían ser los que salían en la obra más reconocida de Bagge, “Odio”, una
vez crecidos), fijémonos en su interacción. Cada uno guarda secretos o
pensamientos aparentemente inofensivos, que forman parte del círculo de su
propia intimidad personal. El mundo formal y la esfera irreal entretejen una
serie de relaciones, y nos mostrará que cada uno de los protagonistas se
comporta de forma diferente en su vida común y en Internet. La cotidianeidad
está marcada por unas convenciones, unas reglas de convivencia mucho más
suaves, censurables socialmente; en la Red por el contrario nos acercamos más
al mundo de la máxima posibilidad, a interpretar un papel que las herramientas
virtuales son capaces de representar potentemente. Si en el primer caso somos
perfectamente identificables y localizables,
nos movemos entre límites, en el segundo es más difícil rastrearnos, es
un juego de anonimato donde no importa la localización o los prejuicios y
podemos cambiar constantemente de personalidad, de escenario, de actividad o de
compañía, y si sale mal existe esa palabra mágica que es el “reinicio”. Un
mundo es auténtico y otro es ficticio, pero las emociones y sensaciones que
Vader, Otis, Ivy y Woodrow consiguen despertarnos las vivimos con igual viveza
en los dos.
La composición de Bagge es convencional narrativamente
hablando, con esquemas de paginación clásicos y planos elementales, aunque su
estilo es muy claro y expresivo y hace que sirva a la narración sin aburrirnos.
No olvidemos que es un artista que se encuentra ya en la cima de su carrera y
ha depurado su dibujo. Con plasticidad y agilidad es capaz de dar forma en el papel
a unos monigotes icónicos y divertidos, enmarcados por un foco de luz central
en cada viñeta, y eso es todo de lo que se sirve para alumbrar con elementos
muy simples y efectivos una obra de gran carga teórica.
Sin dejar estar presente todo el tiempo un humor hilarante,
maximizado por es estilo gráfico, hay detrás un estudio muy serio y complejo
del momento actual en Occidente que obtenemos a través de la desmenuzada
lectura. Refleja la sofisticación de sociedad actual y el vacío existencial que
sus estructuras son capaces de infligir a sus componentes al dejar marginados a
los inadaptados. Pero no se queda ahí, porque da un paso más y se fija en esa
otra sociedad de lo virtual que es en sí muy sencilla pero que poco a poco y
sin darnos cuenta está avanzando sobre aquella como una marea: sólo está
formada por personas atentas a un ordenador e intercambiando información. La
Red puede poseer una organización más básica para comprender que la vida real,
y es más accesible, nos permite obtener, resolver o satisfacer necesidades con
gran inmediatez y facilidad, para cualquiera. De pronto es como si un ser
colectivo compuesto de múltiples almas disconformes hubiera cobrado vida propia
y estuviera siendo capaz de inventar otra plataforma alternativa donde desenvolver
otra vida, y que incluso acoge ideas tan alumbradoras, relaciones tan vívidas o
batallas tan intensas como en la vida real pero mucho más dinámicas y
flexibles; ahí existen conceptos como el éxito, la complicidad, el odio, los
celos, la competitividad, la vanidad, el deseo,... Es más, podríamos decir que
incluso ya ha conseguido que el que se encuentra fuera de Internet o no esté
atento a él sea otro tipo de inadaptado, como si hubiera que salir de la
sociedad para ser integrado socialmente. De hecho, cada vez más se dan casos en
que lo virtual está marcando las pautas de comportamiento y de los
acontecimientos de la realidad, acechando continuamente sobre cada una de
nuestras posiciones para cambiarnos y afectarnos, o rehacer nuestros caminos.
Las vidas de Vader, Ivy, Woodrow y Otis fueron cruzadas cuando ellos operaban
en la Otra Realidad, solventando de forma tranquilizadora y rápida sus
problemas de comunicación, pero el desafío es que cuando creyeron resueltos sus
problemas el juego siguió operando.
Quizás la Red de Redes ya sea un invento tan relevante como
la escritura, aunque trabajos como “Other Lives” nos hacen ver que aún nos
queda mucho por descubrir de él y que sus consecuencias aún son imprevisibles.
E inevitables. Por nuestra parte, no sabemos si calificar este trabajo de Bagge
como obra maestra, pero lo que sin duda nos parece es que constituye una obra
de referencia no sólo dentro de la trayectoria del autor, sino del medio Cómic
en general.
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