Se trata éste de un trabajo realizado por los franceses
Patrick Cothias (guión) y André Juillard (dibujo) entre 1983 y 1991, en 7
álbumes de 46 páginas cada uno y recopilados en España por NORMA Editorial en
un único tomo integral (45 €). Supone la continuación de una colaboración
iniciada por ambos autores en la editorial VAILLANT en 1980 –revista Pif
Gadget-, donde narraban las aventuras de Máscara Roja, un justiciero del siglo
XVII bajo el que se escondía la baronesa Ariane de Troïl. En 15 relatos cortos
de 10 páginas reunían gran cantidad de acción, aunque los autores lamentan no
haber podido desarrollar más a los personajes y sus motivaciones. Tras hacer
poco ruido en el mercado y la crítica, su contrato con la editorial expiró en
1981 sin ser renovado. No obstante, poco después ficharon por GLÉNAT,
dispuestos a continuar el personaje en su revista Circus y darle la profundidad
que pretendían; para ello, esta nueva empresa adquirió los derechos de aquella
serie inicial a bajo precio y se pusieron manos a la obra.
Los relatos que Cothias y Juillard estaban elaborando sobre
Máscara Roja se adentran en los géneros de ficción histórica y capa y espada,
en concreto por la época de Los Mosqueteros de Dumas (a los que de hecho se les
harán algunos guiños): el fin del reinado de Enrique IV y el comienzo del de su
hijo Luis XIII a principios del siglo XVII, entre 1601 y 1625. En la segunda
etapa de la serie, “LAS 7 VIDAS DEL GAVILÁN”, el propósito es contarnos el
origen de la noble Ariane de Troïl y cómo se va enlazando con el del futuro rey
Luis XIII, desde el nacimiento de ambos en el mismo día.
Serán como decimos siete álbumes en los que asistimos al relato de una
vieja bruja que nos va mostrando e interpretando los destinos, fortunas y
desventuras de sus siete pájaros, relacionados con siete personajes de la
trama. Las aves son testigos y guías de sus vidas, en las que como ellos
sobrevuelan una época en la que se cuecen ya las ideas de la Revolución
Francesa, mientras aún persisten impasibles los linajes de privilegios
heredados ante un pueblo que sufre hambre y penurias. No es casual que los dos
protagonistas principales, Máscara Roja y el Rey, pertenezcan a la clase
acomodada y se vayan mostrando ya receptivos a las pretensiones de justicia que
bullen en el pueblo (la misma Historia demostrará que no quedaba otra si
pretendían mantenerse en el poder), y que su acercamiento a ellas tenga que
producirse de la única forma posible en una corte llena de intrigas, dominio de
las religiones y lucha por el poder: mediante la clásica acción del héroe
abnegado que anónima y desinteresadamente intenta equilibrar la desigual
balanza en una batalla perdida. Así, no sólo se erige un símbolo añorado, que
asume en la punta de su espada las disfunciones de la realidad, sino también se
lanza la primera estocada de un mundo que ya de forma inevitable va a cambiar
para todas las clases en los tiempos venideros.
Cothias y Juillard nos presentan al héroe, al Gavilán, como
el abanderado de los grandes ideales pero también como la marioneta del
“diablo”, el cual en palabras de la bruja no es más que un invento humano para
justificar lo peor de la humanidad. Lo cierto es que en estas más de 300
páginas no es la acción lo que más prima, sino más bien la exploración psicológica
de los protagonistas, sus contradicciones y su búsqueda de una respuesta
siempre bienintencionada ante un entorno que los somete a gran presión durante
las siete entregas:
TOMO I: “LA MUERTE BLANCA”
TOMO II: “EL TIEMPO DE LOS PERROS”
TOMO III: “EL ÁRBOL DE MAYO”
TOMO IV:
“HYRONIMUS”
TOMO V: “EL SEÑOR DE LOS PÁJAROS”
TOMO VI: “LA PARTE DEL DIABLO”
TOMO VII: “LA MARCA DEL CÓNDOR”
Desde las provincias (la Auvernia), donde los señores de las
tierras luchan entre sí y atemorizan a un pueblo ya descontento, hasta la
capital en París, los sucesos se van entrelazando poco a poco, hablándonos de
dos familias, la Real y la del Barón de Troïl, enlazadas por la aparición de
tres Gavilanes, el soldado Germain Grandpin y la bruja. Ambas historias llenas
de matices, desgranadas poco a poco en un relato apasionante y rico en
detalles, que te envuelve desde la primera hasta la última página, al estilo de
los viejos folletines de aventuras.
Si el guión está perfectamente atado, contextualizado,
medido, elegantemente escrito y lleno de hondas apreciaciones, el dibujo no se
queda a la zaga. Contiene la perfección y el dominio de un artista de una talla
excepcional formado en las Bellas Artes, tanto en anatomías, expresiones,
movimientos, caracterizaciones de personas, animales o lugares, así como en su
narrativa gráfica. Pero también presenta una exhaustiva documentación
histórica, de escenarios, vestimentas, costumbres, festejos, alimentación, etc.
Sin duda, es palpable el enorme esfuerzo de ambos autores tanto en la labor
individual como en el mano a mano para que la aventura quede completamente
integrada, y cuando los autores disfrutan de su trabajo sin duda alguna el
lector lo agradece.
Únicamente he encontrado un poco incoherente la inclusión
del anexo de bocetos y textos al principio del libro, porque revelan detalles
importantes del argumento, y particularmente lo hubiera presentado al final. No
obstante, es un complemento necesario, porque es cierto que los acabados de
Juillard a tinta negra muy fina y color quizás denoten demasiado academicismo
realista, aumentado por la finura de líneas del entintado (en un
interesantísimo artículo aparecido en revista TRAMA nº32 Koldo Azpitarte e
Iñaki Gutiérrez utilizan, refiriéndose a ello, la expresión “la fría perfección”).
Es una opinión muy personal, pero nos gusta el medio Cómic por aspectos más
bien relacionados con la interacción de imagen y palabra, no tanto para captar
instantes de la realidad, para lo que ya existen corrientes pictóricas como tal
o incluso la fotografía. Sin embargo, contemplar en ese anexo el lápiz tan
sucio como acabado, los trazos que van dando forma a ideas, que piensan sobre
la historia y la Historia, no hace más que afirmarnos en la idea de que esta
obra es tan maravillosa que ni necesitaba de completarse a tinta y color para
ser comunicativa; quizás nos hubiera bastado con poner los bocadillos sobre
estos bocetos para tener ya la obra maestra que es, de forma mucho más
inmediata, alumbrada con los humores de los mismos pensamientos.
Probablemente, un cómic en el que la serie televisiva
“ÁGUILA ROJA” debería fijarse más, por sus coincidencias, si quieren que el
formato no pierda interés. También, una opción de compra que por su elevado
precio nos hace dudar, en estos terroríficos tiempos que nos ha tocado vivir, pero que puedo asegurar
que, una vez hecha la inversión, y realizada su lectura, se convierte una pieza
esencial para nuestra biblioteca de la que ya nunca nos arrepentiremos.
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