miércoles, 13 de febrero de 2013

“SAN PANCRAS PANDA” Y TODO ALAN MOORE EN BACK-STREET BUGLE

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A veces cerramos una puerta de forma aparentemente imprudente y abrimos otra que nos ha cautivado. En muchos casos, nos aguarda un fracaso, o tal vez una larga espera que nos desmotiva; por supuesto, también podemos estar de suerte. Con todo ello, el camino sigue adelante por esos nuevos senderos.

Alan Moore deja de lado un trabajo obrero estable en 1977 para intentar ocuparse en otro que le haga vivir de su producción artística, y al poco se entera de que su mujer Phyllis se ha quedado embarazada. La razón para este cambio tan aparentemente poco idóneo es que no estaba satisfecho con su vida hasta la fecha y, a pesar del “contratiempo” familiar, decidió proseguir con su empeño. Evidentemente, en la distancia ya sabemos que tomó una decisión acertada que proporcionó mucho bien tanto a sí mismo como a la Cultura en general.
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Pero volvamos a aquellos años de finales de los 70. Moore, seguidor de todo lo que se iba publicando, observó que en la Inglaterra de aquella época había una industria de cómic “pequeña y oscura”, como él mismo nos dice, pero que editaba a autores cuyo nivel confió poder alcanzar. Su pasado había estado ligado a movimientos artísticos underground de Northampton, en diversas facetas como la música, la actuación, la escritura o el dibujo, y por tanto estas labores le motivaban. Entonces, se afanó fervientemente en la creación, enviando multitud de trabajos a un sitio y a otro esperando encontrar alguna oportunidad de obtener algo de dinero. Fueron 18 meses de infructuosa búsqueda, muchas de aquellas historias se perdieron y sólo quedaron en su propio recuerdo (pues al principio enviaba los originales); otras sin embargo fueron publicadas aun de forma no lucrativa, como ésta de la que hablamos en el presente artículo: “SAN PANCRAS PANDA”.
Parece ser que unos amigos de Moore se habían mudado a Oxford por esa época y tuvieron conocimiento de un periódico local de corte alternativo, el “Back-Street Bugle”. Publicaba noticias sobre política y música locales, y también buscaban un humorista, para lo que ellos les presentaron a Alan Moore como un experimentado dibujante. Es verdad que él buscaba trabajo en el sector por aquellos momentos, pero ese currículum no era del todo cierto, pues lo único que había conseguido publicar antes era “Anon E Mouse”, y sin cobrar. No obstante, la colaboración se llevó a cabo y quedó compensada de sobra, pues el trabajo tampoco esta vez iba a ser pagado, si bien serviría como promoción del autor. La petición estribaba en realizar una página cada dos semanas.

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La ocasión fue definida por Moore como “una tremenda oportunidad de pulir su dibujo y técnicas narrativas, y someterlos a los plazos de entrega”. Para dar forma a su aportación, partió del rótulo que adornaba cada portada del periódico, en el que aparecía un oso panda tocando una corneta. Con ello, y parodiando al popular personaje de la literatura infantil inglesa el “Oso Paddington”, creó SAN PANCRAS PANDA. Como aquél, es un viajero con trenca y sueste (un sombrero impermeable con el ala levantada por delante y caída hacia atrás) al que le van sucediendo todo tipo de acontecimientos, pero en nuestro caso llenos de infortunios y contados con mucho humor y cinismo. Pancras proviene del Tíbet, donde lleva una santurrona vida de bondad hasta que es capturado por unos peleteros y llevado hasta Londres. Allí escapa para ir acaparando sobre sí todo tipo de penalidades en episodios autoconclusivos de una página. Le esperarán una secta, un juicio por plagio, la cárcel, una abducción, una sociedad secreta (inspirada en la trilogía literaria “The Illuminatus!” de 1975, narrada con humor por Robert Anton Wilson), un concierto, un viaje alucinógeno y finalmente el encuentro con el mismo Creador de su mundo (el propio Alan Moore caricaturizado, nombre con que firma en esta publicación). Sobre esto último, señalamos que en toda su etapa como dibujante fue muy habitual que Moore se incluyera como personaje en sus historias.

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La narración es bastante lineal, y llena de sátira de mil y un aspectos de la sociedad, la cultura y la vida británicas de aquella época, y por supuesto de la candidez de las historias de Paddington. Además demuestra ser un lector atento al panorama cultural y editorial de la época, usando como motor de cada historia algún tema de su actualidad que pudiera ser fácilmente reconocible por los lectores del periódico.
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El protagonista no habla, sólo piensa, e interviene de manera pasiva en cada situación, poco puede hacer ante lo que se le viene encima. Todos lo manejan como les da la gana, como una metáfora del carácter apocado o de los que callan y que no luchan por lo que creen, y con esta acción de ridiculizarlo nos anima justo a todo lo contrario. El resto de personajes son imaginativos, ni mucho menos ideales, pues reflejan fealdad, deformidades y todo tipo de defectos y vicios. La historia fue desarrollada esencialmente durante todo el año de 1978, nos imaginamos que compaginándose con otras cosas mientras Moore va buscando trabajo en la industria del cómic. Incluso queda inconclusa cuando encuentra el trabajo en Soundsmarzo de 1979- con su primera historia profesional “ROSCOE MOSCOW” (de hecho, la última página de San Pancras Panda publicada anunciaba para la siguiente entrega la que iba a ser la penúltima entrega: “¡El infierno de Panky!”, que nunca llegó a realizarse). Un dato curioso es que en los capítulos 6 y 7 se presenta, respectivamente, al psiquiatra Zoltan Von Zigoto y a la raza alienígena de los taucetianos, que serán reutilizados más tarde en Roscoe y tendrán un papel destacado.
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Quizás no es ésta aún una serie con toda la potencia literaria que atesoraba el autor, si bien es simpática, bien documentada en lo que expone y muestra un torrente de ideas y recursos a los que irá dando forma en el futuro. A pesar de ello, en las páginas finales se va apreciando evolución hacia una mayor riqueza técnica y argumental; por ejemplo, fruto de una página de colaboración que hizo para esta serie el otro dibujante del periódico, Dick Foreman, se crea una paradoja espacio-temporal que Moore no ignorará, pese a que por las razones laborales citadas dejará inconclusa (en las viñetas donde reza: carretera que va de Penge a Blackpool). Nos parece que ello empieza a despuntar ya cierta habilidad en la escritura, y además nos deja en la última página realizada una interesante reflexión sobre el concepto de lo que para Moore es Dios para nuestra cultura occidental.
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En el apartado gráfico podemos decir algo parecido, pues va desarrollándose de una forma muy experimental, tomando elementos underground, lovecraftianos, de Schulz, etc. (se revela muy promiscuo en sus gustos) así como cultivando y ensayando los tramados, punteados y sombreados. La composición de página básica que emplea contiene numerosos recuadros pequeños y recargados de dibujo, bocadillos e información. Prueba rotulaciones, trabaja a partir de fotografías, variando cosas pero invirtiendo siempre un gran esfuerzo en cada viñeta, con lo que podemos afirmar que aquí en esta serie comienza a definir ya un estilo personal.

No faltó la crítica a “San Pancras Panda”, como lo atestigua el texto de Sed Reeves incluido en el número 23 del periódico, en el que sale en defensa de las aventuras del personaje. Parece ser que no gustaban a Michael Green, canónigo del Rectorado de St. Aldate, y especialmente molesto por la viñeta donde Moore se dibujaba a sí mismo exclamando “¡¡¡Jodido Jesucristo!!!”, escribió en el periódico Oxford Star: “Es claramente sacrílego sobre Jesucristo. Me molesta ver una tira como ésta del Bugle disponible para la venta a un público de todas las edades. Es de excesivo gusto pobre, usa lenguaje soez, y es definitivamente sacrílego”, amenazando además con que trasladaría el asunto al Superintendente Jefe de la Policía de Oxford. También hubo respuesta del propio Moore y una ilustración cómica sobre la cuestión.
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Por otra parte, esta aventura en Back-Street Bugle permitirá que Alan Moore conozca a otro humorista: Dick Foreman, autor en dicho periódico de la tira “El Paliativo Moeby”. Harán bastante amistad, intercambiando incluso su página respectiva en una ocasión, hecho que se revela significativo; como ya hemos señalado más arriba, el San Pancras Panda de Foreman será tenido en cuenta en el guión de esta serie, y el carca Moeby Palliative que realiza Moore nos parece un antecedente de su posterior personaje Roscoe Moscow, que es crítico con la moral de derechas. Foreman y Moore seguirán perpetuando sus colaboraciones en el futuro, como en Sounds (1979) y hasta llegar a Dodgem Logic nº4 (2010).
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Un paso clave en el camino o una anécdota curiosa nos podrá resultar “San Pancras Panda”, a vuestro criterio. Lo cierto es que para los estudiosos de Alan Moore sí nos es necesario conocer a fondo su obra y agradecemos la oportunidad de tener acceso a estas páginas, proporcionada -una vez más- por cortesía de Pádraig Ó Méalóid en estos enlaces.

http://glycon.livejournal.com/15353.html

http://www.flickr.com/photos/slovobooks/sets/72157632587241328/with/8413873883/

Y a modo de catalogación, presentamos el siguiente listado sobre todo lo concerninte a Alan Moore en Back-Street Bugle con desglose de fechas, a la vez que cada material correspondiente (traducido y cocinado especialmente para la ocasión por Maese ABL):

-BACK-STREET BUGLE nº6, 7-19 Febrero, 1978. “Las aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº7, 21 Febrero - 6 Marzo, 1978. “San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº8, 7-20 Marzo, 1978. “Las panorámicas aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº9, 21 Marzo-3 Abril, 1978. “San Pancras Panda, su nombre en luminosos”.

-BACK-STREET BUGLE nº10, 4-17 Abril, 1978. “El juicio de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº11, 18 Abril - 2 Mayo, 1978. “Los escritos de prisión de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº12, 4-15 Mayo, 1978. “San Pancras Panda se topa con la enfermedad mental”.

-BACK-STREET BUGLE nº13, 16 Mayo – 5 Junio, 1978. Por el nacimiento de Leah, la primera hija de Alan y Phillys, no hay tira de San Pancras Panda en esta ocasión, aunque Moore remite un dibujo sobre el acontecimiento.

-BACK-STREET BUGLE nº14, 6-19 Junio, 1978. “Las asombrosas aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº15, 20 junio – 4 julio, 1978. Intercambio de creaciones: “San Pancras Panda encuentra la ‘normalidad’” por Dick Foreman y “La sensual pelota de playa”, tira de Moeby Palliative a manos de Alan Moore.


-BACK-STREET BUGLE nº16, 4-17 Julio, 1978. “San Pancras Panda se levanta de inmediato.. ¡La nariz de la pirámide!”.

-BACK-STREET BUGLE nº18, 15 Agosto - 11 Septiembre, 1978. “San Punkras Panda se enfrenta a la apatía en el Reino Unido”.

-BACK-STREET BUGLE nº21, Noviembre 1978. Phyllis Moore interviene en el periódico con una tira llamada “Spudland” (La tierra del esputo).

-BACK-STREET BUGLE nº22, Diciembre 1978. “San Pancras Panda el tío más grande y electrizante”.

-BACK-STREET BUGLE nº23, Enero 1979. Se presenta artículo de Sed Reeves en respuesta a una crítica del periódico Oxford Star sobre San Pancras Panda. No hay nueva entrega del personaje en este número, pero sí ilustración publicitaria de la revista Fortean Times y una historia titulada “Tiras con jugosas difamaciones a los japos”, precedida del siguiente texto: “Aquellos de vosotros ansiosos de más sacrilegio y blasfemia de parte de nuestro amigo el panda estáis condenados a la decepción. ‘Habiendo invertido un día entero haciendo los lápices / composición etc.’ dice Alan Moore sobre el siguiente episodio, ‘al ir a entintarlo por desgracia descubrí que la superficie del papel se había ido al carajo .. consecuentemente era como dibujar sobre 2 capas de papel higiénico superblando’. Panky volverá en el siguiente número – pero si estáis preguntándoos qué pensó él sobre el artículo del Star mirad la página 5. Tristemente tampoco contamos con Spudland de Phyllis Moore que ‘ha sucumbido a un debilitador y horrible virus’ – del que esperamos que ya se haya recobrado. Alan considera que es de origen asiático – y se venga con ‘Fat Jap Defamation Funnies’”.





-BACK-STREET BUGLE nº25, Marzo 1979. “San Pancras Panda tiene un poco de esa religión a la vieja usanza”.

-BACK-STREET BUGLE nº34, Diciembre 1979. Página de Moeby Palliative firmada por Dick Foreman y Mr. & Mrs. Curt Vile.

Otro último apunte curioso es el que hace Raymond van der Geugten sobre una posibles tira de Alan Moore en Back-Street Bugle aún no recuperadas a día de hoy:

Nº42 - "Just Another Day" por 'Curt Vile' y Dick Foreman



Recopilación de Back-Street Bugle y digitalización: por Pádraig Ó Méalóid.

Reseña, traducción y maquetación del especial “San Pancras Panda y todo Alan Moore en Back-Street Bugle”: por Maese ABL.

1 comentario:

WOLFVILLE dijo...


Soberbio trabajo el que te has pegado!!! Cada vez más "Embryo" se esta convirtiendo en un referente ;)