No chafamos a nadie la
lectura al decir que el epílogo de la serie de ALAN MOORE
‘The Stars My Degradation’ presenta una estatua que
resume irónicamente todo lo que como autor, resignado, sentía que
se había quedado grabado de ella a sus lectores: “SEXO,
LOCURA Y METEORITOS”. Pero lo cierto es que tras ella y en
ella misma se ofrecía mucho más que eso pese a que el paso del
tiempo haya posado un velo sobre esta obra, sobre todo fuera de
Inglaterra. La revista ‘Sounds’, donde se publicó,
contaba en ese momento con la nada despreciable audiencia de 250.000
lectores (según dato de Dez Skinn en Warrior nº2, 1982) y en su
momento sus personajes eran reconocibles para el público
británico. Tampoco es casualidad que Moore pronto romperá
moldes y extenderá esas cualidades narrativas de las que dio
pinceladas en ‘THE STARS’ hacia otras publicaciones,
explorando temáticas reflexivas, con guiones muy estructurados y
consistentes, aunque en historias más dramáticas y realistas. Nos
proponemos por tanto hablar de uno de esos pequeños pasos de impulso
antes del salto.
Para situarnos,
señalamos que las oportunidades de trabajo en 1979 tanto en la
revista SOUNDS como en el periódico Northants Post habían ofrecido
a ALAN MOORE la manera de entrar en el mundo profesional del cómic.
Algo más de un año después había concluido su 1ª serie, “Roscoe
Moscow” para la revista, y proseguía con las tiras de
“Maxwell el Gato Mágico” en el citado diario. Nos
encontramos en 1980, y el autor comenzaba a abrirse camino
en otras publicaciones tales como 2000 AD y Doctor Who,
labrándose un provenir como guionista que cada vez se iría haciendo
más reputado y que experimentaría una progresión geométrica en
ese mismo lustro. Sin embargo, aún seguiría un tiempo más
afanado en sus labores al dibujo en esa última obra ambiciosa
como autor completo, escritor y dibujante: “THE STARS MY
DEGRADATION”.
Volviendo la vista
atrás un momento, observamos que el trabajo en Roscoe Moscow
y todo a su alrededor habían sido toda una explosión de
creatividad y empeño. Alan Moore, bajo el alias CURT VILE
(en homenaje al compositor judío Kurt Weill), se había
convertido en una firma importante de Sounds, escribiendo
artículos teóricos a la vez que intentaba hacerse valer como
dibujante humorístico. Prácticamente todas las semanas
desde su aterrizaje en el magazine preparaba una página apaisada
en tamaño A3 donde destacaba su experimentación con la
rotulación, la cantidad de personajes variopintos desarrollados, la
amplia temática abordada (aunque principalmente en clave
detectivesca, cada capítulo tenía un título propio y visitaba
algún otro género, artista. libro o película), la utilización
constante de gags para hacernos reír o el gran esfuerzo arrojado en
el dibujo, con una minuciosa técnica de punteado y el trabajo desde
la fotografía. El argumento iba discurriendo alocado, en
servicio de la broma con Roscoe, un protagonista poco modélico. El
final de una serie tan divertida resultó llamativo, pues
tras una crítica destructiva que fue publicada y respondida por al
autor, pocas entregas después, el 28 de junio de 1980, se llegó a
su conclusión de una manera algo abrupta y desazonada. Bien es
verdad que el humor que se nos presentó desde el principio no era
del todo inocente y superficial, todo lo contrario, pues enmarcado
en el underground desde el que operaba como autor, Moore había
deslizado algunas de sus ideas contra el nazismo, a favor
de los derechos de minorías como los homosexuales, e
incluso ofreciendo su visión del panorama musical (Sounds
era una revista semanal de rock publicada a nivel nacional en
Inglaterra).
A continuación hubo
una semana de ausencia en el magazine, y así, el 12 de julio de
1980 apareció la siguiente serie que Alan Moore desarrollaría
en él, “THE STARS MY DEGRADATION”, con el mismo formato.
De nuevo, otra tira en tono de comedia aunque con personajes
completamente distintos y desconectados de la precedente. Ahora el
motivo principal sería bromear sobre ciencia ficción,
género en auge para el público del Reino Unido de finales de los
70, y claramente en consonancia con el estudio que nuestro artista
estaría haciendo para dar forma a sus guiones en las otras
editoriales. Sin duda, utilizar la parodia cobra un sentido
total en este momento pues es efecto de la aceptación y éxito de
este tipo de historias en el mercado que se produce, y la de Alan
Moore no sería ni la primera ni la única.
‘The Stars My
Degradation’ (que en la reedición que hacemos en Embryo
hemos traducido como “LAS ESTRELLAS MI DESATINO”)
comienza relatando las andanzas de DEMPSTER DINGBUNGER,
un joven bastante bobalicón, nativo del planeta Sputwang. Éste se
encuentra colonizado por una puritana secta religiosa llamada Los
Hermanos Tartamudos; todo la gente allí tartamudea, excepto
Dempster, al que marginan a causa de ello. Tras plantearse el
suicidio, decide emprender un viaje donde él encaje con su
“patético defecto en el habla”. Como un aventurero espacial,
llega al cosmopolita mundo de Depravación, su mismo nombre es
indicativo, y al interactuar allí pronto su vida comenzará a
complejizarse. Empezando por su apellido, Dingbunger, que en
el resto del universo se considera un gravoso insulto (se refiere a
“alguien a quien le gusta introducir su pilila mientras lleva un
klamquatt de goma”), pasando por su enredado primer encuentro
sexual y hasta ser sometido a un extraño e injusto juicio. La verdad
es que el inicio de la serie nos recuerda bastante al
trabajo que Moore hizo con su otro personaje primerizo
atormentado, “San Pancras Panda”.
Pero la inspiración
desde la que principalmente parte la parodia que Curt Vile
realiza es la novela de Alfred Bester “The Stars My
Destination” (“Las estrellas de mi destino”) de
1956. En ella, se cuenta la venganza emprendida por Gully
Foyle, viajero náufrago en el espacio cuya petición de
auxilio es ignorada por la tripulación de una nave espacial. El
argumento de la serie de Sounds tomará pronto otros derroteros,
pues Moore desde estos inicios es ya un autor ecléctico y manipula
los elementos de base para hacer siempre un humor creativo; no
obstante, cada página publicada se acompaña siempre del siguiente
texto, en relación a los versos que Foyle repite en diversas
ocasiones por la novela:
DEMPSTER DINGBUNGER ES
MI NOMBRE,
SPUTWANG ES MI NACIÓN,
EL ESPACIO PROFUNDO ME
ESCUPE EN LA CARA...
La novela se había
puesto recientemente de actualidad al haber sido adaptada al medio
del cómic por Howard Chaykin y Byron Preiss y publicada en EE.UU.
(1979), y seguro que el autor de Northampton estaba al tanto de
ello. Tampoco quedará ajena a otros éxitos del medio cómic que se
producían en su momento, parodiando especialmente historias de
Marvel Comics (los X-Men y el Vigilante).
“THE STARS” comenzó
como una creación propia de Curt Vile, aunque a los pocos
episodios se entrelazó con otro proyecto de ciencia ficción y humor
que éste estaba desarrollando simultáneamente junto a Pedro
Henry (Steve Moore) desde finales de 1979 y durante todo 1980, en
cuatro entregas para el fanzine de música rock Dark Star:
“TRES-OJOS McGURK Y SUS COMANDOS PLANETARIOS DE LA MUERTE” (ENLACE).
El encuentro de ambos trabajos hizo que se creara un rico universo
que con el pasar de los años se desplegó en varias etapas de
publicación británica y norteamericana.
El trabajo de DARK STAR
respondía al guión y entintado de Pedro Henry (Steve Moore) y a
los lápices de Curt Vile (Alan Moore). Cuenta el viaje de una
panda de cazarrecompensas al planeta Zilchtron, cuyo líder es el
bajito y ligón mercenario TRES-OJOS McGURK, y entre otros,
tenemos al ciborg psicótico AXEL PRESSBUTTON, con un botón
en su pecho que le proporciona estimulación eléctrica directa a sus
centros de placer y que además anda obsesionado con su odio a los
vegetales, ya que un hongo verde vegano devoró la mitad de su
cuerpo. Los personajes partían de ideas de 1977 de Pedro
Henry para crear una historia de aventuras tipo space opera (no
tanto de humor) y con protagonistas cuyo nombre fuera una alusión
directa (Tres-Ojos, Cerebro de Cristal, Pulsa el
Botón). Por otro lado, en ese mismo fanzine Curt Vile había
creado ya antes una parodia de Superman, “El Vengador
Jorobado”, que tuvo que abandonar a la 2ª entrega después
de que los editores perdieran la página; en ella aparecía Lex
Loopy, el villano, “un tipo maravilloso con una cara
fantástica, un ojo más grande que el otro, ambos mirando en
diferentes direcciones, y totalmente calvo”. Su idea visual la
aprovechó para diseñar a Pressbutton, si bien la diferencia
entre el tamaño de ojos se perdió en el dibujo del personaje con el
pasar de las entregas, suponemos que por comodidad de dibujo. Lo
cierto es que Alan Moore estaba enamorado de aquellos trabajos, dirá
más adelante que “había energía cinética en ellos”.
Axel Pressbutton
fue introducido en el episodio de 9 de agosto de 1980 de The
Stars My Degradation, y Tres-Ojos McGurk en el de 31 de
enero de 1981. El argumento de la serie enmarcó la historia
del fanzine Dark Star como su futuro e integró a los dos
personajes dentro del grupo que acompañaba a Dempster Dingbunger. La
panda de aventureros del espacio se iría componiendo con MUPDOOK
VALENTINO MUPDOOK, un mono parlante y cultureta que
traficaba con Priapin 90 (el afrodisiaco más potente del
espacio conocido);
varias chicas clon
de FAY WRAY (la actriz de la película King Kong), androides que
adoraban a Mupdook como un dios mono;
el criminal HARRY EL
ARERO, un tipo sarcástico y acomplejado con un defecto en el
habla (cambia la letra ‘s’ por ‘f’) y que posee un “aro
intraespacial” con el que puede teleportarse;
NEKRILINA la Dama
Muerta, mujer zombi melancólica, con plena conciencia, de
vestimenta sofisticada (tipo gótica), y que está considerada como
el bien más valioso del universo conocido (Alan Moore iría
cambiando su nombre en diversas ocasiones, llamándola también
Nekralina, si bien Steve Moore lo fijaría en el primero, para
que el otro volviera a confundirlo de nuevo al final);
y HEDDA LITE,
una bailarina que tiene implantados focos luminosos en lugar de
pechos.
Este catálogo es sólo
una muestra de la cantidad de llamativos personajes que fueron
apareciendo, algunos parodia y otros originales, en muchos
casos haciendo guiños a la ciencia ficción o la música (véanse
las canciones aludidas, o por ejemplo el clon del futuro de Clodagh
Rodgers, representante británica de Eurovisión en 1971). Pero
muy pronto sería Pressbutton el que se haría con el papel
protagonista, relegando a un segundo plano al noble aunque
pazguato Dingbunger. Sin embargo, los personajes evolucionaron
poco a medida que pasaban los episodios y en realidad la amplia
cantidad de caracterizaciones de algún modo no estaba planteada más
que como pretexto para añadir humor ligero a una página de
entretenimiento de un periódico de temática musical, y cuyos
lectores, como pasa mucho en el género periodístico, no iban a
seguir puntualmente cada episodio como un autor espera: atentamente,
palabra por palabra, viñeta por viñeta.
Curt Vile organizaría
la trama en una colección de arcos argumentales para ir
manejando a los personajes propios y de Steve Moore, otorgándoles
escenarios donde poder sacarles partido e ir aplicando técnicas y
efectos que quería conseguir. Se aprecia que no obedecen a un
amplio plan preestablecido, sino que seguramente fueron
construidos sobre la marcha, conforme el autor comprendía a los
personajes y sus necesidades. El esquema para el argumento es
sencillo, y responde al clásico viaje de ida y vuelta,
visitando peculiares, peligrosos lugares que fortalecen al héroe,
como nos apunta Andrew Edwards. Básicamente tenemos a la
panda de Dingbunger envuelta en el reclutamiento de los Marines
Espaciales, el asalto al mundo de Bunslott, el accidentado viaje a
Barfo en la nave Nostrillo, el enfrentamiento con los Ex-Men y las
aventuras en Depravación, todo ello bajo el hilo conductor
de la consecución de unos fabulosos tesoros artísticos del
“lejano siglo XX”.
Ya hemos hablado del
entusiasmo y heterogeneidad del que estaba imbuida la anterior serie
de Sounds, Roscoe Moscow. Pero si ‘THE STARS’ contenía un
ritmo más pausado y narrativo, perdiendo aquel estampido de
experimentación, fue porque el autor ya contaba con la
seguridad económica del trabajo y ahora se tomaba su tiempo para
trasladar sus ideas, se iba volviendo creativamente más ambicioso.
El reto del trabajo regular le supuso un campo de pruebas
donde comprender lo que funciona en el medio del cómic, tanto en
sentido visual como lingüístico.
Así, discurriendo de forma lenta abría posibilidades que no se
retomaban hasta pasadas las semanas (o meses), de hecho, por tres
veces tuvo que parar y hacer un episodio de recapitulación de lo
acontecido. La parodia se convertía a menudo en crítica social y
del sistema, exponía ideas ingeniosas, ya fueran de
ciencia ficción o no, y algunos personajes iban adquiriendo
una dimensión más profunda. Surgió asimismo el drama
implícito –como la muerte de protagonistas descritas con un
negro humor- y se acometió más valientemente el tema del sexo
explícito. Sounds había dado libertad creativa a Alan
Moore, y no era la primera vez que trataba este último asunto, ni
aquí ni en otras publicaciones primerizas, pero cuando comenzó a
ganar prestigio pasó a ser más observado y esta vez, con ‘THE
STARS’ los editores sí lo censuraron, al menos por dos
veces, reconocidas explícitamente en las tiras de 18/04/1981 y
18/12/1982.
Ese tema concreto
molestó bastante a Curt Vile / Alan Moore, él mismo lo deja
claro en forma de notas en los márgenes o traspasando la cuarta
pared. Quizás estas tiras no eran el lugar apropiado para
explorar esos caminos, y el tiempo dará la razón cuando Moore,
tras varios parones en la publicación (suponemos que tanto por
cansancio como por incremento de carga de trabajo en otras
editoriales), le pase el testigo de los guiones a Pedro Henry /
Steve Moore desde 1982 hasta el final de la serie a principios de
1983. Henry había estado aportando ideas y cediendo
personajes desde el principio, se reconoce abiertamente en
diversas entregas de la tira, y con ello queda claro que estaba al
tanto de lo que ocurría semana a semana. Su etapa se
caracterizará por volver al humor disparatado y atar con oficio los
cabos sueltos en los arcos precedentes, así como continuar
aportando personajes con gran carga imaginativa y divertida,
si bien no emprendió nuevas tramas sustanciales. El maestro de
Alan Moore comenzaba paralelamente en la revista
Warrior un spin-off de esta serie, LASER ERASER &
PRESSBUTTON, recuperando a su propio personaje en la
narración de sus primeros años, que a la larga se convertirá
en uno de sus trabajos más internacionales y reconocidos en el mundo
del cómic.
Durante mucho tiempo,
desde una valoración teórica se ha vuelto costumbre habitual
denostar las labores gráficas de Alan Moore respecto a su escritura.
No tratamos de hacer reproche –es el mismo Moore uno de los
valedores de esta idea- aunque sí hemos de decir que observamos que
gracias a su trabajo al dibujo fue adquiriendo mecanismos gráficos
y de composición eficaces con los que posteriormente guiaría a los
dibujantes de sus textos. Desde nuestra perspectiva, no se trata
de apartados diferentes a comparar en el estudio de la obra de Moore,
sino que dibujo y narrativa forman parte de un mismo e
intrincado proceso.
Las páginas de ‘THE
STARS’ reflejan una evolución notable de Alan Moore como
dibujante. No son estéticamente muy bellas, en cambio sí irán
mostrando viñetas cada vez más grandes y en servicio de la
composición global; se librarán de la extensa carga textual
de trabajos precedentes y el humor y la descripción se volverán
más gráficos; se explora la personalidad, la gestualidad
y el encuadre desde un enfoque principalmente visual,
bastante eficaz; aumentan las elipsis y escenas sin
diálogo; aparecen texturas de brillo/sombra/polvareda
adaptadas a la técnica de impresión; se insiste en los efectos
de movimiento y nunca nos perderemos con el paso de una viñeta a
otra.
No en el tema de la
anatomía, pero sí es destacable cómo el trazo se diferencia
entre la abundancia de extraños y variopintos personajes,
volviéndose preciso o rápido según la circunstancia.
Tampoco se da por perdido ningún fondo, sino que el escenario
siempre forma parte importante de la historia, la complementa, y
Moore se afana en definir cada uno de ellos detalladamente y
documentándose mucho en su referentes culturales.
El grafismo nos
traslada de inmediato al mundo colmado de exagerados referentes
Ci-Fi, coherentemente absurdo, que puebla la mente del autor, y
nos conecta sin recelos con las ideas sexuales y el
dialecto vulgar rozando lo grosero con que gusta expresarse aquí (no
perdemos de vista el mencionado tono con que hacernos reír y pasar
el rato que se le requería desde la revista). La colección de
páginas de la serie supone un prolongado cultivo donde hacer acopio
de cada hallazgo, cada estrategia. En este trabajo Curt Vile no se
amedrentó en su ilustración a medida que sus guiones se iban
volviendo más complejos, incluso en algún momento –en la
página de 15 de agosto de 1981, cuando intercambia papeles con el
otro dibujante de la revista, Lápiz Salvaje- dirá en la tira
‘Rock n’ Roll Zoo’ que mucha gente “considera
su estilo muy profesional por el realismo del estilo”, lo que
nos demuestra que aún confía en sí mismo. Después de esta
etapa Moore achacará a un problema de velocidad el que en el
futuro definitivamente se decantara por dedicarse en exclusiva a
escribir, pese a que en el capítulo final de ‘THE
STARS’ prometiera volver en Sounds con “una salvaje y
absurda serie de tiras NUEVA”.
Ésa pudo ser una
razón, pero, por otro lado, la verdad es que cuando no pretende
hacernos reír su estilo de dibujo no encaja bien con esos otros
propósitos. No logra desarrollarse hasta ese punto más bello,
más complejo, que a priori necesitan las historias de corte más
serio, y Andrew Edwards lo atribuye a que nunca como
dibujante ha logrado escapar de sus influencias estéticas
(Crumb, Clay Wilson, Kirby, Schulz, revista MAD) y cobrar una
apariencia más personal. La propia comprensión de eso desembocó
en cierta dejadez gráfica que será más notoria aún en su tira más
longeva, ‘Maxwell’.
Lo que no cabe duda es
del compromiso constante de Alan Moore con el magazine ‘Sounds’
mientras permaneció en su plantilla. No ganaba mucho dinero,
frecuentemente cruzaba la cuarta pared para hablarnos de su agobio
ante los plazos de entrega o de que necesitaba una publicación más
frecuente o con más espacio para contar todo lo que bullía en su
imaginación (a menudo cita “¿por dónde iba...?”), e incluso se
sintió ultrajado ante la censura que sufrió, y sin embargo todo ese
tiempo no cesó de ilustrar y escribir artículos, diseñar
rótulos para más cosas aparte de su propia tira. Ejemplo
relevante son los especiales navideños de varias páginas
completas que cada año entregaba y eran publicados en las página
centrales, dos de los cuales se dedicaron a ampliar historias del
universo descrito en ‘The Stars My Degradation’:
“NAVIDADES EN DEPRAVACIÓN” y “LA PROMETIDA
DE PRESSBUTTON”. El primero, a finales de 1981
lo escribió junto con Pedro Henry y presentaba al personaje
Mysta Mistralis, la Ejecutora Láser que ya había sido citada
en ‘THE STARS’ y co-protagonizaría la nueva serie que Steve
Moore / Pedro Henry y Steve Dillon lanzaban en la recién
creada revista Warrior: “Laser Eraser & Pressbutton”;
la aventura se volvía más seria y tendía lazos entre lo publicado
en Sounds y Warrior. Es curiosa la comparación/broma que Alan Moore
hace con la portada de Steve Dillon, que utiliza sus mismos
personajes aunque rediseñados (quita la forma fálica del pecho de
Axel para que adquiera un sentido menos disparatado) y dibujados por
un autor emergente y en pleno estado de forma. Declarará:
“Naturalmente, Steve no es ni la mitad de artista que yo. Tan
sólo hay que mirar lo mal que hace las piernas. Pero el problema es
que como mi Pressbutton se diseñó para una tira cómica y se
suponía que tenía que parecer tan absurdo como fuera posible, la
cronología puesta así establece que el mío es posterior, la
versión más mayor, y la de Steve es el prototipo. Pero cuando
colocas las dos juntas en la historia navideña para Sounds,
obviamente todo esto que digo se viene totalmente abajo. Obviamente
la de Steve es más funcional, más dura que este mequetrefe
larguirucho con pies de oruga que he estado realizando desde hace más
de un año. Creo que su versión es realmente buena. Quedé
inmensamente encantado cuando vi el arte de Steve. Parece estar
progresando a pasos agigantados con la tira. Siendo bastante francos
me hace sentir vergüenza. El canalla.”
Éste posiblemente fue
el primer caso notorio en que el de Northampton comprendió cómo
mejoraban sus ideas al ser dibujadas por especialistas más capaces
que él en la representación gráfica.
El segundo especial,
en la navidad de 1982, fue obra completa de Alan Moore /
Curt Vile y nos cuenta un hecho futuro de la vida de
Pressbutton aunque anterior a “Tres-Ojos McGurk y y sus
Comandos Planetarios de la Muerte”. Curt Vile no sólo había
volcado en mucho su serie ‘THE STARS’ alrededor de la figura de
un personaje que no era suyo, cambiándolo bastante respecto a su
concepción original, sino que ahora le aporta nuevas
apreciaciones, lo que es una muestra más de la total sintonía
con Steve Moore, creador del personaje y a quien le afectaba lo
narrado ya que en estos momentos estaba realizando con gran éxito su
spin-off para Warrior, como hemos dicho.
'The Stars My
Degradation' terminó pues en 1983, pero la vida posterior de
Laser Eraser y Pressbutton, a
pesar de estar ambientada en un tiempo anterior a la primera, fue
más longeva; de hecho se convirtió en la serie favorita de
la revista Warrior para los lectores ingleses (compitiendo con
Marvelman O V de Vendetta,
entre otras maravillas) y fue la primera que se exportó a
los EE.UU. Por fortuna, para los que nos gusta la historia de
The Stars My Degradation / Las Estrellas mi Desatino,
no todo queda en la revista ‘Sounds’ como vemos, y prueba de ello
es esta cronología completa que, eh, editores, no estaría
mal ver pronto en nuestros mercados:
ÍNDICE DE LECTURA
-Diciembre de 1979 –
diciembre de 1980: “Tres-Ojos McGurk y sus Comandos
Planetarios de la Muerte” en el fanzine Dark Star.
Guión y entintado: Pedro Henry. Lápices:
Curt Vile.
-Julio de 1980 –
diciembre de 1981: “The Stars My Degradation”
en la revista Sounds. Guión y dibujo: Curt Vile.
-Abril de 1981:
Reimpresión de “Tres-Ojos McGurk y sus Comandos Planetarios
de la Muerte” en la publicación Rip Off Comix nº8
de Gilbert Shelton para el mercado americano.
-Diciembre de 1981:
“Navidades en Depravación”, especial
para la revista Sounds. Pedro Henry (co-guionista) y
Curt Vile (co-guionista y dibujante). Artista invitado: Stve
Dillon.
-Febrero de 1982 –
Marzo de 1983: “The Stars My Degradation” en la
revista Sounds. Guión: Pedro Henry. Dibujo: Curt
Vile (también guionista el 09/10/1982 y 19/03/1983).
-Diciembre de 1982:
“La prometida de Pressbutton”, especial para la
revista Sounds. Guión y dibujo: Curt Vile.
-1982 – 1985:
“Laser Eraser & Pressbutton” en la revista
Warrior. Guión: Pedro Henry. Dibujo: Steve Dillon,
David Jackson, Garry Leach, Dave Gibbons, Cam Kennedy, Alan Davis,
Hunt Emerson, Mick Austin.
-1985 - 1986:
“Axel Pressbutton”, título propio en la editorial
Eclipse Comics (USA). Reimpresión a color en 6 números del
material de Warrior. También “Laser Eraser and
Pressbutton”, 6 nuevas entregas con guión de Pedro
Henry y arte de Steve Dillon, David Lloyd, Mike Collins, Brian
Bolland, Dave Gibbons, Jim Baikie, Jerry Paris, Garry Leach, Cam
Kennedy.
-Enero de 1996:
“3D Laser Eraser & Pressbutton”. Eclipse
Comics. Guión de Steve Moore / Pedro Henry y dibujos de Mike
Collins.
--Desde
2004 prevista nueva historia de
“Laser Eraser & Pressbutton”con guión de Steve
Moore y dibujos de Jon Haward,
ambientada en la etapa de Steve Dillon. Aún inédita.
-Según
declaraciones de Alan Moore a Pádraig Ó Méalóid en 2008,
Steve Moore ha vendido los derechos para un videojuego sobre
Pressbutton, aún inédito.
BIBLIOGRAFÍA (TEXTOS)
-
Entrevistas a Alan Moore (años 80-actualidad).
-
Escritos en la revista Warrior, 1982-1985.
- “Forward”. Por Eddie Campbell,
1986 .
- “The other Alan Moore”. Por
Bambos, 1986.
- “Digging up Moore’s
underground”. Por Greg Strokecker, 2003.
- “Alan Moore in Sounds Magazine”.
Por David Hume, 2003.
- “Alan Moore’s The Stars My Degradation”.
Por Andrew Edwards, 2008.
- “Parody in Alan Moore’s The Stars My Degradation”. Por Andrew Edwards, 2008.
- “Parody in Alan Moore’s The Stars My Degradation”. Por Andrew Edwards, 2008.
- “Storyteller”. Por Gary Spencer
Millidge, 2011.
-
“Estudio sobre Alan Moore y Northampton”. Por Maese ABL, 2011.
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