lunes, 21 de octubre de 2013

DAREDEVIL: “Lady Bullseye” y “El retorno del Rey”

Damos repaso a esta etapa de DAREDEVIL “El Hombre Sin Miedo”, realizada por el escritor Ed Brubaker y el artista Michael Lark, éste excelentemente sustituido en momentos puntuales por Clay Mann y David Aja.

El material del que hablamos comprende los números americanos 111 a 120 del Volumen 2 del personaje, y culminan la etapa de Brubaker al frente de la colección. Cuando comenzó ésta el personaje venía de un extenso planteamiento llevado a cabo por otro excelente equipo: Brian Michael Bendis y Alex Maleev. Siguiendo el modelo milleriando para el protagonista, lo habían llevado al límite una vez más y como resultado había acabado en la cárcel. Al comienzo de la saga “Lady Bullseye”, todos esos cabos sueltos ya están atados, los personajes están donde el autor quiere y el terreno preparado para el nuevo gran desafío que se avecina. El conjunto constituye una saga que se puede leer de manera independiente del resto, por supuesto con la inestimable ayuda de los comentarios para contextualizarnos que en cada número redacta Julián Clemente.
La trama se desarrolla en dos arcos argumentales, “LADY BULLSEYE” y “EL RETORNO DEL REY”, que nos traen a viejos conocidos de la serie, todos enraizados en la obra que dejó Frank Miller, un buen hacer del que también se toman esquemas narrativos y se demuestra su profundo conocimiento. De este modo, en la primera parte Matt Murdock se ha metido en tremendos aprietos, ya que su esposa Milla está ingresada en una institución psiquiátrica por su culpa; él se ha convertido en un insoportable blanco constante de sus enemigos al haber sido revelada hace tiempo su identidad secreta como Daredevil; su intensa dedicación a la actividad superheroica choca más que nunca con la de su socio Foggy Nelson en el despacho de abogados; y para colmo su relación profesional con la investigadora Dakota North está empezando a convertirse en algo más (asunto ambivalente que choca con su férreo código católico). Al mismo tiempo, interaccionará con otros héroes callejeros de Marvel, de carácter más secundarios: Puño de Hierro, Tarántula Negra y Tigresa Blanca; cada uno es un justiciero urbano independiente, pero se muestra una interesante camaradería que entrará en juego con la guerra que planea hacerles La Mano. Esta diabólica organización mística oriental regresa con fuerza y con ella aparecen dos nuevos personajes, ambos inspirados en dos de las figuras más destacadas utilizadas por Miller, como son Bullseye y Stick. El primer personaje, Lady Bullseye, es una mercenaria al servicio de La Mano aunque con planes propios; enseguida se hace interesante más allá de una feminización del legendario asesino. Por otro lado tenemos al maestro Izo, instructor errante tan sabio como amoral y temible, que además de presentarse como formador de Stick (que abrió a Murdock al resto de sus sentidos al quedarse ciego), nos revelará datos sobre el origen de La Mano.

Para el segundo arco nos encontramos al antiguo Rey del Crimen de Nueva York, Wilson Fisk, retirado en Galicia y empezando una nueva vida. Cuando La Mano lo ataca allí volverá a los EE.UU: y forjará una alianza temporal con su más encarnizado enemigo, Daredevil. Las consecuencias del retorno de La Mano trae una batalla crucial para ambos, que se irá desgranando hasta el sorprendente final.

 
Ed Brubaker guioniza cada uno de estos números atrapando nuestra atención con una facilidad pasmosa. Los planes están claros desde el principio, y aunque va dejando pistas por el camino, el final de cada conclusión siempre es sorprendente. A estas alturas, Brubaker se siente cómodo en la editorial Marvel, le ha tomado el pulso a la historia y sus actores y había abonado las claves para cristalizar aquí una sólida trama de despedida. De su trayectoria anterior, ha consolidado el dominio para describir sentimientos de soledad, de desesperación, de miedo, que encajan muy bien con Daredevil y el espíritu de la serie, y ello lo materializa con numerosos cuadros de texto que consiguen una sensación intimista. Igualmente redacta diálogos parcos y con frases cortas, con la información justa, lo que eleva la tensión narrativa. Esta escasez de literatura es una de las críticas principales que se le hace al estilo de estos escritores, a Bendis sobre todo. No obstante, hay que decir que en esta historia al menos los personajes no desentonan y se hacen creíbles aunque hablen así; además, es característica general en los cómics actuales de superhéroes que la imagen predomine sobre el texto, de forma que cada vez pasan menos cosas en cada número, y la verdad es que no es que nos parezca bueno, pero se ha convertido en imperativo común para todos los que trabajan en este género, en demérito del resultado, claro. 
Los dibujantes que realizan la saga ya habían disfrutado de colaboraciones anteriores con el escritor y se nota por la facilidad con que diseñan los ambientes de género negro en que le gusta moverse. No obstante, su elección tiene otro motivo, y es que sus viñetas participan del estilo del artista de la etapa anterior, Alex Maleev. Éste nos proporcionó una obsesiva iconografía, llena de referentes pictóricos; su labor no buscaba tanto captar el movimiento como presentar fotogramas que congelaban impactantes instantes. De nuevo, Lark y compañía, con un trazo sucio priman más la composición de la escena que la representación realista (sin desmerecer las proporciones de ésta), y el resultado ofrece una opresiva atmósfera que nos pide rellenar nosotros los detalles y además nos absorbe en la lectura.
El trabajo en Daredevil ha otorgado a sus autores diversos premios como el Eisner. Como todo buen relato por entregas, entretiene, nos deja con ganas de conocer lo anterior y por supuesto con muchas ganas de más. Sin embargo, ¿por qué abandonar la serie justo cuando había alcanzado su mejor momento? Brubaker nos dice que precisamente por esa razón, porque “había contado todo lo que tenía sobre el personaje” y porque “le gustaría convertir en una especie de tradición el que cada autor herede un desafío con Daredevil”, como le había pasado a él al aterrizar en la colección. 

La saga de la que hemos tratado en este artículo sólo ha sido publicada en grapa en España, y estaría estupendo que se recopilara en tomo como Panini ya ha hecho con otras sagas, porque merece bastante la pena. Además, el último capitulo de “El retorno del Rey” se convertiría en especial al cristalizar el número 500 de la serie desde que empezó en 1964, y después de él llegarán los autores Andy Diggle y Roberto de la Torre, parece que también otorgando algo de ese clásico carácter milleriano al protagonista. Actualmente, al ser Daredevil propiedad de la compañía se ha relanzado al personaje de manos del escritor Mark Waid, en un interesante enfoque aunque muy distinto a éste.

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