martes, 14 de octubre de 2008

LA FÓRMULA SUPERLOPEZ


Con la miel en los labios, aún releo páginas del último trabajo de JAN en SUPERLOPEZ: “La brújula esdrújula”. Desde el mismo título ya hace gala de sus jugosos y afilados juegos de palabras; luego un dibujo sencillo, tranquilizador y precioso combinados con un guión implicado en los temas sociales y de actualidad, otras veces los que simplemente pasan por la mente de JAN en los meses en que se ha realizado el trabajo; dosis de fantasía y surrealismo mezclados; facilidad en la creación de nuevos personajes y mundos que al final no dejan de ser espejos-parábola de lo real; una aventura autoconclusiva con pinceladas de cuento infantil pero en la que habitualmente se expone la crueldad del mundo y la impotencia de cambiarlo, ni siquiera con superpoderes. Cada Superlopez es la aventura de la vida: acontecimientos y el vivir, luchar y dejar vivir. Se trata de un clásico y un deleite que aparece periódicamente por nuestros quioscos, librerías o centros comerciales, y que debería llenar cada vez nuestras bibliotecas particulares, físicas y del espíritu.

Acentuado desde la inclusión definitiva de Superlopez en la colección MAGOS DEL HUMOR, que supuso la reducción de páginas de 62 a 45, este esquema es agradecido y garantía de éxito, pero no deja de ser un esquema. Por otro lado, el uso del coloreado a ordenador nos ha hecho perder mucho del arte de JAN en el color. Admiro con nostalgia las aventuras tan ricas como la de los PETISOS , mi preferida, o los viajes dibujados que realizábamos junto a JAN, en Camprodón o en Grenoble. Es tanto lo que he disfrutado de su mano y de su imaginación que si yo fuera su nieto él saldría “huyendo aterrado de vacaciones”, pues no podría remediar pedirle antes de dormir cada noche otra historia y otra más.

Y donde más he encontrado su genialidad desbordante ha sido precisamente fuera de su creación estrella, Superlopez. Gracias a la página que tan excelentemente conduce David Fraile Vieyto (http://www.cachislamar.com) rastreo todos los trabajos diferentes que ha hecho, donde no ha estado atado por algún imperativo más o menos comercial que garantice el éxito de antemano y, por ejemplo, me parecen sobresalientes SUPERIORIBUS (impresionante uso del blanco y negro), LASZIVIA o las HISTORIAS INSÓLITAS para AMANIACO (insólitas historias, desde luego). También los carteles y colaboraciones gráficas que realiza.

Pero para mí, la gran obra maestra de JAN siempre ha sido, hasta ahora (que conociéndolo nunca se puede fijar un techo), el libro de VICEVERSA, “FECHAS MÁGICAS. Viaje por las exposiciones universales”. Fue realizado con motivo de la Expo’92 de Sevilla, y sólo se publicaron 1992 ejemplares. Yo, sevillano, comprobé cómo sin duda JAN se había pateado mi ciudad, imbuyéndose de su ambiente, sus escenarios, sus colores, su gente. Además da una lección narrativa y gráfica de historia, amena pero muy documentada. Una historia de realidad y de amor que atrapa. Un libro con un formato gigante donde admirar un grafismo hermoso, que pesaba con gusto en las manos. Un gozo que por tan sólo 3 veces en mi vida he podido disfrutar (a causa de la limitada edición). Primero me lo prestó un particular y ese libro marcó un antes y un después en mis lecturas, y me dolió que al devolvérselo a mi conocido veía cómo por el tamaño del ejemplar y su desinterés por la cultura le hizo deteriorarlo rápidamente hasta que un día para mi disgusto me comunicó que lo había vendido a un desconocido. Segundo lo encontré en una biblioteca pública, lo saqué prestado y me entraron unas ganas tremendas de poseerlo, como el anillo de Tolkien, y tras el dolor y la necesidad de depositarlo allí de nuevo para que otras personas pudieran experimentar lo que yo, contemplé atónito que un par de meses después alguien había robado ese ejemplar. Por último pude visitar una exposición de los originales de esta aventura de VICEVERSA en el Pabellón de la Navegación de Sevilla, antiguo recinto del 92 reconvertido en espacio expositivo; las palabras sobran. Actualmente tengo localizado un último ejemplar en la biblioteca pública de Sanlúcar de Barrameda, lugar donde casualmente reposan parte de mis raíces.

Lanzaría una súplica desde aquí a las editoriales: ¿¡es que nadie va a reeditar nunca esta maravilla!?

No hay comentarios: