En la PARTE DOS continuamos nuestra conversación sobre la importancia de la continuidad de los personajes en el universo de “Love & Rockets”, más sobre la evolución de Maggie, la importancia de Hopey, y por qué no ha cambiado mucho todo eso desde que Hernandez tenía cinco años y dibujaba cómics de Batman.
-¿Te preocupaba que alguien notara inexactitud en la historia de los personajes, o sólo es primordial para ti personalmente que las cosas encajen en el contexto de ese universo?
Es principalmente por mí. Afortunadamente también es para los fans. Si no les importa también esta bien, no obstante. Pero para mí simplemente pone la historia en perspectiva y sencillamente me ayuda a entender mejor mi mundo, que todo esté en su sitio. Si lo desordeno, hago una historia entera para corregirlo. A veces ésas han sido mis mejores historias.
-Parece como si, en cierto grado, resolvieras el mundo sobre la marcha.
Sí, sí.
[Risas]
-Eso no fue algo que tenías planeado desde el principio, ¿o sí?
Oh, no, no. No estaba planeado en absoluto. No recuerdo la verdadera razón por la que empecé a hacerle ganar peso. Quizás fue sólo la forma en que yo dibujaba por entonces, redondeando las figuras, o algo por el estilo.
-Ella tuvo que sufrir tu arte.
[Risas] Sí. Y entonces, cuando la hice heavy –sin juego de palabras intencionado- su personaje simplemente llegó a estar más gordita. Eso le supuso tanto que me dije, “ella ha llegado”. No tuvo una personalidad propia tan completa hasta que eso ocurrió.
-¿Sentías que le faltaba algo, de alguna forma?
No. En esa fecha no lo sabía. Era algo que no sabía por esa época. Había que entender, resolver más sobre ella. Maggie simplemente llegó a ser más compleja entonces. Simplemente le hizo parecer más real.
-¿Por eso volviste a ella? ¿La historia aún no estaba acabada?
Sí. Maggie simplemente tiene mucha más continuidad que los otros personajes, para mí. Me gusta hacer los otros personajes, pero siempre volveré a Maggie y el placer de crear su vida. Hay ciertamente algo del personaje con lo que disfruto jugando y averiguando dónde irá y quién es ella.
-¿Cuánto tardaste en descubrir que ella era tu buque insignia?
Ocurrió desde el principio. Había planeado tener un personaje principal sobre el que girara el mundo entero alrededor, incluso aunque no apareciera en la historia. Pero también quería un sidekick, y ahí es donde entra Hopey, porque yo quería mi Batman y mi Robin, mi Betty y Verónica. Simplemente necesitaba que los personajes se dieran fuerza mutuamente.
Pero a Maggie la quería como el personaje central sobre el que giraran todas las cosas.
-¿Sabías que los dos protagonistas iban a ser femeninos?
Antes de que empezara “Love and Rockets” no lo sabía. Sólo sabía que iba a ser un aspecto en el que me apoyara, pero me gusta el tema de la camaradería, porque descubres más de un personaje cuando tienes algo para confrontar con ellos. Porque, si tienes la opinión de Maggie todo el tiempo, parece casi un sermón, como si fuera la única con algo que decir.
-¿Sientes que llega mucho de ti a través de ella, si sólo hay un personaje?
Sí. Y necesitaba alguien que discutiera con ella, necesitaba que alguien la derribara, si se pasaba de la raya. Si sólo hubiera sido ella, creo que se interpretaría como que yo estoy casi dando un sermón, pero si tengo puntos de vista opuestos lo hace todo adecuado. Todo el mundo acierta y todo el mundo se equivoca.
-Obviamente todavía disfrutas dibujándola y escribiéndola, ¿pero aún disfrutas discutir sobre ella con la gente?
¿Sobre Maggie? Sí, sin duda. Algunas veces obtengo las mismas preguntas que he estado obteniendo los últimos 25 años, pero en conjunto, sí. Por muy tonto que parezca, son personas reales para mí, así que a veces hablo de ella como si fuera mi compañera, mi amiga a la que vi la semana pasada, o a la que conozco pero que no he visto en dos años, preguntándome en qué anda.
-La echas un poco de menos, cuando sale de tu vida.
Sí, sí. -Sobre el libro artístico que salió recientemente [El arte de Jaime Hernandez], ¿qué papel jugaste en su elaboración?
Un papel importante. Todd Hignite, el autor, pretendía de verdad que yo participara, porque soy el tío sobre el que va el tema, y no quería que fuera sólo su punto de vista. Quería ver de dónde venía yo. Oírlo de la fuente era el mejor camino a tomar. Simplemente quería volver atrás y ver mi educación y cosas de ese tipo. Y ésa es siempre la parte más divertida para mí, hablar de cuando tenía cinco años, y dibujaba cómics.
-¿Pero son buenos recuerdos?
Sí. Porque son divertidos. Todo es parte del proceso de aprendizaje. Para mí todo el “Love & Rockets” de hoy, desde que hacía cómics de Batman cuando tenía cinco o seis años, todo es lo mismo para mí. Todo es parte del proceso de cómo llegué adonde estoy. Y todo es sencillamente mágico para mí. Seguí algo de eso cuando tenía cinco años, no sé qué saco ahora de eso, pero está ahí.
-¿Te sorprende que toda esa gente entre los pequeños detalles- que la gente quiera ver los dibujos a lápiz y las líneas y los errores?
En ese sentido, no. Pero supongo que porque no es importante para mí, cuando se me pregunta me animo, porque alguien más siente como yo, tiene mi mismo interés. Se acerca mucha gente a preguntarme por mi técnica. Para mí eso no es tan emocionante como el espíritu de cuando tenía cinco años, empezando con los cómics y simplemente viviendo la vida y cosas como ésa. Para mí ése es el alma de la creación. Es mucho más emocionante que hablar sobre la técnica del entintado, porque para mí el proceso real de dibujar líneas y entintar sirve al propósito de contar la historia.
-Suena como si esa parte siempre te hubiera llegado de forma natural.
Sí, sí, tardó mucho [risas]
-¿Fuiste siempre el mejor artista de tu clase?
Sí, sí. De vez en cuando había un chico que llegaba a ser el primero, y yo sentía, “espera un momento, pensaba que yo era el primero”.
-¿Fueron alguna vez tus hermanos “el primero”?
Estoy seguro que lo fueron en sus clases.
No, porque yo sabía dónde estaba, porque era el cuarto hermano en una línea de seis chicos –cinco hermanos y una hermana. Y sabía que Mario era el mayor, por lo tanto él dibujaba mejor. Luego venía Gilbert, luego mi otro hermano, Richie. Y luego estaba yo. Era una especie de evolución. Yo lo respeto. Sabía que no era tan bueno como ellos.
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