Los comentarios que me planteo en esta entrada responden a
un deseo antiguo, aunque el acercamiento que he tenido hacia ellos ha resultado
un proceso largo, tal vez difícil. Básicamente, lo que trato es confeccionar mi
propio artículo sobre la novela “RECALIBRADOS”, de Antonio Santos, con la
honestidad que pretendo siempre este humilde blog, y para ello debía
desprenderme de la implicación personal que obtengo al conocer a Antonio, que
me influye, porque con los años he comprobado que es una persona muy
comprometida con su trabajo y de nobleza en sus acciones.
¿El modo que se me ocurrió seguir? En primer lugar,
comprender los referentes desde los que opera, en este caso primeramente decidí
acudir a la serie THE SHIELD, pues el texto original del libro fue el guión de
un episodio que elaboró el autor para presentar a la productora, y que
rescribió luego cuando cancelaron esta ficción televisiva, que yo no había
abordado todavía.
PARTE 1. LA SERIE
El argumento de THE SHIELD se ubica en la ciudad
estadounidense de Los Ángeles, en concreto en un distrito de ella llamado
Farmington (nombre ficticio). La elección de la localización geográfica no es
casual, pues en la realidad se trata de uno de los lugares más contradictorios
del planeta: el éxito económico y el poderío como potencia del país se ha
sustentado en buena parte en la especialización de la costa oeste en la
industria armamentística desde la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, Los
Angeles arrastra problemas históricos como la escandalosa segregación social y
racial, y la utilización de la religión como sistema de control por el miedo
supersticioso. El resultado es una colectividad que disfruta de las bondades y
el agrado del clima y el territorio (cuando no les azota con terribles
desastres naturales) y que convive en un entorno de violencia, enajenación
mental, tráfico y consumo de drogas y armas, enfermedades propias de las
ciudades occidentales contemporáneas, gigantizadas en este caso. Aunque a una
escala más pequeña pero similar, podríamos acudir a un antiguo estudio de
nuestro archivo, donde habábamos de la ciudad de la costa oeste de EE.UU.,
Oxnard, y que podría ser un ejemplo ilustrativo:
Si bien Jaime Hernández retrataba a los habitantes normales
y corrientes de dicha ciudad, sus emociones y cómo son afectados por el entorno, la serie de T.V. ingresa en
una escala mayor, la de las instituciones que intentan mantener la convivencia
en la zona, en concreto se focaliza en el departamento de policía que se ocupa
del distrito Farmington. Precisamente, la comisaría está emplazada en una
antigua iglesia y eso ya empieza a mostrar el carácter trasgresor que persigue
la serie. La trama comparte protagonismo entre diferentes personajes, que
desarrollan el día a día de su trabajo bajo circunstancias extremas, de modo
que la responsabilidad que han asumido incide en sus labores y su conducta,
perjudicándolos también a ellos y sus propias vidas. Asimismo, el uso que se da
a la cámara va buscando una faceta documental para empatizar con el espectador.
Existen varios niveles dentro de las labores del
departamento: sobresale el Equipo de Asalto y su líder, Vic Mackey. Juntos se encargan
del trabajo de campo, del trato con las bandas y del uso de la autoridad, con
contundencia si es preciso. Eso les sitúa en un eslabón complicado dentro de la
realidad desbordante que habitan, y que los somete a gran tensión, al eterno
debate de hasta cuándo el fin justifica los medios, de si es posible danzar en
los límites de lo legal, sobrepasarlos si es necesario para sobrevivir o
mantener la convivencia. Cuando vemos cada capítulo nos ponemos en su piel,
vivimos los relatos fieros, sin concesiones al descanso; después de todo eso,
nos parecerán continuamente héroes o canallas.
Completan el reparto de la serie el capitán David Aceveda,
un agente que conoce el oficio, que sabe cómo moverse en él, y al mismo tiempo
deseoso de librarse de todo ese infierno y gozar de una vida diferente, falsa
si es preciso, tirando de sus aspiraciones políticas para ascender al estrato
de los privilegiados. También está la pareja de detectives Dutch y Wyms,
especializados en el trabajo de investigación e interrogatorio; su tarea
contrasta con la del Equipo de Asalto, es metódica, deductiva, más lenta en
obtener resultados, aunque normalmente igual de eficaz. Ambos grupos están
enfrentados, los detectives aún confían en la honradez y la inteligencia,
mientras que los otros buscan acción pura al haberse corrompido con el medio; a
su manera, también se admiran.
PARTE 2. EL LIBRO
La novela “RECALIBRADOS” parte pues de la serie The Shield,
y aborda a sus personajes y circunstancias, aunque no se quedará sólo ahí. La
crudeza de sus historias inspiraron a Antonio Santos a tomarlas y proyectarlas
como un futuro antiutópico, en una narración de ciencia ficción inmersa dentro
de un universo propio que es compartido por algunas de sus otras creaciones.
Tan extenso y complejo, tanto en su caracterización como en su desarrollo
literario en el tiempo, podemos descubrir algo de él si observamos el “Breve
glosario” que hace de apéndice de este libro, o también permaneciendo atentos
al blog,
donde en cierta clave de recurso estilístico nos habla de
las obras que le motivan, hace crítica de las que menos y también de la
actualidad, relacionándolo como un todo con el proceder de su obra, quedando
una original posibilidad ficticia/real. Todo ello parte de una honda reflexión
que el autor hace del mundo que habita, de cómo lo asimila y lo siente,
confeccionando su propia respuesta a un entorno que -aunque sus acontecimientos
se muevan siempre en el complicado terreno de la incertidumbre- es sofisticada
y posible. Para la novela en cuestión que tratamos, aunque contextualizada en
este particular universo, se aloja dentro de una preocupación de Antonio Santos
acerca del presente en el que la elabora (notamos que se publicó en noviembre
de 2010).
De esta forma, nos presenta un planeta Tierra llamado “El
Valle”, bestialmente contaminado, un medio agresivo para la vida, sólo
habitable gracias al “recalibrado” de sus habitantes. Por tanto, la
supervivencia fue posible gracias al GENEmod, técnica de mejora del ADN que
procede de la forma política Pax GATTACA, cuyas pretensiones eran la
manipulación genética y ética del ser humano para equilibrar y controlar a la
sociedad. De esto se derivó una guerra (la “Rebelión”) entre partidarios y
detractores, siendo la victoria decisiva para los partidarios de la Pax G,
purificados psicogenéticamente (“probetas”), que se instalaron en Marte y
dejaron “El Monte” -una ciudad flotante- sobre El Valle para controlarlo y
usarlo como operador de la industria y vertido de sus residuos. Los perdedores
necesitaron de la tecnología que promovían aquellos para sobrevivir, a su vez
evolucionándola de un modo propio, y viven en
un entorno hostil y en proceso inexorable de deterioro, divido entre el
rechazo al poder establecido o la aspiración a “ascender” a la otra sociedad.
Lo que sí parecen compartir las estructuras gobernantes de ambas ramas humanas
es la necesidad de integrarse en el negocio interplanetario. En El Monte se
persigue controlando claramente el papel de cada ciudadano, sin posibilidad de
ascender, y en El Valle se lleva a cabo por medio de un gobierno que ejecuta lo
necesario sin reparo. Ambas sociedades reflejan el espíritu cultural de una
época, la de los noventa en el primer caso y las de los ochenta en el segundo,
que sirven de debate entre ambos.
Como vemos, sólo este momento dentro del universo ideado por
el autor ya es complejísimo, y es mucho más rico y completo de lo que resumimos
sobre estas líneas. Pese a que múltiples asociaciones nos llegan a la mente, si
atendemos a nuestra actualidad y a la interpretación propia que al autor hace
de ellas, no se trata de ser convencidos por esta creación literaria, sino de
estudiarla y comprenderla para poder disfrutar del relato.
Evidentemente, esta historia, “Recalibrados”, no se limita a
la descripción de un mundo de ficción. Es más, diríamos que este aspecto
permanece en flotación sutilmente entre medio de la acción, dejado ahí para el
lector atento; incluso podríamos prescindir en parte de sus detalles sin
afectar notoriamente a la comprensión el todo, ateniéndonos sólo a la faceta de
entretenimiento, claro. Esto es posible por la técnica narrativa que se emplea,
ágil y fresca: nos va exponiendo en tiempo presente los acontecimientos que van
acaeciendo a los personajes, de una manera muy gráfica, directa, contagiada de
los recursos del guión televisivo, quizás alimentada también por la faceta de
dibujante de cómic de Santos. Los instantes descritos así van tomando una forma
definida en nuestra mente y se van concatenando entre palabras, descripciones,
diálogos, llamadas de atención directas al lector (obsérvense las apelaciones
“Fíjate en...”, “Lo dicho:”, Anótatelo:”, “No te lo pierdas:”, etc.), de una
manera categórica, cruda a veces, constatando otras, en todo momento
demostrando un absoluto control de lo que se quiere contar.
Dentro de este planeta complicado de habitar, los
protagonistas con los que identificarnos están El Valle, focalizados a través de la figura de Vic V,
trasunto de Vic Mackey. La comisaría de Farmington y sus empleados se
constituyen para el escritor como un modelo que encaja a la perfección con las
circunstancias que se describen en este universo ficticio, y que ofrece ricas
caracterizaciones, de gente expuesta a situaciones implacables y que responde
de la misma forma, pero que nos hacen sentir en parte indulgencia con ella por
la tensión a la que se enfrentan. Medina será Aceveda, Hal R por Dutch y Paula
M en lugar de Wyms; el Equipo de Asalto tomará el nombre de la Brigada Mjolnir.
En general podemos decir que todos estos personajes (y otros más inspirados en
otras obras) aquí aparecen representados de una manera magistral, se nota
detrás un exhaustivo trabajo de estudio de la psicología y comportamiento tanto
de los papeles como del matiz que le dan los actores que los interpretan. Nadie
queda definido de una manera plana, y sin duda eso es uno de los grandes
valores de esta novela.
El argumento no lo queremos diseccionar demasiado, pues por
el estilo sin tregua con se va exponiendo invita a ir descubriéndolo poco a
poco, pero sí podemos decir que gira en torno al llamamiento que reciben Vic V
y el capitán Medina desde El Monte para investigar un crimen cometido allí pese
a su limpieza del género humano, y cómo se relacionará con otros casos y
realidades de El Valle.
Praxis, contextualización, suspense y desenvoltura de los
personajes son recibidas con una gran riqueza de vocabulario, y en ese proceso
el autor desprende unas depuradas ideas de CI-FI, algunas prestadas, otras
mejoradas y la mayoría de interpretación propia, fruto sin duda de su amplio
conocimiento e interés por el tema. En todo momento nos va haciendo una
narración muy alumbradora, con alusiones a películas, figuras del mundo de la
cultura, libros, personajes de ficción, actores, etc. que nos ayude a entender
mejor lo que se está tratando, o incluso a ampliar nuestro conocimiento del
tema si nos surge la curiosidad. A ratos parece que tras el narrador nos está
hablando un urbanista, otras un científico, o un estratega, un empresario, un
informático, un mafioso... No obstante, si bien el discurso que se nos ofrece
es generalmente elevado y culto, también hay que decir que barre todas las
escalas, de una manera didáctica, ya que deja entrar relaciones con la cultura
de masas más elemental, incluso se hacen asociaciones gráficas sencillas, como
por ejemplo la relación de Vic V con los vikingos (creo que muchos recordarán
la serie de dibujos animados “Vicky el vikingo”) y su brigada con la mitología
nórdica del personaje Thor de Marvel Comics. Esta acción de imbuirse de
referentes de todo tipo no sólo supone el acercamiento hacia una esfera
cultural minoritaria, sino que podemos decir que hace trascenderla a un estrato
de mayor importancia para un lector no iniciado en el tema.
En definitiva, con estos planteamientos no afirmo que
“Recalibrados” haya conseguido una fórmula mágica para ser estandarizable y
garantizar el entretenimiento de todo el mundo, creo que eso sería minusvalorar
sus aciertos. Más bien, la considero un digno ejemplo de cómo un autor
representa con creatividad su propia concepción del mundo, forja unos
personajes y unos acontecimientos y de verdad les hace cobrar vida, cómo por el
camino emplea con solvencia conocimientos adquiridos mediante su estudio
particular, reflexiona sobre lo que escribe y en todo momento mantiene el
control con elegancia y estilo. Yo, por si acaso estaré atento a esta historia
de la frontera.