miércoles, 21 de agosto de 2013

ALUZINE BUILDING: rastreando la PÁGINA-EDIFICIO


Para la próxima entrega de ALUZINE DE FANZINE, la número 8, hemos preparado, entre otras cosas en que andamos, esta página titulada "ALUZINE BUILDING", que os ofrecemos a modo de avance. En ella, damos un nuevo escenario al proyecto que seguimos para integrar y hacer interactuar a todos los personajes de nuestro universo.

Obviamente, nos inspiramos y hacemos homenaje a la divertida serie 13 RUE DEL PERCEBE de Francisco Ibáñez, comenzada en el número 1 (1961) de la revista Tío Vivo, posteriormente una de las creaciones más famosas y longevas del autor y hace unos años adaptada a la televisión con la comedia "Aquí no hay quien viva"; también, más recientemente utilizada como base publicitaria para la marca comercial La Casera.

Como algunos estudiosos del cómic han investigado, esta idea no fue original de Ibáñez, pues ya estaba dentro de los referentes de la cultura tebeística, incluso con ese tono humorístico, si bien él le dio mayor continuidad y la convirtió en icono. Tampoco ha sido el único que la ha utilizado después de que surgiera en el imaginario cultural, pues el esquema se repite en otros lugares, véase esta página de los 70 de Marvel Comics ( The Moonstone de Wilkie Collins):

Para demostrarlo, en el espacio El Maravilloso Mundo de los Tebeos rastrean en este artículo hasta tres antecedentes

"Una casa en nochebuena", de Joaquín Xaudaró (princios del siglo XX)


"La escuela de chicas", de Will Eisner (1947). No nos sorprende la aparición en escena de este artista, no podía faltar en lo de ser de los primeros en utilizar una estructura tan novedosa. Colosal la exploración del lenguaje de los cómics -el "arte secuencial"- que hace a lo largo de su carrera, algún día volveremos para estudiarlo a fondo por aquí, como se merece.


"Un Día en Villapulgarcito" de Manuel Vázquez (1959). Probablemente fuera ésta la inspiración de Ibáñez, pues Vázquez era uno de sus referentes.

Si seguimos buceando en la cultura, el origen del concepto pudo estar en la misma concepción de la ciudad moderna y el uso masivo del tipo de edificio de varios propietarios. Eso nos traslada hasta la Revolución Industrial, cuando llegaban oleadas de inmigrantes de zonas rurales para trabajar en las fábricas de la ciudad, hacinándose de manera insalubre e infrahumana en espacios urbanos que no estaban preparados para albergar tal cantidad de habitantes. Para dar solución al problema surgieron propuestas y modelos, como el del barón Haussmann, que renovó la ciudad de París, entre 1853 y 1870, con su plan de tábula rasa. Expropió y dDemolió edificaciones existentes para trazar nuevas calles, abrir grandes avenidas y, aquí la cuestión, aglutinó las infraviviendas en edificios de varias plantas, como contemplamos en esta ilustración de la época reproducida en periódicos, que ofrecemos bajo este párrafo, y en la que ya contemplamos cierta crítica social, al mostrar dentro del mismo bloque a las clases sociales del momento (abajo estaban los más ricos y arriba los más pobres).
Probablemente éste sea uno de los primeros casos en que se utilizó esta imagen con fines de entretenimiento, humor y/o reflexión; no obstante, desde nuestra opinión el tema no es tanto "quién-fue-primero", sino que cada artista sepa aprovechar los recursos y circunstancias que tenga a su alcance para producir una obra de interés.

miércoles, 14 de agosto de 2013

FINALIZA BUFFY CAZAVAMPIROS Temporada 9


Como todos sabemos, y si no por aquí hemos hablado antes, la serie BUFFY CAZAVAMPIROS continúa oficialmente en versión cómic más allá de los hechos narrados en la 7ª temporada televisiva, y de hecho ya acaba la segunda etapa de esta versión papel, editada por Dark Horse. Lo hará el próximo mes de septiembre (vemos la ilustración de portada arriba), y la colección complementaria ANGEL & FAITH, que discurre paralela a aquella, lo hace a finales de este mes de agosto.

Para la 8ª temporada la implicación de Joss Whedon fue total, al igual que en la serie de la pantalla estaba muy encima y participaba en los guiones. En esta última sesión (la 9ª) sólo hemos contado con el creador al principio, y viendo los créditos notamos que no se implica en los episodios finales como guionista, extremamente liado con sus proyectos en MARVEL. Sí ha aparecido su nombre de principio a fin como "productor ejecutivo". ¿Se habrá mantenido en estos números la calidad marca de la  casa, habrá 10ª temporada? Todo son incógnitas por ahora para nosotros, que iremos depejando tras su lectura completa, conforme Norma Editorial vaya publicando en nuestro mercado lo que resta (lleva dos volúmenes de cada colección).

Lo que sí parece que será más difícil para nosotros los buffy-adictos es ver por aquí los especiales WILLOW "Wonderland" o SPIKE "A dark place". Ya tuvimos la experiencia con la ausencia en el mercado español de "Spike after the fall", crucial en la 6ª temporada en cómic de ANGEL.

martes, 6 de agosto de 2013

EXCALIBUR VOLUMEN I. Etapa Alan Davis





Lo que se considera el VOLUMEN I de esta serie dura hasta el episodio 67, y dentro de él podríamos establecer varias etapas:

ESPECIAL “La espada desenvainada”

Nº 1 a 11 – ETAPA CLAREMONT + DAVIS

Nº 12 a 25 – REALIDADES ALTERNATIVAS

Nº 26 a 41 – NÚMEROS DE RELLENO

Nº 42 a 50 – MOTIVO DE LA FORMACIÓN DE EXCALIBUR

Nº 51 a 59 – Diversos autores bajo tutela de ALAN DAVIS

Nº 60 a 67 – “El Regreso de Fénix”

*Nota: este esquema es personal, únicamente creado a modo de estudio propio.

 
Según nos cuenta el Profesor Loki, correro de la edición española de esta publicación en los años 90 e informado de toda la actualidad que iba produciéndose en EE.UU., las ventas de Excalibur en su mejor momento nunca llegaron a igualar a la del resto de colecciones mutantes (por lo normal estaban en torno a 1/4 respecto a Uncanny X-Men, por citar alguna), y el excesivo tiempo que estos personajes quedaron “desatendidos” provocó que se perdiera un buen número de lectores. Como es habitual en el género humano, mientras el grifo no se cierre se deja seguir la corriente aunque sea en decadencia, y hasta que no llega el momento de extrema necesidad no se toman medidas correctoras, como fue la apuesta de Terry Kavanagh, editor marveliano de turno. La serie Excalibur merecía mucho la pena y disponía de valiosos hallazgos, pero como Claremont se había ido desvinculando poco a poco, ocupado en otros proyectos, le pasó el testigo tanto de guión como de dibujo a Alan Davis en solitario. Le dijo: “Haz lo que quieras, diviértete”. 

  El primer número de la ETAPA DAVIS EN SOLITARIO, el 42, apareció en octubre de 1991, y le acompañaban Mark Farmer al entintado y Glynis Oliver al color. Era su estreno como autor completo, pues nunca antes había escrito como profesional; sin embargo, a lo largo de su carrera había tenido la suerte de dar forma gráfica a los textos de grandísimos escritores, y de alguna forma había ido madurando ideas y creando sus propios mecanismos narrativos; otro factor importante es que después de tantos años dibujando y leyendo lo que otros escribían sobre el mundo del Capitán Britania y Excalibur se conocía al dedillo cada personaje, cada situación. Seguro que fue así porque la obra que nos proporcionó con su Excalibur es posiblemente una de las cumbres del tebeo de superhéroes.


 Esta cita del propio Davis clarifica las ideas que bullían en su cabeza: “Quiero que mis historias planteen situaciones peligrosas pero que no sean tristes ni dramáticas. Que siempre acaben bien. No quiero que los héroes, que son positivos, tengan aspectos negativos que les hagan sentir desesperados. En los cómics ocurren cosas grandes, increíbles, y los autores intentamos que la gente crea que algo así pueda ser real”.

Sin duda alguna le dio vida a esta máxima a través de las páginas que nos regaló, desde la primera entrega y capítulo a capítulo asistimos a un trepidante melodrama que nos entretiene, nos arrastra y cautiva con una lógica precisión. Su táctica fue ir atando todos los cabos sueltos que tenía la serie en su rico y variado background, y además ir creando en perfecta sintonía con el patrimonio heredado nuevos personajes, lugares, nombres, emociones, magia. Relacionará a todos los protagonistas, sus personalidades y sus superpoderes, y desarrollado todo ello hasta el número 50 de la serie nos proporcionará una explicación especialmente ingeniosa sobre las verdaderas causas que llevaron a crear el superequipo EXCALIBUR.
  En cada entrega pasan muchísimas cosas, retrotrayéndonos al encanto de los tebeos antiguos, y nuestros héroes quedarán intensamente afectados por la aventura; en especial Meggan, que Davis confiesa que es su favorita y a la que da una dimensión soberbia. El tema es que no sólo hace avanzar a los personajes “ingleses” (con menos relevancia o pasado en la compañía), sino también redefine a los “americanos” consagrados con nuevos conceptos, en especial trabajará a fondo con Rondador Nocturno y con Fénix (ésta uno de los símbolos más visibles de Marvel). En este momento álgido no desentonó pero esto le traería problemas más adelante.
El esfuerzo en la escritura nos resulta asombroso, y sin embargo ello no mermó ni un ápice la belleza habitual de las figuras y escenas de Davis. Cada página en sí y todo el conjunto de ellas conserva en su diseño la viveza, la elegancia, la corrección, la perfecta planificación y agilidad de escenas marca de una estrella del dibujo consagrada. Esta perfecta combinación la justifica él mismo cuando dice que “imagina las historias al tiempo que las visualiza, las viñetas deberían contar la historia sin palabras”. Se reconoce a sí mismo como un narrador visual y señala que él mismo había ido aportando mucha imaginatividad a los guiones que recibía (recordemos que en Excalibur firma desde el principio como co-argumentista).

 
 
Nos quedamos con estas frases de Lorenzo F. Díaz que describen al mejor Alan Davis: “No tiene un gran estilo literario, ni es un autor enormemente original cuyas ideas sorprendan por revolucionarias o novedosas. Su mérito es saber lo que es un buen continuará: acumular poco a poco tensión, sucesivos enigmas, historias paralelas, de cara a un desenlace que se antoja espectacular pero que al final da pie a otra historia”. Y también: “Al contrario que en otros casos, en que el dibujante aprovechaba su condición de guionista para trabajar menos, el Alan Davis guionista obliga a su dibujante a trabajar y potenciar al máximo sus recursos, enfrentándolo a un reparto de personajes enormemente amplio y a la creación de toda una serie de ambientes, que le permiten lucirse como pocas veces”.
 
A partir del número 51 (éste en concreto es genial) Davis se tomó un descanso a los lápices y guionizó diversos números para otros dibujantes. La verdad es que al principio mantienen interés porque siguen cerrando otros temas de la etapa Claremont que estaban en el aire, pero van desinflándose, sobre todo aquellos en que es argumentista y Scott Lodbell realiza los diálogos. El mismo Davis llegó a reconocer que no le gusta escribir para otros, y por ello volvió a dibujar Excalibur en los números 54, 55 y 56, excelentes aunque se nos hacen cortos. Resaltamos que en el nº 54 hizo un merecido homenaje a la obra ALICIA de Lewis Carroll, cuyos hallazgos e iconografía tanto parece haberle influido en sus años de aprendizaje hasta conformar su particular estilo.

Entrados en los 90, MARVEL COMICS se encontraba inmersa en nuevos arcos argumentales y no quería que Excalibur permaneciera ya tan aislada del resto de sus colecciones de mutantes, como ocurrió en su origen, sí de forma justificada. La exigida interacción y varias situaciones impuestas (como el cambio físico en varias ocasiones de Mariposa Mental) sentaron mal a Davis, y además desde la compañía no se veía con buenos ojos que una serie “menor” explicara tantas cosas de su universo, cada vez de manera más ambiciosa y afectando a los emblemas más reconocibles de la casa. En 1993 el autor abandona la colección cerrando brillantemente el ciclo entre los números 60 a 67, en la saga “EL REGRESO DE FÉNIX”, donde de nuevo es responsable total. Sin ser la mejor de las aventuras, ofrece un cálido homenaje a “Días del Futuro Pasado” de Byrne, utiliza muchos más personajes de Marvel UK actualizados al momento (dando la impresión de que tienen tanto lustre como los superhéroes USA) y deja una agradable sensación, como siempre aderezada de su facilidad para diseñar, exponer e imaginar gráficamente todo tipo de situaciones y seres.

 
Incluso proporciona algunas frases que manifiestan que Davis ya confía plenamente en su capacidad de escritor, y que a través de las palabras puede expresarse plenamente. Entre ellas, habla sobre el patriotismo cuando el Capitán Britania comenta: “Me dieron mi nombre y mi traje con mis poderes. No soy un patriota. No me importan los países o los gobiernos. Me importa la gente... la justicia... lo que está bien y lo que está mal”. O esta otra interesante reflexión: “Somos producto de nuestro pasado. Cámbialo y dejaremos de ser lo que somos. El pasado ha desaparecido, abraza tu futuro”.

 
La marcha de Alan Davis señaló el considerado VOLUMEN II de EXCALIBUR y trajo una nueva forma de presentar a los personajes que la hizo diferente, razón por la que éste ya no quiso volver más. Sí hizo todavía otro trabajo destacable para Marvel, de nuevo como autor completo y de creación propia: CLANDESTINE, un grupo superheroico. Nos relata sobre ello: “Yo había dibujado, dibujado y entintado, escrito y dibujado y me apetecía hacer algo mío”. 

 
A pesar de lo que prometía, la colección Clandestine quedó inconclusa y la retomaría muchos años después aunque nos parece que perdió bríos. A título personal, Davis no ha vuelto a encandilarnos con otro trabajo de la excelencia en todos los sentidos que tuvo con la colección que nos ocupa. Parece como si EXCALIBUR hubiera sido la obra de su vida, asimilada en su interior durante muchos años desde sus inicios en el medio hasta que estuvo lo suficientemente madura para salir y ofrecernos una de las mejores propuestas de lo que debe contener el buen tebeo de superhéroes.

 
En España, la editorial PANINI volvió a reeditar esta serie en lujosos tomos con los números 1 a 11 más el especial “La espada desenvainada” que prometían volver a hacernos disfrutar de estos personajes. En cambio, la publicación no pasó de ahí y la sublime etapa de Alan Davis permanece actualmente inaccesible para las nuevas generaciones de lectores. Una verdadera lástima porque sólo podemos encontrar en el mercado de segunda mano algunos números sueltos de la única edición en grapa de los años 90. Seguro que Panini dispondría de algún instrumento o formato que posibilitara recopilar esta gran historia superheroica, al menos su momento más relevante, y traérnosla pronto de nuevo, ¡ojalá! 

 
WEB OFICIAL DE ALAN DAVIS:

EXCALIBUR VOLUMEN I. Etapa Claremont / Davis




 
Aunque en 1986 se había cancelado la serie regular del CAPITÁN BRITANIA producida íntegramente en el Reino Unido por Marvel UK -la filial de Marvel Comics-, tras el éxito del personaje éste había pasado a incorporarse a la continuidad del universo superheroico de la compañía matriz. De hecho, tuvo aparición en material propiamente USA como fueron los anuales de 1987 de las colecciones ‘Nuevos Mutantes’ y ‘Uncanny X-Men’.

Mientras tanto, Alan Moore (guión) y Alan Davis (dibujo), los autores que mejor le dieron dimensión y contenido al personaje ya triunfaban en el mercado norteamericano. El creador del Capitán Britania había sido Chris Claremont junto Herb Trimpe (en 1976), y en gran medida la influencia del primero en la compañía a raíz de su soberbio trabajo con los mutantes había conseguido que se produjeran aquellos cómics netamente ingleses que tantos talentos proporcionaron tiempo después. Por lo tanto, Claremont era una enamorado del superhéroe y su universo y de lo que estos artistas habían hecho de él. 
 
Alan Davis comenzaba a colaborar con Marvel (su primera experiencia al otro lado del charco fue con DC Comics, en 1985), y tras maravillar al público con sus primeros trabajos el mismo Claremont le propuso convertirse en el dibujante regular de la Patrulla X. Sin embargo, Davis rechazó el ofrecimiento en diversas ocasiones porque temía la comparación con John Byrne, al que admiraba de su etapa mítica en la misma colección.

Eran unos años en que triunfaba una versión más oscura de los superhéroes merced al trabajo que Alan Moore y Frank Miller realizaban en DC Comics, hasta que de repente el éxito cosechado por el supergrupo JLA de Giffen y DeMatteis en tono comedia motivó la idea de hacer una contrapartida en Marvel. Los X-Men acababan de haber sido dados por muertos y CHRIS CLAREMONT decidió crear un nuevo equipo que gozaría de cierta independencia debido a estos hechos. Así ideó EXCALIBUR, un título por y para ALAN DAVIS que combinaba personajes de la Marvel americana y la británica, localizados en el Reino Unido y que llevarían sus propios guiones, con grandes dosis de humor.
 
Ante tal oferta, Davis no se pudo negar. Había dibujado al completo los mejores años del Capitán Britania, era responsable de la mayor parte de diseños en su iconografía y ahora podía reutilizarlos ante un público más amplio con la participación entusiasta del escritor estrella de la Casa de las Ideas. Además, en esta ocasión le concedían publicarlo a todo color a manos de expertos de Marvel (en la etapa inglesa, excepto las portadas, tuvo que trabajar las páginas siempre en blanco y negro). De esta forma, el grupo se presentó en el especial de 1987 “La espada desenvainada” para dar paso posteriormente a una serie regular tras su buena aceptación. Nos presentaba al Capitán Britania, Brian Braddock, destrozado por la supuesta muerte de Mariposa Mental (que era su hermana Betsy Braddock, unida ahora a los X-Men) y acompañado de su pareja Meggan (una metamorfa creada por Alan Moore y desarrollada en mayor grado por Jamie Delano).

 
Por parte de los X-Men incluía a Kitty Pryde (Gatasombra) y a Kurt Wagner (Rondador Nocturno), y se habían reunido para proteger de la persecución de Mojo, de la Majestrix y de un cegado pasado a la nueva Fénix (que era Rachel Summers, aparecida por vez 1ª en la trascendente obra de John Byrne “Días del Futuro Pasado”). A ellos se unirá Cacharro, un dispositivo con vida propia capaz de viajar a través de las dimensiones. Por supuesto, aparecen célebres conocidos de páginas pretéritas como Saturnina, el Cuerpo de Capitanes Britania, Otromundo y la sucesora de Merlín, la Banda Loca, la Ejecutiva Especial y todo el inmenso catálogo de secundarios y situaciones planteadas en las colecciones Marvel UK. La idea era que fuera este conjunto el que siguiera dando vida al sueño del profesor Xavier, en territorio de Gran Bretaña, ahora que la Patrulla X había sido dada por desaparecida.
 
Lo que se considera el VOLUMEN I de esta serie dura hasta el episodio 67, y dentro de él podríamos establecer varias etapas:

ESPECIAL “La espada desenvainada”

Nº 1 a 11 – ETAPA CLAREMONT + DAVIS

Nº 12 a 25 – REALIDADES ALTERNATIVAS

Nº 26 a 41 – NÚMEROS DE RELLENO

Nº 42 a 50 – MOTIVO DE LA FORMACIÓN DE EXCALIBUR

Nº 51 a 59 – Diversos autores bajo tutela de ALAN DAVIS

Nº 60 a 67 – “El Regreso de Fénix”

*Nota: este esquema es personal, únicamente creado a modo de estudio propio.
 
En la PRIMERA DE ESTAS ETAPAS (Nº42-50), realizadas íntegramente por Chris Claremont al guión y Alan Davis a los lápices (éste excepto en los números 8 y 10), asistimos a las primeras aventuras del conjunto, resolviendo el entuerto de Fénix con Saturnina, enfrentándose a la versión nazi de Excalibur o participando del cross-over INFERNO, todo ello aderezado con personajes falibles, diferenciables y llenos de características y relaciones; además acción trepidante y sobre todo algunas escenas cómicas divertidísimas. En líneas generales, se irán aprovechando argumentos anteriores a la colección para extenderlos más y, asimismo, de forma muy distendida y sin prisas, se van abriendo multitud de nuevos caminos por explorar.
 

El dibujo de Davis aparece ya en toda su madurez y sirve por completo a la historia, a veces también ofreciendo una segunda lectura al guión, pues en sí mismo aporta una gran dosis de humor e imaginación. Un detalle importante es que los créditos suelen anunciar que el argumento es conjunto de Claremont y Davis. Otro ejemplo de la capacidad de decisión que disponía el artista sobre esta serie es que en las portadas se le dio libertad absoluta y reconoce que las usaba para experimentar; de hecho en la del nº4 escribió su primer texto publicado.


 
El entintador en esta fase fue Paul Neary, aquel editor de Marvel UK que le diera en 1981 la oportunidad de trabajar en el mundo del cómic y que le enseñó la técnica del oficio. No obstante, viendo los perfectamente acabadísimos lápices de Alan Davis comprobamos que entintarlo no debió ser una tarea difícil para alguien algo cultivado en la profesión.

 
El color para los dibujos de Davis lo proporcionó siempre Glynis Oliver, y la verdad es que la autora consiguió dar mucho más esplendor al ya magistral estilo del autor, consiguiendo momentos de gran belleza visual. No obstante, parece ser que por causa de la dificultad de coloreado que había en Marvel se le pidió a Davis que rediseñara el uniforme del Capitán Britania ya que los motivos del pecho se confundían con los músculos.
 
Una vez culminada esta etapa inicial, la trama dio un giro a la realización de VIAJES INTERDIMENSIONALES por parte de Excalibur (Nº12-25), explorando las múltiples versiones de sí mismos en otros mundos que habían sido reveladas en los cómics realizados por Alan Moore. Lo más curioso del asunto es que nunca se encuentra otra Fénix allá donde van.
 
Todo ello fue un largo recorrido, quizás demasiado extendido, pues Alan Davis abandonó la serie tras el nº18 aduciendo falta de tiempo para desarrollar los planteamientos de Claremont. Éste último siguió el resto de capítulos hasta bien entrada la parte que hemos autodenominado “NÚMEROS DE RELLENO”, haciéndolo junto a otros dibujantes, a veces con portada o regreso de Davis como artista invitado, pero observando a vista de pájaro nos parece que la cosa fue perdiendo fuelle en relación a los logros más importantes de la colección, parecía como si a Claremont, liadísimo con el resto de colecciones mutantes, le fuera más fácil prolongar argumentos anteriores antes que dedicarle a esto el tiempo para que las cosas siguieran su curso o avanzaran con más complejidad. Por momentos iban quedando más y más cabos sueltos que no se resolvían, y llegaron otros guionistas para realizar números autoconclusivos con pocas pretensiones y ajenos al resto de la continuidad, lo que al final nos llegó a resultar tedioso y algunas veces hasta se cometieron incoherencias como la aparición de Gatasombra tan campante con sus compañeros cuando llevaba varias entregas separada del grupo (y siguió así después).


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lunes, 5 de agosto de 2013

CAPITÁN BRITANIA DE ALAN MOORE Y ALAN DAVIS




El CAPITÁN BRITANIA comenzó una nueva andadura cuando en 1981 la filial Marvel UK recupera a este personaje creado en EE.UU. por Chris Claremont y Herb Trimpe en 1976.

El editor en Londres Paul Neary dispone de un presupuesto muy reducido como para contar con profesionales contrastados, y por ello sondea entre aficionados, encontrando a DAVE THORPE al guión y a ALAN DAVIS para los dibujos, a los que incluso él mismo deberá instruir al principio para que aprendan las bases del oficio. La recientemente creada compañía (1978) contaba con gran expectativa entre los lectores anglosajones, y se dedicaba en exclusiva a reeditar en blanco y negro obras del otro lado del Atlántico para facilitar la labor de difusión a Marvel Comics. Por tanto, el espacio para desarrollar las historias de un personaje propio será reducido, 5-6 páginas mensuales.

En septiembre de 1981 debuta el nuevo Capitán Britania dentro de la colección ‘Marvel Superheroes’. Las páginas son en blanco y negro y presenta un nuevo traje diseñado por Alan Davis. Sitúa al protagonista en una Tierra paralela a la nuestra ajada por una prolongado tiempo sometida a ideologías de derechas. Ha sido enviado por su mentor Merlín como el mayor desafío posible, combatir el más retrógrado de los mundos donde hasta se han exterminado los superhéroes en favor de un control único del gobierno. Thorpe manifiesta un dolor patriótico y utiliza este recurso de las dimensiones para hacer su crítica política; de esta forma va sometiendo al personaje a una serie de combates continuos con este nuevo orden. Para ello sus poderes son el vuelo, una fuerza ampliada y un campo protector, todo ello fruto de los circuitos arcanos colocados en su uniforme.


El Capitán cuenta con un sidekick, el duende Jacdaw, que ofrece una perspectiva cómica pero que no termina de cuajar, de hecho Thorpe lo mata para luego revelar que ha sobrevivido. Asimismo, destaca la aparición del personaje femenino Saturnina, enviada por el Consejo de Desarrollo Dimensional para darle un “impulso” que haga avanzar a esta realidad “hacia una era de razón y entendimiento”.


Si Claremont empleó la mitología artúrica en los orígenes del personaje, Thorpe sigue acudiendo a los referentes y se decanta por otro clásico de la literatura inglesa: ALICIA (1885) de Lewis Carroll. Inspirándose en el reparto de esta obra, crea el grupo de villanos “La Banda Loca”, liderados por el Sombrerero Jim Jaspers y eso obliga a Davis a documentarse en la imaginería en torno al libro, en concreto a su dibujante original, John Tenniel. Éste, aunque aúna rasgos del dibujo tradicional estilizado y dinámico de los superhéroes también realizó unas ilustraciones muy imaginativas, con animales y objetos antropomorfizados; experimentar con documentación ajena al mundo de los cómics nos parece que supuso un salto importante en el estilo de Davis, que elaboraba su primer trabajo profesional con el Capitán Britania y página a página se aprecia que está aprendiendo todavía y consolidando una manera propia de formalizar ideas visuales, que en poco tiempo desvelarán a un auténtico maestro.

En julio de 1982 debuta el guionista ALAN MOORE en esta serie desarrollada en capítulos cortos mensuales. Su comienzo acepta las referencias a la Mesa Redonda y a Lewis Carroll, enlaza directamente con los últimos acontecimientos narrados por Thorpe y además dispone una reconstrucción completa del protagonista, haciéndolo caer a lo más bajo hasta hacerlo crecer, a la forma que más adelante se hará célebre con el ‘Born Again’ de Frank Miller, pero no olvidemos que esta publicación británica era exclusivamente producida para el mercado inglés y por tanto desconocida en estas fechas por los lectores en USA.

Moore repasa los acontecimientos más importantes de la vida del Capitán Britania, mata de una vez a Jackdaw y enfrenta al héroe desde el principio a dos villanos temibles y aparentemente invencibles: el Loco Jaspers y su monstruosa creación, la Furia, un “cybiote de carne y metal cuyo único objetivo es la erradicación de los seres con poderes”. Sin dejar cabos sueltos emplea un rico reparto de secundarios nuevos y del pasado, va llevando los acontecimientos a terreno propio, y da por buenos los argumentos políticos de la saga anterior, motivos que ya anteriormente había demostrado de su gusto en trabajos como Roscoe Moscow. La utilización de un mundo atrasado al que enviar al Capitán que ha heredado Moore se convierte aquí en el futuro apocalíptico que espera a las demás Tierras si no paran a Jaspers. De modo que la Furia continúa su exterminio a través de las dimensiones y el conflicto pone en jaque al resto de realidades. La presencia de estos villanos es aterradora y transmite una sensación de fatalismo y desesperanza que tintará cada página de la serie hasta el final, hablando del poder humano y divino, y de la inmensidad y vació que supone poseerlo.

En cada una de estas realidades existe una versión de héroe británico y Ópalo Luna Saturnina (ampliado su nombre) se revela como la Majestrix Omniversal, el máximo cargo ejecutivo y jurídico de dichos mundos, una mujer ambiciosa que actúa con crueldad y egoísmo en pos de un bien común. Por encima de ella está Merlín, el dios que todo lo ve, y también se verá afectado por la amenaza de la Furia.

En principio se da por bueno el tema patriótico de que el Reino Unido es el ombligo de cada Tierra y por tanto allí se origina al campeón planetario señalado por el dios para proteger a los débiles y elevar los colores de su bandera; no obstante, la trama es conducida a través de dos héroes que no comprenden bien su misión y que tienen miedo del asesino que va a por ellos: el Capitán Britania ha comprobado que nada puede hacer contra la Furia, y la Capitana UK, aterrada tras haber visto morir a sus seres queridos y luego huir de la Tierra de Jaspers, donde era la correspondiente superheroína anglosajona. El Mal en esta obra es un Mal supremo y terrorífico, pero el Bien no aparece con el brillo que se espera, sino que es oscuro y refleja múltiples matices y debilidades.

El crecimiento de Alan Moore como guionista experimenta una progresión geométrica. Su técnica narrativa va pasando de correcta hasta convertirse en algo original para el medio, y destacamos episodios como “Acción Ejecutiva” donde usa hábilmente la narración en futuro o multitud de elementos que saldrán en Watchmen, V de Vendetta o Swamp Thing y que ya estaban presentes aquí, de manera explícita o implícita.
Pese a la profundidad de las reflexiones que destilamos y por cómo se llevan hasta último término los hechos y las características de cada personaje, no es ésta una obra filosófica. También presenta las características del folletín clásico de aventuras superheoricas: amores, desencuentros, relaciones cruzadas, giros, intrigas, el encanto de un ‘continuará’ bien planteado y en gran medida sentido del humor (aunque pareciera difícil de calzar en esta historia). A cualquier joven inquieto seguro le cautivará esta saga donde todo tiene cabida y en gran medida el éxito de comunicación creadores/lector se debe a la magistral puesta en escena del dibujante Alan Davis, revelado como un narrador visual excelente que aprende rápido y crece exponencialmente. Su capacidad de diseñar espacios, controlar la anatomía y fisonomía humana, moverlas y hacerla bellísimas, la aparentemente inagotable imaginación para dar vida a personajes antropomorfizados extraordinarios, construir espacios, vestimentas, utilizar motivos de la iconografía fantástica y componerlo todo en páginas cada vez más depuradas. Se aprecia auténtica pasión vertida por un dibujante en el trabajo que le dio la oportunidad de trabajar en el medio que más amaba. No es casual que el Capitán Britania le fuera abriendo poco a poco nuevas puertas en su país hasta conseguir cruzar el charco en 1985 hasta DC Comics.


La serie fue apareciendo en diversas colecciones, como Marvel Super Heroes, The Daredevils y The Mighty World of Marvel. La aventura será extensa y a un ritmo medido milimétricamente para mantener nuestra emoción, y nos irá llevando sin aliento hasta concluir en junio de 1984, dando paso a partir de aquí a “Capitán Britania”, una publicación con cabecera propia para el personaje de la que se ocuparán diversos escritores como Jamie Delano y continuando todo el tiempo Alan Davis al dibujo (éste permaneció como dibujante regular hasta la cancelación del personaje en 1986; por tanto, se mantuvo de principio a fin en la etapa Marvel UK).

Una vez finalizaron las andanzas inglesas del personaje y conforme sus autores se iban haciendo célebres en el panorama comiquero –Moore, Davis y Delano- así como la editorial Marvel Comics apreció los logros y aportaciones que estas creaciones podían aportar a su universo, el Capitán Britania quedó incorporado por derecho propio en el patrimonio de la Casa de las Ideas. Pese a esto, es curioso que mientras discurrían estas aventuras en ellas apenas se hace referencia al resto del universo Marvel (una alusión gráfica aquí y allá) y los personajes viven en un mundo propio.


 
Lo cierto es que los cómics de la Marvel UK sobre el Capitán Britania no necesitaron aludir a los héroes archiconocidos y consagrados de Marvel para vender más. Supieron ganar un espacio propio y en cambio sí tomaron elementos de otras publicaciones británicas que estaba haciendo la filial inglesa (igualmente en historias cortas de complemento a reediciones de material USA). Moore lo explica así: “Como la mayoría de los fans más antiguos, abrigo una secrerta e insana pasión por la continuidad entre historias aparentemente no relacionadas”. De hecho, el escritor acude a personajes de Doctor Who como Wardog, Cobweb, Zeitgeist o Millenium, o cita míticamente a Marvelman, Garth, el Arácnido, el Marionetista o Garra, entre otros, e incluso podemos decir que les da mayor dimensión de la que tenían (algunos como Millenium apenas habían salido en escasas viñetas), creando la falsa ilusión de que verdaderamente existe un universo vivo y un panteón de rarezas inglesas
 
En años posteriores se ha reeditado el Capitán Britania en otros países, pero ya a color, realizado por Helen Nally y Andy Seddon. En España disfrutamos de dos ediciones: FORUM (1996) y PANINI (2005). La primera está descatalogada ya, pero es curioso que ambas no se excluyen entre sí, puesto que en el primer caso se incluyeron las páginas de Dave Thorpe, esenciales para entender la trama de la que parte Alan Moore, y en el segundo caso aunque se eliminaron dichos capítulos pero contienen una página perdida además de un artículo sobre la recopilación del propio Alan Moore en 2001, realizando un análisis a vista de pájaro que le proporciona el distanciamiento temporal.



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COMPLEMENTO: CAPITÁN AIRSTRIP ONE