De nuevo, la web The Daily Cross Hatch nos ofrece otra reciente entrevista de interés en cuanto a “Love & Rockets”. En esta ocasión, Brian Heater conversa con Jaime Hernandez en noviembre de 2010, en el escenario de una convención de cómics norteamericana. Para conocer al autor en primera persona y completar este especial, en nuestro BLOG DE ESPIRAL os ofrecemos la entrevista al completo, dividida en cuatro partes y traducida al español por el mejor experto (y único miembro) de nuestro equipo de lingüística, o sea el gandul de Maese ABL.
NOTA A LA TRADUCCIÓN: Como se puede comprobar en el enlace a The Daily Cross Hatch que ofrecimos más arriba, el texto original en inglés de la entrevista sólo contiene una imagen por cada una de las partes (es la primera que precede al texto traducido de entre las que os ofrecemos). Aunque este escrito no es nuestro (bueno, una traducción siempre contiene labor de creación...) hemos optado por añadirle algunas imágenes extra, como se verá a continuación, lo que es una intrusión subjetiva por nuestra parte. Si alguien siente que esto le puede distorsionar de alguna manera, le remitimos a la fuente y decir que sólo buscábamos ubicarnos dentro de nuestro Especial a “Love and Rockets”. PARTE 1
Recorriendo la superficie de un festival como SPX [en Maryland, Estados Unidos], es fácil dar por sentada la presencia de talento –incluso de uno de la altura de Jaime Hernandez. A cualquier sitio que te gires hay una mesa diferente mostrando algo maravilloso –puede ser manifiestamente irresistible.
Mientras espero en la mesa de Fantagraphics con Hernandez atendiendo a los últimos visitantes del festival que tiene delante agotando su block de firmas, simplemente observo y espero. Y con tal de que siga dibujando me quedo inmóvil.
El autor va a dibujar para todos y cada uno de los fans en la fila. Ofrece dos tipos de bocetos diferentes con dos precios diferentes –un dibujo rápido a tinta, ejecutado con la facilidad con que se pica un carnet de béisbol, y un dibujo a lápiz más caro, un esfuerzo mucho más cuidado, precisamente el producto que uno espera de un artista como Hernández, que parece que nunca dibuja una línea de más.
Es fácil que tal momento pase desapercibido en medio del espectáculo de una convención de cómic. Y es una lástima. No es una oportunidad muy común la de ver a un maestro del medio –un autor todavía en la cima de su carrera tras tantas décadas en la industria (y discutiría si más incluso que antes)- practicando su arte tan cerca. ¿Cuántos campos te permiten esa oportunidad?
Todavía saboreando el momento, después de bajar las escaleras y encontrar un sitio en North Bethesda Marriott, no sé cómo empezar mi conversación con Hernandez sin hablar precisamente de lo que acabo de presenciar.
-Es un placer verte dibujar –especialmente los “rápidos”. Es un poco como mirar a un trapecista trabajar sin red.
[Risas] Gracias.
-Casi parece memoria muscular en el caso de los ágiles dibujos del Tiburoncito.
Sí, tengo que reconocerlo, así es el material standard que hago, pensado para conseguirlo rápidamente [risas]. A veces desearía dibujar a los personajes sin anatomía, o que la anatomía no fuera una parte importante de mi trabajo. Cuando realizo anatomía en los cómics, primero tengo que abocetarla, hasta que quede correcta, y luego la paso a tinta. Sin embargo, en las convenciones mucha gente se cree que puedo agarrar el lápiz y venirme aquí.
Bueno, se necesita un esqueleto debajo, al menos para mí [risas].
-Pero tú haces aquí “rápidos”, ¿o no?
Sí, pero esos no son los dibujos más correctos anatómicamente. Ésa es la razón por la que hago los bocetos a lápiz más lentos. Porque el lápiz esconde los fallos [risas]. Simplemente no soy capaz de entintar directamente. No tengo la confianza para elaborar una cara correcta sin al menos dibujarla antes a lápiz.
-¿Dibujas un personaje desde hace casi 30 años y todavía es posible que te equivoques?
¡Claro que sí! No tengo la mano más firme. Nunca he podido simplemente coger un caballete y empezar a representar las líneas de una figura anatómicamente correcta y ya está. Hombre, sí puedo representar líneas de un material que importe menos. Pero con un ser humano la gente se da cuenta.
Sí, por eso todo tiene que encajar. Los ojos tienen que encajar con la nariz, la longitud de la nariz con la boca, con la barbilla. Y ésa se convierte en una labor de adivinación si sólo estoy haciendo un boceto para alguien [risas]. Espero no poner la boca demasiado baja o que los ojos no estén torcidos.
Hay una cosa que pasa con los artistas –y lo he visto incluso en los mejores artistas. Si eres zurdo, los ojos se te pueden torcer. El ojo derecho se torcerá, y la mejilla derecha es más ancha por ese lado. Simplemente es la forma en que trabajan nuestros ojos. Por lo tanto, cuando estoy abocetando una cara sostengo el papel al revés hacia la luz. Así es cómo puedes ver fácilmente los errores.
Cuando lo miras por delante no lo ves porque tus ojos no están entrenados.
-Tu cerebro no puede procesarlo.
Sí. Pero sostenlo al revés y dirás “¡oh tío, es la cosa más torcida del mundo!” Pero me doy cuenta que los artistas diestros hacen lo contrario. Ellos se inclinan hacia el lado contrario.
No sin bosquejarlo y quedarme tranquilo de que está correcto antes de seguir adelante y terminarlo. Un cosa que hago para reducirlo en, digamos, los bocetos para fans, cuando hago los bocetos más detallados a lápiz, es dibujar el ojo izquierdo primero. Y luego dibujo la nariz. Y la nariz me ayudará a centrar el ojo derecho. Terminará correcto.
Si dibujara los dos ojos, la mayoría de las veces el dibujo podría empezar a inclinar la nariz y la boca de la forma equivocada –que no tiene que ser directamente hacia abajo. Quizás es sólo mi cerebro el que funciona de esa manera [risas], pero lo he visto en artistas, de vez en cuando.
-Recuerdo sacar muchos de esos libros de la biblioteca para “aprender a dibujar”, mientras crecía, como los de Hannah-Barbera.
Sí, seguramente.
-Creo que sin embargo la mayoría de los chicos sólo tiende a dibujar de un tirón. Vosotros teníais un montón de cómics en casa, mientras crecíais.
Sí, sí. De todas clases. De animales divertidos, cómics infantiles, cómics de superhéroes, de todas clases. Me hace gracia, yo no podía comprender por qué había que darle un esqueleto al Oso Yogi. Si trabajas en animación –trabajas con múltiples dibujos de la misma cosa, por lo tanto necesita ese esqueleto. Así, cuando dibujas un fotograma suyo, la siguiente parte con su movimiento tiene que ser del mismo tamaño exacto.
Cuando me propongo hacerlo en los cómics, cuando dibujo un animal divertido o algo así, no importa lo grande que vaya a ser su cabeza en la siguiente viñeta [risas]. Pero en animación es un ciencia exacta. No los envidio [risas].
-¿Tenías buena mano mientras crecías? ¿Cómo empezaste a dibujar?
Simplemente ocurrió. Empezó copiando. Supongo que era muy bueno copiando. Cuando me hice mayor, pensaba que copiar estaba mal, porque no eres un artista auténtico. Eso es una tontería, porque descubrí que cuando copiaba algo, podría dibujarlo para el resto de mi vida.
Digamos que copiaba un coche o un carro o una cierta clase de silla. Si lo copiaba, podía decir, “oh, hey, eso ha quedado muy bien, y, oh hey, sé cómo dibujarlo durante los próximos veinticinco años”.
Odio la documentación. Copiarla puede ayudar, pero no lo hago. Es algo psicológico, o una cosa así. La investigación y las referencias son como si me arrancaran dientes. Podría tener diez libros con referencias en la misma habitación, y no me acercaría a ellos. Sólo es algo que no hago. Simplemente me cuesta.
-¿Usas tu propio trabajo anterior como referencia?
Bueno, si lo necesito, si voy a hacer un flashback y digo, “esto ocurrió en los 80, cuando Maggie se estaba haciendo heavy”. De modo que vuelvo y veo qué llevaba, cómo era su peinado. Cosas de ese tipo. Pero la mayoría de las veces es sólo para conseguir información. Por ejemplo, “OK, Maggie está hablando de cuando tenía más o menos 20 años. ¿Dónde estaba hace 20 años, y tengo la información correcta? ¿Tiene seis hermanos o cinco hermanos?
Temas de esa clase.
-¿Pero la mayoría de ello sólo existe en tu cerebro?
La mayoría sí. Y he cometido errores que afortunadamente he podido convertir en algo mejor de lo que era.
-¿Qué ejemplo tienes sobre eso?
Esa nueva historia que acaba de salir en el Volumen Tres con todas las Nuevas Historias [“Brown Town”], en la que aparece Calvin, el hermano de Maggie. Al final se descubre. Fue creado por accidente. Al hacerse mayores los personajes, yo quería mostrar cómo era la familia de Maggie. Tenía hermanos de los que yo nunca había hablado. Por lo tanto creé esta familia suya.
Tienes a su hermana Esther, a quien he mostrado algunas veces. Pero también tenía estos hermanos que nunca he enseñado, quienes siempre había tenido en la parte trasera de mi cerebro.
-Nunca lo trataste.
Sí. Entonces le di tres hermanos. Hay cinco en su familia. Bien, un día estaba releyendo el número siete, y alguien menciona que ella tiene seis familiares. Me dije, “¡oh!”. Así que para arreglarlo hice que uno de sus hermanos mencionara al hermano que se había escapado, que de alguna forma era la oveja negra, el problemático. Se marchó joven, y ésa es la razón por la que ella sólo tiene cinco en la familia [risas].
Lo mencioné para arreglarlo, sólo para tener la conciencia tranquila –no sé si alguien se habrá dado cuenta.
-Siempre se da cuenta alguien.
[Risas] ¡Sí! Y por eso lo creé, y entonces desde la parte trasera de mi cerebro, ella ha obtenido este hermano. Por lo tanto, trabajé con ello en esta historia. Funcionó perfectamente. En sí mismo casi creó a este personaje que tuve que ajustar desde la inexistencia.
1 comentario:
Talulard
It's nothing. I've done this work only because I love "Love and Rockets" and I'm so selfish. But I'm glad if you like it. I wish we could write more about the Hernandez soon, I hope it`ll be a long and good career for them, yet.
Thanks.
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