
“Los cómics no tienen futuro”. Con esta lapidaria frase comenzó el sábado 27 de noviembre de 2010, por la tarde, la conferencia, de título “Los cómics que pudieron ser”. Refiriéndose al ambiente que se percibía en el Encuentro, a su juicio gente disfrazada, jugando, cantando, etc., dice que eso no son cómics. Hoy día el cine extrae los iconos más remarcables del mundo de los tebeos y en vez de haberse dedicado éstos a contar otro tipo de historias y usar la imaginación, observa que más bien están buscando el objetivo de hacerse famosos y servir de carne de cañón para alcanzar el convertirse en película. Y para colmo los autores emigran al mundo cinematográfico para participar en los diseños, guiones o para moldear personajes, evidentemente atraídos por los mayores beneficios económicos al poder llegar a un público más amplio.
Analizando las películas que se han hecho sobre las historias contenidas en los cómics, Marín hace una valoración general negativa. Lo que proporciona una historieta es una forma de ser y sentir de los personajes, el melodrama y la aventura formulados en el continuará, y sin embargo el cine se pasa media hora contando el origen de los héroes, de los malos, y luego condensando múltiples años y números de pasión por esos argumentos en minutos de ficción, amén de cambiando detalles importantes para lograr la coherencia interna del guión. Es sólo el primer número de lo que podría ser una larga serie en los tebeos y por eso se queda en la superficie de la cuestión, siendo para él generalmente mejor la segunda película-secuela que la primera, porque se salta el explicar de esa manera los comienzos de tal o cual personaje. A su juicio, los mejores resultados de los filmes que se basan en los cómics han llegado de la mano de los que aparentemente no son adaptaciones de ellos. Es decir, han tomado, y mucho, de los argumentos y elementos que podemos hallar en las historietas pero utilizándolos con astucia sin que la mayor parte de los espectadores aprecien el robo, y lo que es mejor para su industria, sin pagar un duro de derechos de autor. Esto permitiría obtener lo más y mejor de los tebeos, y al hacer algo nuevo librarse sin perjuicio argumental de lo que no cuentan. Así, la película “El Pacto de los Lobos” bien podría relacionarse con un cómic franco-belga o más llamativo resulta el caso de la oscarizada “Bailando con lobos”, plagio en buena medida del Teniente Blueberry de Charlier y Giraud. Os ofrecemos aquí una llamativa diapositiva que Rafael Marín nos mostró con una imagen del tebeo que fue calcada por Costner.
Extraído de otros escritos de Marín, aportamos aquí otra de sus ideas sobre la ventaja de las series de televisión frente el cine, consistente en que aquellas tienen un presupuesto expuesto al juicio de los índices de audiencia (siempre pendiente el fantasma de las cancelaciones), y por ello al disponer de menos dinero y consecuentemente menos alardes técnicos y decorados o vestuarios, lo suplen con talento y reinvenciones continuas en pos de la supervivencia. Una película dispone un presupuesto cerrado y se conforma en sí misma tal como es, a lo mejor eso da menos pie a la imaginación.
Continuando con el repaso a la conferencia, a partir de este momento el ponente empezó a mostrarnos elementos de los cómics que en su propia experiencia particular había apreciado en películas y series de televisión, haciendo hincapié en los que los retratan sin abonar el concepto de derechos, tema éste quizás una de las luchas que Rafael Marín siempre ha llevado en su labor divulgativa. A veces asombro, otras complicidad, por ratos desconocimiento, y siempre animándonos a acercarnos a ellos, fueron múltiples los ejemplos que nos extrajo de su bagaje, y tirando de memoria procuramos reflejar en los párrafos siguientes los más y los mejores que nos parecieron:
Hércules o Xena son el mejor Conan y Red Sonja respectivos que se han hecho, también con reminiscencia a Astérix en el primer caso.
Sobrenatural, por la forma en que está tratada, es el formato televisivo de una colección de esas que DC editaba en el sello Vertigo.
Matrix, sobre todo la primera película, contiene mucho de Sandman, principalmente en el personaje interpretado por Samuel L. Jackson (cómo no, pero dice Marín que en un principio se barajaba otro actor más acorde físicamente con el personaje de cómic).
Dentro de las series españolas: Manolo y Benito son Pepe Gotera y Otilio de Ibáñez, Aquí no hay quien viva es 13 rue del Percebe del mismo autor, y el portero del edificio, Emilio, es Gaston el Gafe. Curro Jiménez es el Capitán Trueno pero soltando sus lastres argumentales de la eterna fidelidad a Sigrid o la no inclusión de la muerte explícita (y acompañado del amigo fuerte, Goliat convertido en el Algarrobo y el personaje gracioso y joven, Crispín por el Estudiante); y sin ir más lejos, la actual y exitosa serie Águila Roja es el Espadachín Enmascarado de los años 50 o cualquier otro personaje de Gago.
Hannah Montana es Supergirl.
The Walking Dead presenta buena pinta como novedad para el género de zombies, aunque siempre remite mejor al cómic.
Spiderman representa las historias de instituto típicas americanas, del fuerte y exitoso, el tímido que ama en secreto a la animadora, etc. y se puede ver claramente en la película de Greace 2 (¡sí, a todos nos sorprendió, por lo que Marín nos conminó a verla en esa clave!) y por supuesto la serie de Buffy Cazavampiros, unas de sus preferidas, que además guarda relación con los X-Men, Hellblazer, Daredevil o Batman. Sin embargo, pese a que en repetidas ocasiones Marín considera el Buffyverso como la mejor serie en clave superheroica que se ha hecho, nos avisó que para él ha sido desbancada por la serie inglesa MISFITS.
Fueron muchas más las comparaciones, y además hubo tiempo para atender preguntas, hacer recomendaciones o expresar su opinión por tal o cual caso sobre el tema. Entre lo más llamativo, expresó su fastidio cuando en la televisión de hoy día alguien aparece leyendo un tebeo y nunca es uno real, sino otro inventado propiamente para el show y que nunca veremos detenidamente (caso de la serie Heroes por ejemplo). Aparte denuncia muchos argumentos de la película Avatar que estaban contenidos en sus Cuatro Fantásticos, incluido el plagio del nombre Pandora para el planeta de aquella que era el nombre del galeón en estos.

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